DENUNCIAS
¿Fraudes electorales en las residencias de mayores de la provincia?
Cualquier abuso de nuestros mayores incapacitados, un crimen execrable
![[Img #55109]](https://eldiadezamora.es/upload/images/07_2021/513_roelos.jpg)
Cuando María Teresa, una anciana internada en la residencia de Roelos de Sayago, resulta, para sorpresa de su familia, que ha sido empadronada ilegalmente en la citada localidad, con falsificación de su firma, según se demuestra pericialmente, y tras todo ello, se culmina el desaguisado que perseguían, que nunca fue otro que conseguir, a toda costa, el voto de M. Teresa, que lo hizo, a pesar de su evidente y demostrada incapacidad física y mental (o precisamente por ello) por correo, en las elecciones municipales de 2015, sin el conocimiento de nadie mas que de los confabulados, a favor, probablemente, de MHC, alcalde de la localidad y candidato a una reelección que éste voto “robado” le ayudó a conseguir.
Hay que decir que, si tuviera algo de dignidad y de vergüenza, hubiera dejado el cargo en cuando salió a la luz, por la denuncia de Argimiro, hijo de M. Teresa, tan escandaloso asunto, sin esperar siquiera a la condena de su amigo el director de la Residencia, LRL, por el juzgado nº 1 de lo Penal de Zamora, en que la juez que juzga el caso, da por probados, en la sentencia, todos los hechos y lo condena a 6 meses de cárcel por falsedad documental.
Una reparación judicial, más moral que otra cosa, del honor de M. Teresa, a la que se desposeyó de sus derechos fundamentales, en su senectud, por un grupo de indeseables. Una mujer de Sayago, dura, trabajadora, como todas nuestras mujeres rurales, que tras toda una vida dedicada, con su marido, a sacar adelante a sus hijos y consiguiéndolo, ingresada, en su vejez, en una residencia para disponer de todos los cuidados que necesita... se le paga, por la ambición de un gerifalte sin escrúpulos, con esta triste moneda.
Pero se ve no les parece suficiente afrenta todo lo elucubrado y hecho que, el único condenado del grupo de actores, vuelve a humillar a M. Teresa, ya fallecida, recurriendo su sentencia condenatoria. Nuevo juez, nueva sentencia y el director, en una redacción de indescifrables vericuetos y retorcidas frases judiciales, queda absuelto por no parecerle, a los nuevos juzgadores, pruebas suficientes las presentadas, las mismas que para la juez anterior fueron base de la condena decretada.
Así es la justicia y así trata un mismo asunto y, con los mismos hechos, surgen dos sentencias contradictorias de dos juzgados, cambiando por completo el signo condenatorio por el de absolución, sin aportación alguna de nuevos datos o hechos. Un resultado, por desgracia, al que estamos acostumbrados socialmente, el eslabón más débil, suele perder y quien tiene cuotas de poder, normalmente gana.
Ambas sentencias son las que son, aunque sólo sea válida ya la segunda, pero la realidad es también la que es y, moralmente, han ganado M. Teresa y su hijo. Todo ha salido a la luz y se expone, ahora, al juicio de la opinión pública. Cualquiera con una mente despejada y un mínimo de raciocinio, no tendrá duda alguna en ver que se trata de un hecho delictivo de falsedad documental, imprescindible para cometer un fraude electoral en toda regla y conseguir un voto posiblemente crucial para renovar la alcaldía, dado el escaso número de habitantes de la localidad.
Un caso de abuso administrativo y electoral sobre M. Teresa Herrero, llevado a término con la complicidad, si no intencionada, sí imprescindible, al menos en la dejadez profesional “in vigilando” de 4 autores de dudosa moralidad.
El director de la residencia, LRL (no coloco el “don” por no considerarlo merecedor), principal actor delictivo, con acceso a la documentación y datos de la anciana por su cargo, y responsable de la estampación de la firma falsa en la solicitud de empadronamiento.
El candidato a la alcaldía, MHC (tampoco merecedor de ningún tratamiento), de Ahora Decide, y principal beneficiario de todo el chanchullo, amigo del anterior y, más que probable incitador y conocedor de su desarrollo. Baste señalar que tenía empadronada en su casa de Roelos a la mujer del anterior, aún no viviendo allí, sino con su marido en Zamora capital. (otro voto)
El Secretario municipal de Roelos, JCM, que no estudió ni comprobó, como debía, la documentación que se le presentó para el empadronamiento de M. Teresa y que en el juicio, en propia defensa, manifestó que es práctica habitual dar los impresos y recogerlos a quien los entregue posteriormente.
El Cartero, TBE, encargado de verificar que el voto por correo se realiza con las debidas garantías de identificación y otras circunstancias a dirimir.
Cuatro cómplices necesarios, sin el concurso de tan sólo uno de los cuales, hubiera sido imposible realizar semejante tropelía. Hechos probados, todo lo dicho, para la jueza de primera instancia encargada de juzgar la denuncia de Argimiro, hijo de M.Teresa, según consta en la sentencia, pero en la que sólo se condena al director de la Residencia, LRL, que dejó de serlo, puede ser, a raíz del resultado condenatorio del mismo, como principal artífice del empadronamiento de la residente y conocedor del de su propia mujer en casa del candidato.
Es difícil conocer, pero fácil de imaginar, que, en las situaciones tan deterioradas en que se encuentran, desgraciadamente, los residentes, este caso pueda ser menos excepcional de lo que cabría pensar, y no sería ninguna tontería empezar a poner la lupa sobre los empadronamientos “extraños” y consiguientes votaciones de nuestros mayores en esta España vaciada. Los residentes, más los incapacitados, son presa fácil de corruptos. Ingresar en una residencia no debe suponer, “per se”, un cambio de empadronamiento, pero mucho menos, perder uno sólo de los derechos que todos tenemos y que se le han de respetar con especial mimo a estas personas más vulnerables. Por ello cabría esperar de la honradez y celo profesional de todos los factores intervinientes, que velaran con escrúpulo que no pudieran conculcarse los derechos de ninguno de ellos.
Los habitantes de Roelos, puede que estén contentos con su alcalde, no lo sé, yo no lo querría, pero han de saber, todos ellos, que ha obtenido la alcaldía, al menos esta vez, con malas artes, aunque sólo se trate del voto “robado” a M. Teresa y el de la mujer de LRL, dado su censo irregular. El actual alcalde de Roelos de Sayago, por todo lo relatado, debería dimitir, pero si no lo hace, su nuevo partido, Ahora Decide, debería obligarlo a abandonar el puesto.
Marino Carazo Martín
![[Img #55109]](https://eldiadezamora.es/upload/images/07_2021/513_roelos.jpg)
Cuando María Teresa, una anciana internada en la residencia de Roelos de Sayago, resulta, para sorpresa de su familia, que ha sido empadronada ilegalmente en la citada localidad, con falsificación de su firma, según se demuestra pericialmente, y tras todo ello, se culmina el desaguisado que perseguían, que nunca fue otro que conseguir, a toda costa, el voto de M. Teresa, que lo hizo, a pesar de su evidente y demostrada incapacidad física y mental (o precisamente por ello) por correo, en las elecciones municipales de 2015, sin el conocimiento de nadie mas que de los confabulados, a favor, probablemente, de MHC, alcalde de la localidad y candidato a una reelección que éste voto “robado” le ayudó a conseguir.
Hay que decir que, si tuviera algo de dignidad y de vergüenza, hubiera dejado el cargo en cuando salió a la luz, por la denuncia de Argimiro, hijo de M. Teresa, tan escandaloso asunto, sin esperar siquiera a la condena de su amigo el director de la Residencia, LRL, por el juzgado nº 1 de lo Penal de Zamora, en que la juez que juzga el caso, da por probados, en la sentencia, todos los hechos y lo condena a 6 meses de cárcel por falsedad documental.
Una reparación judicial, más moral que otra cosa, del honor de M. Teresa, a la que se desposeyó de sus derechos fundamentales, en su senectud, por un grupo de indeseables. Una mujer de Sayago, dura, trabajadora, como todas nuestras mujeres rurales, que tras toda una vida dedicada, con su marido, a sacar adelante a sus hijos y consiguiéndolo, ingresada, en su vejez, en una residencia para disponer de todos los cuidados que necesita... se le paga, por la ambición de un gerifalte sin escrúpulos, con esta triste moneda.
Pero se ve no les parece suficiente afrenta todo lo elucubrado y hecho que, el único condenado del grupo de actores, vuelve a humillar a M. Teresa, ya fallecida, recurriendo su sentencia condenatoria. Nuevo juez, nueva sentencia y el director, en una redacción de indescifrables vericuetos y retorcidas frases judiciales, queda absuelto por no parecerle, a los nuevos juzgadores, pruebas suficientes las presentadas, las mismas que para la juez anterior fueron base de la condena decretada.
Así es la justicia y así trata un mismo asunto y, con los mismos hechos, surgen dos sentencias contradictorias de dos juzgados, cambiando por completo el signo condenatorio por el de absolución, sin aportación alguna de nuevos datos o hechos. Un resultado, por desgracia, al que estamos acostumbrados socialmente, el eslabón más débil, suele perder y quien tiene cuotas de poder, normalmente gana.
Ambas sentencias son las que son, aunque sólo sea válida ya la segunda, pero la realidad es también la que es y, moralmente, han ganado M. Teresa y su hijo. Todo ha salido a la luz y se expone, ahora, al juicio de la opinión pública. Cualquiera con una mente despejada y un mínimo de raciocinio, no tendrá duda alguna en ver que se trata de un hecho delictivo de falsedad documental, imprescindible para cometer un fraude electoral en toda regla y conseguir un voto posiblemente crucial para renovar la alcaldía, dado el escaso número de habitantes de la localidad.
Un caso de abuso administrativo y electoral sobre M. Teresa Herrero, llevado a término con la complicidad, si no intencionada, sí imprescindible, al menos en la dejadez profesional “in vigilando” de 4 autores de dudosa moralidad.
El director de la residencia, LRL (no coloco el “don” por no considerarlo merecedor), principal actor delictivo, con acceso a la documentación y datos de la anciana por su cargo, y responsable de la estampación de la firma falsa en la solicitud de empadronamiento.
El candidato a la alcaldía, MHC (tampoco merecedor de ningún tratamiento), de Ahora Decide, y principal beneficiario de todo el chanchullo, amigo del anterior y, más que probable incitador y conocedor de su desarrollo. Baste señalar que tenía empadronada en su casa de Roelos a la mujer del anterior, aún no viviendo allí, sino con su marido en Zamora capital. (otro voto)
El Secretario municipal de Roelos, JCM, que no estudió ni comprobó, como debía, la documentación que se le presentó para el empadronamiento de M. Teresa y que en el juicio, en propia defensa, manifestó que es práctica habitual dar los impresos y recogerlos a quien los entregue posteriormente.
El Cartero, TBE, encargado de verificar que el voto por correo se realiza con las debidas garantías de identificación y otras circunstancias a dirimir.
Cuatro cómplices necesarios, sin el concurso de tan sólo uno de los cuales, hubiera sido imposible realizar semejante tropelía. Hechos probados, todo lo dicho, para la jueza de primera instancia encargada de juzgar la denuncia de Argimiro, hijo de M.Teresa, según consta en la sentencia, pero en la que sólo se condena al director de la Residencia, LRL, que dejó de serlo, puede ser, a raíz del resultado condenatorio del mismo, como principal artífice del empadronamiento de la residente y conocedor del de su propia mujer en casa del candidato.
Es difícil conocer, pero fácil de imaginar, que, en las situaciones tan deterioradas en que se encuentran, desgraciadamente, los residentes, este caso pueda ser menos excepcional de lo que cabría pensar, y no sería ninguna tontería empezar a poner la lupa sobre los empadronamientos “extraños” y consiguientes votaciones de nuestros mayores en esta España vaciada. Los residentes, más los incapacitados, son presa fácil de corruptos. Ingresar en una residencia no debe suponer, “per se”, un cambio de empadronamiento, pero mucho menos, perder uno sólo de los derechos que todos tenemos y que se le han de respetar con especial mimo a estas personas más vulnerables. Por ello cabría esperar de la honradez y celo profesional de todos los factores intervinientes, que velaran con escrúpulo que no pudieran conculcarse los derechos de ninguno de ellos.
Los habitantes de Roelos, puede que estén contentos con su alcalde, no lo sé, yo no lo querría, pero han de saber, todos ellos, que ha obtenido la alcaldía, al menos esta vez, con malas artes, aunque sólo se trate del voto “robado” a M. Teresa y el de la mujer de LRL, dado su censo irregular. El actual alcalde de Roelos de Sayago, por todo lo relatado, debería dimitir, pero si no lo hace, su nuevo partido, Ahora Decide, debería obligarlo a abandonar el puesto.
Marino Carazo Martín



















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