Luto religioso y político

No me gusta que los políticos protagonicen los desfiles procesionales. el Santo Entierro es la cofradía del luto oficial.

Resulta evidente que la llegada de jóvenes directivas a las cofradías con más carisma, cual es el caso de El Santo Entierro, las relanza, las transforma, les inyecta sangre nueva; incluso afirmaría que parecen otras distintas.

Grace Hernández  y sus compañeros de junta directiva han transformado una cofradía que vivió años difíciles, coincidiendo, es curioso, con el desarrollismo franquista. Así, sin ir más lejos, el año pasado recuperaron el descendimiento de un Cristo articulado que se realizaba en siglos pasados, en la iglesia de San Esteban, de donde volverá a salir.

Recordamos que, hasta hace muy poco, el desfile se iniciaba en el Museo de Semana Santa, que es un lugar muy poco apropiado para que una procesión vea la luz del día o las sombras de la noche.

Hubo un tiempo, quizá ahora ya no tenga ese significado, en el que las túnicas definían la clase social de las cofradías y hermandades. En los años 60, el Santo Entierro se convirtió en la de la gente bien de la ciudad, pues el terciopelo negro constituía un tejido inaccesible para la mayor parte de los zamoranos, máxime cuando solo se utilizaba unas horas al año. Entonces, la situación económica de la ciudad provocó que, entre otras medidas, los hermanos de la Vera Cruz adoptasen otro tejido menos costoso que el terciopelo morado para cubrirse durante la tarde del Jueves Santo.

Pero no fue hasta inicios de este siglo XXI, cuando el Santo Entierro lució con mayor brillantez, al volverse a cargar a hombros sus grupos escultóricos, que adquirieron nueva vida. Ahora bien, si en el próximo futuro el músculo descansa y se regresa a las ruedas, la Real Cofradía recibirá un golpe mortal. Mientras, algunos de los mejores pasos de la Semana Santa zamorana convivirán con otros, más recientes, que no han aportado tanto.