Viernes, 28 de Noviembre de 2025

Eugenio de Ávila 1
Domingo, 28 de Febrero de 2021
COSAS MÍAS

Resurrección en Zamora

[Img #50200]Escribí, ha tiempo, que en Zamora se moría más despacio, como en cámara lenta; que aquí se muere dos veces. Y los acontecimientos necrológicos  vividos en las últimas semanas y días me otorgan la razón. Así, según desinformaba un periódico local y un digital, que debió copiar la noticia, hace unas cuantas jornadas, moría un célebre y celebrado poeta zamorano, que, en el momento de aparecer su nombre en la lista de difuntos, se hallaba en Madrid, haciendo lo que le diera la real gana. Creo que rectificaron cuando la Zamora normal se agitó y desveló que el autor de tan bellos poemas vivía…y Dios quiera que por muchos años.

 

Esta semana, hace un par de días, otro digital, el mismo que remedó al periódico de papel cuando el fallecimiento, que no fue tal, del vate zamorano, dio por muerto a un querido doctor, que se halla enfermo de coronavirus en la UCI del Virgen de la Concha. El viernes, casi de madrugada, se me informó de esa desgraciada noticia. Pero no me lo acabé de creer. Me puse en contacto con una enfermera, una íntima amiga del que esto firma, que trabajó con el durante décadas,  que me lo desmintió. Punto. Pero alguien tragó el anzuelo de la mentira y convirtió en noticia lo que no era y dio por muerto al galeno.  Al día siguiente, cuando se supo que todavía, y, ojalá durante mucho tiempo, vivía, aunque su estado de salud no sea el mejor, ese medio rectificó.

 

Resulta curioso, pues, que en Zamora, además de ese morir dos veces, de esa muerte lenta, según algunos medios, también resuciten los muertos. Habría que viajar hasta la Palestina de hace 2.000 años para encontrarnos episodios tan extraordinarios, denominados milagros. Allí, en Tierra Santa, resucitaron Lázaro, la hija del centurión y el propio Jesús, hacedor de esos prodigios de hacer regresar del Averno a muertos.

 

En Zamora se vive de la muerte. Hay gente que se alegra de que las parcas se lleven a fulano o a mengana a la nada, al otro barrio o al paraíso. Y si el finado fue persona importante, con éxitos profesionales, patrimonio, amores apasionados, negocios importantes, su muerte ocasiona un cierto júbilo, un regocijo doméstico, comentarios hipócritas, penas sin máscaras, lágrimas secas. La envidia se nota mucho en las ciudades pequeñas, donde se celebran más los fracasos del prójimo que la gloria propia. Aquí, entre los juncos del Duero o en el bosque de Valorio debió ver Caín, el hermano de Abel,  la luz primera..

 

A mí me gustaría morirme un par de veces, porque los zamoranos que me envidian, odian o me detestan, durante un tiempo sentirían un placer tan intenso, tan sublime, tan de levitar  como un orgasmo, un éxtasis infinito. Me están dando ganas de morirme para que otros gocen con mi fallecimiento. Incluso buscaré que alguna imprenta elabore una esquela con mi nombre.

 

En verdad, tendríamos que reelaborar un reclamo para atraer el turismo nacional e internacional, algo parecido a esta leyenda: “¡Ven a morirte a Zamora: se muere mejor, como si siguieres viviendo!” Como decía mi inolvidable  tío Cesáreo Pichel: “Se está muriendo gente que nunca se había muerto”. No obstante, matizaría el aserto de mi admirado antepasado: “Aquí se muere gente que no se ha muerto”. Requiescat in pace (R.I.P.)

Eugenio-Jesús de Ávila

Comentarios (1) Comentar esta noticia
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.136

  • Colmierdero

    Colmierdero | Lunes, 01 de Marzo de 2021 a las 10:11:17 horas

    ¡Querido Eugenio! Escribo desde el desconocimiento de los medios más allá de conocer, respetar y admirar el trabajo que algunos hacéis.

    Por eso, con todo el respeto del mundo, lanzo esta pregunta, quizás al aire. ¿Por qué no se ponen nombres y apellidos en este artículo en el que, bien es cierto, al buen entendedor le vale? ¿Por qué no se dice, para quien no lo sepa, que es Francisco Colmenero y su blog quien hace siempre esto? ¿Por qué no se explica que ni es periodista, ni tiene título alguno?

    Quizás, si los periodistas zamoranos, cada vez menos unidos, que quedáis en la provincia, hicierais frente común frente a la desinformación de Zamora News, se acabaría ese engendro ególatra del señor Colmenero.

    Accede para responder

Quizás también te interese...

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.