NOCTURNOS
Te amo, luego existo
No necesito que me quieras, pero no sabría vivir, sentirme hombre, reconocerme si no te amo después de haberte conocido. Tú te sabes hermosa, guapa. Tú, Carlota, admiras tu físico cuando te observas en el espejo. Tú, mujer, cuando caminas, observas que los hombres te miran de una manera distinta que a otras de tu mismo sexo. Tú, linda, crees, tienes fe, que yo estoy loco por ti. Y posees cierta razón. En principio, antes de conocerte, tampoco destacaba por mi cordura. Siempre fui raro, extraño, distinto. Por eso me amaron unas y me odiaron los otros.
Soy así. Si me amas y te amo, sabrás cómo se proyecta la pasión sobre un cuerpo femenino; cómo dibujo tu alma con el pincel del deseo, cómo acarician tus axilas las yemas de mis dedos. Si eres inteligente y bella, me dominarás por completo; me entregaré a ti, no pondré ningún valladar para impedir que entres en mi castillo, no me enrocaré como un mal jugador de ajedrez. Soy tuyo. Y no te quiero mía. Sé agua: nube, río, mar, nieve, granizo. Haz lo que quieras, transfórmate, que yo te beberé para apagar mi sed de amor.
Necesito quererte para existir. Te amo para encontrarme. Me perdí, porque te fuiste. Si no caminas conmigo, hablo solo. Si no me llamas, debato con mi can. Te amo, luego existo. Si me amases, viviría eternamente.
Eugenio-Jesús de Ávila
No necesito que me quieras, pero no sabría vivir, sentirme hombre, reconocerme si no te amo después de haberte conocido. Tú te sabes hermosa, guapa. Tú, Carlota, admiras tu físico cuando te observas en el espejo. Tú, mujer, cuando caminas, observas que los hombres te miran de una manera distinta que a otras de tu mismo sexo. Tú, linda, crees, tienes fe, que yo estoy loco por ti. Y posees cierta razón. En principio, antes de conocerte, tampoco destacaba por mi cordura. Siempre fui raro, extraño, distinto. Por eso me amaron unas y me odiaron los otros.
Soy así. Si me amas y te amo, sabrás cómo se proyecta la pasión sobre un cuerpo femenino; cómo dibujo tu alma con el pincel del deseo, cómo acarician tus axilas las yemas de mis dedos. Si eres inteligente y bella, me dominarás por completo; me entregaré a ti, no pondré ningún valladar para impedir que entres en mi castillo, no me enrocaré como un mal jugador de ajedrez. Soy tuyo. Y no te quiero mía. Sé agua: nube, río, mar, nieve, granizo. Haz lo que quieras, transfórmate, que yo te beberé para apagar mi sed de amor.
Necesito quererte para existir. Te amo para encontrarme. Me perdí, porque te fuiste. Si no caminas conmigo, hablo solo. Si no me llamas, debato con mi can. Te amo, luego existo. Si me amases, viviría eternamente.
Eugenio-Jesús de Ávila

















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.29