Nélida L. Del Estal Sastre
Viernes, 16 de Abril de 2021
CON LOS CINCO SENTIDOS

Nuestro yo real: el yo subjetivo

[Img #51972]Decía el filósofo danés Soren Kierkegaard, considerado como el padre del Existencialismo, “También yo he sentido la inclinación a obligarme, casi de manera demoníaca, a ser más fuerte de lo que en realidad soy”. Esta frase, cita, aserto, llamadlo “X”, tiene un gran significado para mí. No es que mi corriente intelectual y filosófica sea precisamente el existencialismo, pero he de reconocer que  es casi una marca indeleble a modo de tatuaje en mi alma, si es que eso del alma existe, más allá de lo inmaterial, lo etéreo y lo soñado por gentes con fe en el más allá, después del más acá. 

 

Creo en la subjetividad que trasciende de lo objetivo, creo que nadie es objetivo, excepto los científicos que han de basar sus pruebas o hallazgos en la realidad, en lo palpable o demostrable. En cambio, la mente humana, insondable de por sí, no admite a mi humilde modo de entender la vida, más allá que lo que siente o experimenta en cada situación a la que se tenga que enfrentar.  

 

   No puedes reaccionar con objetividad cuando te dañan, cuando enfermas gravemente o cuando a un hijo tuyo se le está haciendo la vida imposible por su condición de “diferente” a ojos de los demás. No. 

 

   La objetividad me resulta una tarea ardua, máxime para una persona que, como yo, se deja llevar y se lleva por los instintos, las querencias y lo que considera justo más allá de las leyes escritas por los hombres, esas que redactan diez “letrados” que quizá no hayan sabido lo que significa el sufrimiento, que no lo han llegado a contemplar en las leyes que redactan o se inventan. Algunas de esas leyes, son hechas y formuladas en momentos de necesidad real de las mismas, a golpe de suceso. No hay previsión de que pueda pasar algo semejante en leyes anteriores. Sólo cuando un desalmado delinque de manera psicopática, fuera de toda lógica objetiva, se le amolda una Ley o  un Decreto. 

 

Pero, volviendo a la cita de Kierkegaard, yo sé lo que es que el hecho de ser fuerte sea la única opción posible, la única carretera viable sin piquetes u obstáculos insalvables. Era eso, o dejarme morir.  

 

   Sólo eres consciente de la fortaleza que hay dentro de ti mismo cuando no te queda otra alternativa para sobrevivir que la de ser fuerte, más fuerte de lo que jamás pensarías que pueden llegar a ser tu cuerpo y tu mente.  

 

    Nunca infravalores de lo que eres capaz, lo que puedes llegar a conseguir y lo que puedes superar. Cometerás el error  de dejar de ser una persona inteligente para convertirte en una suerte de robot estúpido hecho de huesos y de carne. Nada más. Si dicen que somos la especie animal más inteligente, con más recursos y resortes para sortear las vicisitudes de la vida, es hora de demostrarlo. Es hora de convertirnos en verdaderos seres humanos. 

Nélida L. del Estal Sastre 

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