CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
Pedro Requejo reclama en el Congreso un mejor trato para los artistas
Réplica de VOX a la PNL del Estatuto del Artista presentada por el PNV en el Congreso.
Nos presenta el PNV una proposición no de ley para instar al ministro de Cultura a culminar el Estatuto del artista. VOX tiene presentada otra Proposición No de Ley en el mismo sentido desde diciembre de 2020. Léala que está bastante más trabajada. Tanto es así que esta diferencia trasluce claramente como un clarín la intención del PNV de darle aviso al Gobierno sobre plazos de transferencia y conflictos que acarrean las obsesiones nacionalistas. No una preocupación real sobre la situación de los artistas.
España, nuestra España torturada por muchos de los arquetipos nacionales y envuelta numerosas veces en destinos aciagos ha sido sin embargo secularmente bendecida por el arte y el talento de su gente. Hasta el punto de contar con un patrimonio cultural que objetivamente no se corresponde con la importancia geográfica o demográfica que hoy nos delimita. Y eso pese al levantisco carácter de muchos de nuestros compatriotas que se han llevado por delante en luchas fratricidas buena parte de nuestro patrimonio, cuya falta curiosamente parecen no añorar los promotores de la memoria democrática.
España muchas veces exhausta, se ha mostrado siempre prolífica y se ha regocijado en su dolor para parir una obra nueva de arte catártica, que ha acabado justificando con creces la imperfecta sociedad que le dio cobijo. Abundan los ejemplos. Basta pasearse por las galerías del Prado para sentir la sociedad del siglo de oro, o la del XVIII y tener una benevolente opinión sobre la monarquía.
Me corresponde aquí y ahora recordar que las obras de arte las hacen los artistas. Pero después de 25 años de escultor y de algunas obras de las que me siento orgulloso me acuerdo de los primeros días del segundo año en la facultad y de lo que me dijo mi profesor de cabezas Pedro Terrón: “menos del uno y medio por ciento de los que estudiáis aquí lograreis vivir de vuestra obra”.
Frente a una imparable vocación en nuestros artistas tenemos una sociedad que no es todo lo sensible que debiera a la belleza. Muchos son los llamados y pocos los escogidos. Esta sociedad, en general, está sumergida en un feísmo atiborrado que no contribuye a la plenitud y la dignidad del hombre. Ser artista tiene un difícil encaje en una sociedad economicista.
Según datos de 2017, el 47% de los artistas en España recibía menos de 8000 € por su trabajo y menos de un 4% cobraba más de 40.000 €. Los artistas europeos no tienen unos datos muy distintos. La diferencia es que como pude constatar en los años que viví en Alemania, el Estado me ayudaba con la mitad de la cuota de la Kunstlersocialkäse, seguridad social para artistas para entendernos, el tramo del IRPF era bastante menor y se me reconocían gastos que aquí Hacienda no admite. Y por supuesto no me sometieron a 4 inspecciones fiscales. Un trato bastante más humano.
Recuerdo que como estudiante acudí a una de las primeras muestras de ARCO y he visto nacer el Reina Sofía en el 92 y a mi padre contarme que él estudió allí medicina.
Tenemos estupendos museos, catalogaciones y restauraciones con presupuestos que quitan el hipo, responsabilidad corporativa, obra cultural, pero todo se me asemeja a 2001 una odisea en el espacio, un ambiente perfectamente estéril con Halls al mando y toda la cultura de la humanidad vagando silenciosa por el universo. Muertos los autores pero debidamente catalogados. ¡Cuidad a nuestros autores mientras están vivos! Parece solucionado el escándalo que suponía el que un autor de éxito de hecho no pudiera jubilarse por miedo a que Hacienda lo arruinase
Estamos debido a la digitalización hoy en día peor que en el siglo de oro y el Quijote de Avellaneda en relación a la protección de los derechos autor. ¿Por qué no pueden las empresas en este mundo carente de tierras vírgenes reconocer los derechos intelectuales de nuestros creadores? ¡Dejadme hacer el arte que llevo dentro!
¿Tan difícil hay que ponérselo al talento, que no encuentra un lugar bajo el sol para existir dignamente? Necesitamos todo ese talento para que transfunda esta sociedad esterilizada y haga un mundo más habitable y hermoso.
El sector cultural aportaba el 3`8 % del PIB antes de la pandemia, no es por tanto limosna lo que se solicita si no un reconocimiento a algo que nos define y nos identifica a la larga como País, la Cultura.
Este Ministro ha heredado un acuerdo de Estatuto del artista con unanimidad y 70 medidas acordadas. Esto si que se podía denominar Pacto de Estado. Prometió resolver los flecos y llevamos 3 años de flecos. Podemos no es ajeno tampoco a esta molicie. Antes de tocar poder lo exigía ruidosamente. Ninguna de estas PNLs haría falta si tuvieran palabra.
Me acuerdo de la dignidad del cabrero ilicitano
No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
También está pendiente la ley de Mecenazgo.
Como San Agustín ha sabido interpretar de manera inigualable:
“ ¡Tarde te amé, belleza tan antigua y tan nueva, tarde te amé. Os deseo, artistas del mundo, que vuestros múltiples caminos conduzcan a todos hacia aquel océano infinito de belleza, en el que el asombro se convierte en admiración, embriaguez y gozo indecible!”
Juan Pablo II de su Carta a los Artistas de abril de 1999.
Pedro Requejo Novoa
Diputado GP VOX por Zamora.
Nos presenta el PNV una proposición no de ley para instar al ministro de Cultura a culminar el Estatuto del artista. VOX tiene presentada otra Proposición No de Ley en el mismo sentido desde diciembre de 2020. Léala que está bastante más trabajada. Tanto es así que esta diferencia trasluce claramente como un clarín la intención del PNV de darle aviso al Gobierno sobre plazos de transferencia y conflictos que acarrean las obsesiones nacionalistas. No una preocupación real sobre la situación de los artistas.
España, nuestra España torturada por muchos de los arquetipos nacionales y envuelta numerosas veces en destinos aciagos ha sido sin embargo secularmente bendecida por el arte y el talento de su gente. Hasta el punto de contar con un patrimonio cultural que objetivamente no se corresponde con la importancia geográfica o demográfica que hoy nos delimita. Y eso pese al levantisco carácter de muchos de nuestros compatriotas que se han llevado por delante en luchas fratricidas buena parte de nuestro patrimonio, cuya falta curiosamente parecen no añorar los promotores de la memoria democrática.
España muchas veces exhausta, se ha mostrado siempre prolífica y se ha regocijado en su dolor para parir una obra nueva de arte catártica, que ha acabado justificando con creces la imperfecta sociedad que le dio cobijo. Abundan los ejemplos. Basta pasearse por las galerías del Prado para sentir la sociedad del siglo de oro, o la del XVIII y tener una benevolente opinión sobre la monarquía.
Me corresponde aquí y ahora recordar que las obras de arte las hacen los artistas. Pero después de 25 años de escultor y de algunas obras de las que me siento orgulloso me acuerdo de los primeros días del segundo año en la facultad y de lo que me dijo mi profesor de cabezas Pedro Terrón: “menos del uno y medio por ciento de los que estudiáis aquí lograreis vivir de vuestra obra”.
Frente a una imparable vocación en nuestros artistas tenemos una sociedad que no es todo lo sensible que debiera a la belleza. Muchos son los llamados y pocos los escogidos. Esta sociedad, en general, está sumergida en un feísmo atiborrado que no contribuye a la plenitud y la dignidad del hombre. Ser artista tiene un difícil encaje en una sociedad economicista.
Según datos de 2017, el 47% de los artistas en España recibía menos de 8000 € por su trabajo y menos de un 4% cobraba más de 40.000 €. Los artistas europeos no tienen unos datos muy distintos. La diferencia es que como pude constatar en los años que viví en Alemania, el Estado me ayudaba con la mitad de la cuota de la Kunstlersocialkäse, seguridad social para artistas para entendernos, el tramo del IRPF era bastante menor y se me reconocían gastos que aquí Hacienda no admite. Y por supuesto no me sometieron a 4 inspecciones fiscales. Un trato bastante más humano.
Recuerdo que como estudiante acudí a una de las primeras muestras de ARCO y he visto nacer el Reina Sofía en el 92 y a mi padre contarme que él estudió allí medicina.
Tenemos estupendos museos, catalogaciones y restauraciones con presupuestos que quitan el hipo, responsabilidad corporativa, obra cultural, pero todo se me asemeja a 2001 una odisea en el espacio, un ambiente perfectamente estéril con Halls al mando y toda la cultura de la humanidad vagando silenciosa por el universo. Muertos los autores pero debidamente catalogados. ¡Cuidad a nuestros autores mientras están vivos! Parece solucionado el escándalo que suponía el que un autor de éxito de hecho no pudiera jubilarse por miedo a que Hacienda lo arruinase
Estamos debido a la digitalización hoy en día peor que en el siglo de oro y el Quijote de Avellaneda en relación a la protección de los derechos autor. ¿Por qué no pueden las empresas en este mundo carente de tierras vírgenes reconocer los derechos intelectuales de nuestros creadores? ¡Dejadme hacer el arte que llevo dentro!
¿Tan difícil hay que ponérselo al talento, que no encuentra un lugar bajo el sol para existir dignamente? Necesitamos todo ese talento para que transfunda esta sociedad esterilizada y haga un mundo más habitable y hermoso.
El sector cultural aportaba el 3`8 % del PIB antes de la pandemia, no es por tanto limosna lo que se solicita si no un reconocimiento a algo que nos define y nos identifica a la larga como País, la Cultura.
Este Ministro ha heredado un acuerdo de Estatuto del artista con unanimidad y 70 medidas acordadas. Esto si que se podía denominar Pacto de Estado. Prometió resolver los flecos y llevamos 3 años de flecos. Podemos no es ajeno tampoco a esta molicie. Antes de tocar poder lo exigía ruidosamente. Ninguna de estas PNLs haría falta si tuvieran palabra.
Me acuerdo de la dignidad del cabrero ilicitano
No soy de un pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
También está pendiente la ley de Mecenazgo.
Como San Agustín ha sabido interpretar de manera inigualable:
“ ¡Tarde te amé, belleza tan antigua y tan nueva, tarde te amé. Os deseo, artistas del mundo, que vuestros múltiples caminos conduzcan a todos hacia aquel océano infinito de belleza, en el que el asombro se convierte en admiración, embriaguez y gozo indecible!”
Juan Pablo II de su Carta a los Artistas de abril de 1999.
Pedro Requejo Novoa
Diputado GP VOX por Zamora.




























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