CON LOS CINCO SENTIDOS
Tedio
El tedio me agota, me funde y me parte en dos mitades de igual magnitud. Una de ellas, aguanta como puede el devenir del día a día, la otra, muy al contrario, hace tiempo que perdió el rumbo y ya no sigue mis pasos, ni siquiera es la sombra que antes reconocía persiguiendo mi silueta por las calles y los recodos del camino que ambas conocemos.
El día se me antoja eterno, infinito, parece que contara con muchas más de las veinticuatro horas establecidas como normales. Pero las noches, sin ruido alguno, más que el de mi propia respiración entrecortada y el palpitar de mi corazón enfermo en las sienes, son temibles. Mi mente elucubra sobre lugares donde podría hallar mi otra mitad perdida y no duerme, es incapaz de conciliar un sueño reparador. Engarzo un día con otro sin apenas encontrar un sueño que recomponga mi alma rota.
Dime dónde moras para salir a buscarte y redimir lo que pude llegar a estropear para que abandonaras a su suerte mi cuerpo partido en dos. Te buscaré sin descanso porque necesito dormir y que la paz y el sosiego vuelvan a colmar mi cerebro, que lo vuelvan a llenar de palabras y de música, de amor y de dulzura, de los ecos de las risas y los momentos felices. No permitas que me venza el tedio. No lo permitas. Búscame.
Nélida L. Del Estal Sastre
El tedio me agota, me funde y me parte en dos mitades de igual magnitud. Una de ellas, aguanta como puede el devenir del día a día, la otra, muy al contrario, hace tiempo que perdió el rumbo y ya no sigue mis pasos, ni siquiera es la sombra que antes reconocía persiguiendo mi silueta por las calles y los recodos del camino que ambas conocemos.
El día se me antoja eterno, infinito, parece que contara con muchas más de las veinticuatro horas establecidas como normales. Pero las noches, sin ruido alguno, más que el de mi propia respiración entrecortada y el palpitar de mi corazón enfermo en las sienes, son temibles. Mi mente elucubra sobre lugares donde podría hallar mi otra mitad perdida y no duerme, es incapaz de conciliar un sueño reparador. Engarzo un día con otro sin apenas encontrar un sueño que recomponga mi alma rota.
Dime dónde moras para salir a buscarte y redimir lo que pude llegar a estropear para que abandonaras a su suerte mi cuerpo partido en dos. Te buscaré sin descanso porque necesito dormir y que la paz y el sosiego vuelvan a colmar mi cerebro, que lo vuelvan a llenar de palabras y de música, de amor y de dulzura, de los ecos de las risas y los momentos felices. No permitas que me venza el tedio. No lo permitas. Búscame.
Nélida L. Del Estal Sastre
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