La despoblación de Zamora y el PSOE

El PSOE es, fue y no sé si será, pero temo que sí, a no ser que el actual Gobierno se haga el hara-kiri, el partido que más años administró la democracia española. Veamos: casi 14 las legislaturas felipistas, más de siete Zapatero y lo que llevamos de sanchismo. Hecho incontrovertible. No es memoria, sino historia. Por lo tanto, todo lo bueno y lo malo, más lo regular que ha vivido España, o Expaña, se lo debemos al partido que fundase Pablo Iglesias, no este del que se dice, y hay que tener cara dura, el líder de Podemos, que es una persona “desinteresada”, tras dejar la Vicepresidencia del Gobierno, pero no el salario de diputado. Lo dicho: un hombre cartujo.

Hoy, leyendo una noticia que nos remitió el Gabinete del PSOE en la provincia, sonreí. Y no era un titular gracioso, pero sí de una singular ligereza. Atención: “El Gobierno y el PSOE lideran la lucha contra la despoblación”. El aserto político  corresponde a Fagúndez, don Antidio, diputado nacional por Zamora, el hombre designado por el ejecutivo para esto que se ha dado en llamar, de una manera un tanto cursi, “Reto Demográfico”.  Y me dio por pensar, verbo que conjugo dos o tres veces al año, en Monte La Reina y su reconstrucción con instalación militar, promesa de Pedro Sánchez, escuchada en el Ramos Carrión en dos oportunidades, y multiplicada por Fagúndez y Ana Sánchez en el mismo recinto escénico. Y pasa el tiempo, y solo sé que el Gobierno que más lucha contra la despoblación, a decir de sus vicarios. Sabemos que los Presupuestos Generales del Estado se dedicó una cantidad ridícula para esas obras de acondicionamiento, tan exigua que la Junta de Castilla y León la ha duplicado, cuando el ejecutivo autonómico debería pasar de un asunto que solo le corresponde al Ministerio de Defensa. Y más: Caja Rural de Zamora, entidad que sí lucha, de verdad, contra la despoblación de esta menguada provincia, financia el proyecto. Traduzco: se lo ha puesto como a Felipe II o Fernando VII a Sánchez.

Me asgo al primer párrafo, el de los gobiernos socialistas españoles, los que han imprimido carácter a nuestra democracia. Y afirmo que si nuestra provincia constituye ya, más en sus comarcas occidentales, un desierto demográfico, la gran culpa habrá que achacársela al PSOE. Otro poco al PP, que gobernó la autonomía desde que Mañueco lucía pantalones cortos y se endulzaba la boca con chupa chups, y, ¡cómo no! a la Diputación Provincial, aunque en temas de población tampoco da para más la institución que ahora preside Francisco J. Requejo. Datos objetivos: ¿Cuántas personas vivían en nuestra provincia el año en el que el PSOE, octubre de 1982, y cuántas habitan ahora, con un Gobierno también socialista? Insisto. No es memoria, sino Historia, con mayúscula.

No presuma ahora Antidio Fagúndez de que su partido lidera la lucha contra la despoblación. Hechos. Mientras Monte La Reina siga siendo un erial, mejor que los socialistas de aquí guarden silencio y los de allí, los que residen en la Moncloa, no se jacten de protagonizar acciones que todavía no emprendieron. Palabras y más palabras. Hay gente con mucha fe. Personas cándidas, corazones sencillos y humildes que se lo creen todo, más si lo afirma personajes de la política. Pero los que tenemos callo en el alma, los que amamos la política, pero desconfiamos de todo político, de derechas, de izquierdas o mediopensionistas, como el actual Ciudadanos, exigimos realidades, actos, tocar, ver y oler para comulgar con la hostia de la verdad en el altar de la realidad.

Eugenio-Jesús de Ávila