IGLESIA
El obispo pide el asesoramiento de los arciprestazgos
Para crear un nuevo proyecto pastoral y un equipo de gobierno
El obispo de Zamora, Fernando Valera, ha convocado esta mañana en la Casa de la Iglesia a los presbíteros, religiosos y laicos que participan en cada uno de los siete arciprestazgos para realizar un análisis sobre la situación actual de la diócesis y consultar a los asistentes sobre el futuro equipo de gobierno.
La jornada comenzó, a primera hora de la mañana, con una oración en la iglesia de San Andrés. A continuación, monseñor Valera presentó una reflexión titulada: “Mediaciones para un servicio en comunión”, en la que destacó la importancia de la sinodalidad como marco para la comprensión de la pastoral de la iglesia diocesana.
Entre otras cosas, el obispo apuntó que la iglesia local requiere de nuevas actitudes personales y acciones comunitarias para afrontar los retos a los que esta debe dar respuesta. En esta línea, el obispo pidió a los agentes pastorales que asumieran la realidad que vivimos en nuestro tiempo y la situación de nuestra fe y de nuestra iglesia. “La iglesia de Zamora debe afrontar sus heridas surgidas del camino recorrido, de esta pandemia y de las relaciones que no siempre están inspiradas por el Señor”, añadió el prelado.
Por otra parte, el obispo insistió en que la sinodalidad invita a vivir y a trabajar en comunidad para lo que es necesario realizar una conversión personal, comunitaria y pastoral. En ocasiones, la debilidad espiritual, la pobreza en la experiencia de la fe, las formas culturales carentes de sentido y las incoherencias personales e institucionales han sido lastres que hoy es necesario superar para mirar el futuro inmediato con la esperanza propia que emana del mismo Evangelio, según hizo referencia Valera.
Para concluir la reflexión, monseñor Valera ofreció una herramienta de análisis DAFO con el objetivo de identificar las debilidades, las amenazas, las fortalezas y las oportunidades que la iglesia local experimenta en su actividad pastoral. El trabajo fue realizado en grupos reducidos, atendiendo a la distribución territorial marcada por los diferentes arciprestazgos. Esta información fue recogida y será estudiada por el propio obispo para diseñar los nuevos planes de trabajo diocesano.
El obispo de Zamora, Fernando Valera, ha convocado esta mañana en la Casa de la Iglesia a los presbíteros, religiosos y laicos que participan en cada uno de los siete arciprestazgos para realizar un análisis sobre la situación actual de la diócesis y consultar a los asistentes sobre el futuro equipo de gobierno.
La jornada comenzó, a primera hora de la mañana, con una oración en la iglesia de San Andrés. A continuación, monseñor Valera presentó una reflexión titulada: “Mediaciones para un servicio en comunión”, en la que destacó la importancia de la sinodalidad como marco para la comprensión de la pastoral de la iglesia diocesana.
Entre otras cosas, el obispo apuntó que la iglesia local requiere de nuevas actitudes personales y acciones comunitarias para afrontar los retos a los que esta debe dar respuesta. En esta línea, el obispo pidió a los agentes pastorales que asumieran la realidad que vivimos en nuestro tiempo y la situación de nuestra fe y de nuestra iglesia. “La iglesia de Zamora debe afrontar sus heridas surgidas del camino recorrido, de esta pandemia y de las relaciones que no siempre están inspiradas por el Señor”, añadió el prelado.
Por otra parte, el obispo insistió en que la sinodalidad invita a vivir y a trabajar en comunidad para lo que es necesario realizar una conversión personal, comunitaria y pastoral. En ocasiones, la debilidad espiritual, la pobreza en la experiencia de la fe, las formas culturales carentes de sentido y las incoherencias personales e institucionales han sido lastres que hoy es necesario superar para mirar el futuro inmediato con la esperanza propia que emana del mismo Evangelio, según hizo referencia Valera.
Para concluir la reflexión, monseñor Valera ofreció una herramienta de análisis DAFO con el objetivo de identificar las debilidades, las amenazas, las fortalezas y las oportunidades que la iglesia local experimenta en su actividad pastoral. El trabajo fue realizado en grupos reducidos, atendiendo a la distribución territorial marcada por los diferentes arciprestazgos. Esta información fue recogida y será estudiada por el propio obispo para diseñar los nuevos planes de trabajo diocesano.





















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