Viernes, 19 de Diciembre de 2025

Eugenio de Ávila
Domingo, 11 de Abril de 2021
NOCTURNOS

Amores prohibidos

[Img #51711]Nunca mendigué amor. No fue por orgullo. Nunca lo necesité. Jamás regalé amor. Es demasiado caro para dárselo a cualquiera. Quién me quiso, me tuvo. A quién me despechó, olvidé. Me distinguió un gusto exquisito. Nunca perdí el tiempo en vanas seducciones. No prorrogué el tiempo de coqueteo en pasiones vulgares. Amé, no siempre, a quién me amó. Obvié galanteos e incitaciones que nunca recogerían cosechas de besos, caricias y nirvanas.

 

No sé por qué burlas del destino me convertí en amante de lo prohibido. Me desearon mujeres comprometidas. Fui débil. No pude evitar la tentación. No soy el Nazareno. Pequé contra la ley de la hipócrita sociedad. Disfruté y amé. Sufrí y me apasioné.

 

Mujeres bellísimas se alojaron en la posada de mi vida. Las traté como merecería tanta hermosura. Me enseñaron a querer sin poder. Aprendí a dejar de amar a quién no se podría tener. Cuando conocimos nirvanas en lechos de nubes, supe que no quedaría de tanto deleite más que el recuerdo. Me negué a romper amores en ruina, quebrados, amorfos.

 

Amé en el tiempo. No presioné para que se quedaran conmigo. Dejé que permanecieran en sus tediosos matrimonios. Rotos. Muertos. Sin corazón, con sexo como rutina, jadeos inconexos, clímax fingidos, sin seso para conjugar el verbo amar en futuros imperfectos y perfectos. Amé en subjuntivo. Amores sin pulso, amores sin sangre, amores de carne fofa y hueso sin tuétano.

 

Ahora la amo a ella, pongamos Ana.  Y quizá no lo sepa. Ambos somos libres. No pecamos contra nadie. Pecaríamos contra la vida si permitiéramos desconocernos.

 

La admiro. Sabe vivir y no piensa morirse. Ama, porque siente. Y no teme el dolor que causan los amores finitos, efímeros, felones. Me llegó demasiado tarde el amor a mi vida, el amor en libertad, sin mirar de reojo, sin jugar al esconderite, yendo de frente. La amo sin miedo. La quiero sin dudas. A esta mujer se la ama y se la quiere de una sola vez, con dos verbos y un solo amor y enésimos placeres y deleites.

Eugenio-Jesús de Ávila

 

 

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