NOCTURNOS
No tienes por qué amarme
Que yo te ame, princesa, con esta locura impregnada de arte, con esta razón tan apasionada, no significa que tú, a mí, que me he quedado en memoria de la nada, me quieras. Te adoro. Las almas pías siempre encuentran en una diosa un motivo para creer. Y no necesito que me concedas un obsequio a mis súplicas. Un milagro sería que te enamorases de mí. ¡Cómo! Nunca aspiré a que una diosa me llevase al Olimpo. Solo soy sobrino de Zeus por parte de madre. Pero la cópula con una princesa del tiempo se transforma en eterna. Gozar y gozar, Y no dejar de hacerlo, porque, cuando no existe el tiempo, solo hay presente. Vivir en el Nirvana.
Me conformo con que me regales una sonrisa, con verte danzar con la luz del sol, con contemplar como tus senos se hinchan con el oxígeno de la brisa. Te pido tan poco. Ni tan si quiera que pronuncies mi nombre. Yo estoy siempre para ti. Si me llamas, voy. Si te olvidas, te recuerdo. Y si tú no estás, porque prefieres la compañía de fieles más discretos y jóvenes, utilizo mi memoria para recrear el día que te conocí, la primera vez que te hablé, el primer whassaap que recibí de tu persona, el primer pensamiento que compartimos y las cuitas que ambos sufrimos.
Yo te amo. Ya lo sabes. No me temas, porque nunca te enamorarás de lo que queda de mí, de este hombre que escribe para quererte, letra a letra, palabra por palabra. Si mis verbos son besos, conjúgame cuando vuelvas a verme. Y si te transmito tedio, fumígame con tu indiferencia. Mi alma es como el esqueleto de cualquier insecto. No tienes por qué amarme, entomóloga de la pasión.
Eugenio-Jesús de Ávila
Que yo te ame, princesa, con esta locura impregnada de arte, con esta razón tan apasionada, no significa que tú, a mí, que me he quedado en memoria de la nada, me quieras. Te adoro. Las almas pías siempre encuentran en una diosa un motivo para creer. Y no necesito que me concedas un obsequio a mis súplicas. Un milagro sería que te enamorases de mí. ¡Cómo! Nunca aspiré a que una diosa me llevase al Olimpo. Solo soy sobrino de Zeus por parte de madre. Pero la cópula con una princesa del tiempo se transforma en eterna. Gozar y gozar, Y no dejar de hacerlo, porque, cuando no existe el tiempo, solo hay presente. Vivir en el Nirvana.
Me conformo con que me regales una sonrisa, con verte danzar con la luz del sol, con contemplar como tus senos se hinchan con el oxígeno de la brisa. Te pido tan poco. Ni tan si quiera que pronuncies mi nombre. Yo estoy siempre para ti. Si me llamas, voy. Si te olvidas, te recuerdo. Y si tú no estás, porque prefieres la compañía de fieles más discretos y jóvenes, utilizo mi memoria para recrear el día que te conocí, la primera vez que te hablé, el primer whassaap que recibí de tu persona, el primer pensamiento que compartimos y las cuitas que ambos sufrimos.
Yo te amo. Ya lo sabes. No me temas, porque nunca te enamorarás de lo que queda de mí, de este hombre que escribe para quererte, letra a letra, palabra por palabra. Si mis verbos son besos, conjúgame cuando vuelvas a verme. Y si te transmito tedio, fumígame con tu indiferencia. Mi alma es como el esqueleto de cualquier insecto. No tienes por qué amarme, entomóloga de la pasión.
Eugenio-Jesús de Ávila

















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.122