Eugenio de Ávila
Domingo, 27 de Junio de 2021
COSAS MÍAS

¡Indultadme!

[Img #54540]Pido que me indultes por dar golpes de estado contra el periodismo desde hace más de 11 años. Nunca me resigné a escribir al dictado ni del político ni del empresario. Cree El Día de Zamora para navegar al albur del viento, para que este barquito de papel lo gobernase Eolo, con la libertad de cualquier Dios.

Indúltame por pelearme con la sintaxis, por traicionar a las palabras, quizá más a las consonantes que las vocales; por buscar el sonido de los verbos para que te susurrasen al oído.

 

Te ruego el indulto por no ceder jamás ante el poderoso, de la diestra, de la siniestra o de una cuarta dimensión; por criticar el ejercicio de la política para, desde el engaño, vivir del cuento de la res pública; olvidarse del pueblo, de su tierra, de los humildes, de los sencillos.

 

Merezco el indulto porque todos, tirios y troyanos, montescos y capuletos, desconocieron la censura, publicaron sus textos tal y cómo los concibieron sus cerebros y escribieron sus plumas. Solo cambié comas para colocarlas en su sitio  y coloqué tildes en las palabras que las merecieron y a las que sus autores olvidaron.

 

Concédeme el perdón por haber sido distinto, negarme a escribir al dictado, por odiar a los cobistas y a los tacaños, a los politicastros, de la diestra y la siniestra; por creer en un periodismo sin censuras, por atraerme la buena gente y asquearme la canalla.

 

Perdóname por estar contigo durante 391 ediciones de El Día de Zamora y sus correspondientes noches y enviarte el periódico y abrirme en canal el alma para que conozcas lo que pienso, cómo siento y cuáles son las cuitas que me afligen. También por escribir tan mal, ignorar la sintaxis, poseer un léxico tan reducido, desconocer la historia, enamorarme de quién más me desprecia, amar a mi tierra como si fuera mi mamá y creer que el Duero es mi alma y el románico, mi esqueleto.

 

Excúlpame por ser envidiado por los mediocres, perseguido por los malandrines de la política y rodearme de buenas personas, los derrotados de la vida.

 

Solsticio de verano en los cielos y equinoccio de sensaciones en mis adentros. Te espero cuando julio reciba a agosto, el mes de mi nacimiento, otro año y otra arruga más para seguir desafiando el tiempo. No te olvides de indultarme. Apenas nada más.

 

Eugenio-Jesús de Ávila

 

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