PASIÓN POR ZAMORA
Ni autovía, ni Monte la Reina, ni murallas: ¿Qué hacer?
El Gobierno pasa de Zamora, de los zamoranos y de nuestro futuro
Ni transformación de la N-122 en autovía, entre la capital de la provincia y la frontera lusa; ni instalación militar en Monte la Reina ni, al parecer, tampoco restauración de la muralla medieval de Zamora, según denuncia UPL, tras pregunta formulada por Compromís: “El gobierno condiciona a la finalización del plan director, aún en fase de redacción, cualquier actuación sobre las murallas zamoranas”. Dos años largos sin saber nada de nada.
¡Qué puede esperar Zamora del Gobierno de los sencillos, de los humildes!
¡Qué aguarda esta provincia, casi sin gente, un desierto demográfico, si el ejecutivo de los pobres prefiere invertir en Cataluña, por ejemplo, en sociedad con Iberdrola, en una fábrica de baterías!
¡Para qué queremos un gobierno de ultraizquierda si favorece a los ricos y se olvida de los derrotados, de los ofendidos, de los que más necesitan la ayuda del Estado!
¡Qué clase de socialismo y comunismo son estos que abandonan a los parias de la tierra zamorana y engordan al rico Epulón catalán o vasco, racistas todos!
¡Qué desvelos se está tomando con esta su tierra el secretario de Estado para el Reto de Demográfico, Antidio Fagúndez, para que, de una ..tísima vez, el ejecutivo destine dinero, no unas cuantas perras, y se instale en Monte la Reina un contingente militar de importancia; para que la N-122 se transforme en autovía, carretera que atraviesa una comarca como Aliste, considerada desierto demográfico por los geógrafos; qué labor realiza en torno a Adif para que los terrenos del complejo ferroviario se cedan al Ayuntamiento de Zamora con el objetivo de instalar empresas competitivas que den trabajo, que eviten la huida de los jóvenes…!
¿Se puede votar a esta gente? Los del PP no prometían nada y poco hicieron, pero estos, los que se dicen partido de los trabajadores, de los sencillos, prometieron y no dan…ni las gracias.
El problema de la muralla condicionará lo que considero podría convertirse en la mejor avenida de Zamora, la de la Feria. Francisco Guarido quiere dejar su impronta como alcalde en esa zona de la ciudad: jardines, esculturas, quizá fuentes. Pero no podrá actuar mientras no se restauren los lienzos de la muralla, porque sería tirar el dinero. No obstante, como regidor de la Bien Cercada debería enviar misivas al Ministerio de Cultura para conocer cómo va ese Plan Director y hacerse una composición de lugar de este asunto tan caro para nuestro patrimonio histórico, que repercutirá en el sector turístico.
Tenemos un alcalde que ama a su ciudad, que anhela su restauración monumental, que imagina una Zamora más bonita, bella, hermosa, para que llame la atención de turismo cultural nacional y patrio; pero nos encontramos con un ejecutivo que pasa de nosotros, los zamoranos, porque somos pocos, cada vez menos, y pusilánimes; donde la prensa, si exceptuamos a este El Día de Zamora, guarda silencio sobre temas fundamentales, porque no quiere morder la mano del que le da de comer con partidas importantes de dinero público, vía publicidad.
A Zamora, el PSOE, desde 1982 le ha hecho mucho daño. Y no voy a relatar lo que ya conocen los zamoranos que no son hinchas de ese socialismo patrio, o sí: Regimiento Toledo, Universidad Laboral, líneas férreas, Prisión Provincial, Campsa, reconversión agropecuaria. ¿Cuantificamos las pérdidas que esas decisiones de los distintos ejecutivos felipistas causaron a esta ciudad y su provincia? El PSOE, por tanto Pedro Sánchez, tiene una deuda con Zamora.
El PP tampoco se portó mejor con los zamoranos, porque siempre tuvo el voto asegurado, patrimonializado, rendido y bajo control. Aquí se votaba como las ovejas pastan y entran en el redil. Por tanto, las inversiones en una tierra cautiva podían esperar lustros y décadas.
Zamora clama, pues, por un partido provincial, que exija a los dos grandes partidos del Estado, cuando gobiernen, aquí, en Castilla y León, o allí, en Madrid, inversiones reales, cumplimiento de promesas y hechos. El voto de un zamorano tiene que dolerles a ambos partidos. Advertidos quedan. Obras son amores, dicen. ¡Demuéstrenos su pasión por Zamora!
Eugenio-Jesús de Ávila
Ni transformación de la N-122 en autovía, entre la capital de la provincia y la frontera lusa; ni instalación militar en Monte la Reina ni, al parecer, tampoco restauración de la muralla medieval de Zamora, según denuncia UPL, tras pregunta formulada por Compromís: “El gobierno condiciona a la finalización del plan director, aún en fase de redacción, cualquier actuación sobre las murallas zamoranas”. Dos años largos sin saber nada de nada.
¡Qué puede esperar Zamora del Gobierno de los sencillos, de los humildes!
¡Qué aguarda esta provincia, casi sin gente, un desierto demográfico, si el ejecutivo de los pobres prefiere invertir en Cataluña, por ejemplo, en sociedad con Iberdrola, en una fábrica de baterías!
¡Para qué queremos un gobierno de ultraizquierda si favorece a los ricos y se olvida de los derrotados, de los ofendidos, de los que más necesitan la ayuda del Estado!
¡Qué clase de socialismo y comunismo son estos que abandonan a los parias de la tierra zamorana y engordan al rico Epulón catalán o vasco, racistas todos!
¡Qué desvelos se está tomando con esta su tierra el secretario de Estado para el Reto de Demográfico, Antidio Fagúndez, para que, de una ..tísima vez, el ejecutivo destine dinero, no unas cuantas perras, y se instale en Monte la Reina un contingente militar de importancia; para que la N-122 se transforme en autovía, carretera que atraviesa una comarca como Aliste, considerada desierto demográfico por los geógrafos; qué labor realiza en torno a Adif para que los terrenos del complejo ferroviario se cedan al Ayuntamiento de Zamora con el objetivo de instalar empresas competitivas que den trabajo, que eviten la huida de los jóvenes…!
¿Se puede votar a esta gente? Los del PP no prometían nada y poco hicieron, pero estos, los que se dicen partido de los trabajadores, de los sencillos, prometieron y no dan…ni las gracias.
El problema de la muralla condicionará lo que considero podría convertirse en la mejor avenida de Zamora, la de la Feria. Francisco Guarido quiere dejar su impronta como alcalde en esa zona de la ciudad: jardines, esculturas, quizá fuentes. Pero no podrá actuar mientras no se restauren los lienzos de la muralla, porque sería tirar el dinero. No obstante, como regidor de la Bien Cercada debería enviar misivas al Ministerio de Cultura para conocer cómo va ese Plan Director y hacerse una composición de lugar de este asunto tan caro para nuestro patrimonio histórico, que repercutirá en el sector turístico.
Tenemos un alcalde que ama a su ciudad, que anhela su restauración monumental, que imagina una Zamora más bonita, bella, hermosa, para que llame la atención de turismo cultural nacional y patrio; pero nos encontramos con un ejecutivo que pasa de nosotros, los zamoranos, porque somos pocos, cada vez menos, y pusilánimes; donde la prensa, si exceptuamos a este El Día de Zamora, guarda silencio sobre temas fundamentales, porque no quiere morder la mano del que le da de comer con partidas importantes de dinero público, vía publicidad.
A Zamora, el PSOE, desde 1982 le ha hecho mucho daño. Y no voy a relatar lo que ya conocen los zamoranos que no son hinchas de ese socialismo patrio, o sí: Regimiento Toledo, Universidad Laboral, líneas férreas, Prisión Provincial, Campsa, reconversión agropecuaria. ¿Cuantificamos las pérdidas que esas decisiones de los distintos ejecutivos felipistas causaron a esta ciudad y su provincia? El PSOE, por tanto Pedro Sánchez, tiene una deuda con Zamora.
El PP tampoco se portó mejor con los zamoranos, porque siempre tuvo el voto asegurado, patrimonializado, rendido y bajo control. Aquí se votaba como las ovejas pastan y entran en el redil. Por tanto, las inversiones en una tierra cautiva podían esperar lustros y décadas.
Zamora clama, pues, por un partido provincial, que exija a los dos grandes partidos del Estado, cuando gobiernen, aquí, en Castilla y León, o allí, en Madrid, inversiones reales, cumplimiento de promesas y hechos. El voto de un zamorano tiene que dolerles a ambos partidos. Advertidos quedan. Obras son amores, dicen. ¡Demuéstrenos su pasión por Zamora!
Eugenio-Jesús de Ávila





















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