Jueves, 06 de Noviembre de 2025

Redacción
Domingo, 25 de Julio de 2021
HABLEMOS

Una sentencia histórica

Carlos Domínguez

[Img #55355]    Pese a ser oficio por lo común ingrato, el derecho y la abogacía tienen también su cara amable, como demuestra la reciente sentencia de nuestro Muy Alto Tribunal, disponiendo la ilegalidad, en todo o en parte, de un estado de alarma que pasará a los anales de la historia y la jurisprudencia como la mayor vulneración de derechos constitucionales en tiempos de paz, no ya durante los últimos cuarenta años de democracia parlamentaria, sino dentro de un periodo a remontar al siglo XIX, incluso a momentos previos a la Restauración. Nunca dentro de una situación de normalidad cívica se llegó a suprimir como acaba de hacer un gobierno socialista y comunista, ¡téngase por reproducido: socialista y comunista!,  libertades y derechos irrenunciables. Así el básico y fundamental de libre circulación, hasta hacer de todos y cada uno de los hogares españoles una suerte de prisión, con nosotros ejerciendo de carceleros. Ello bajo la excusa de luchar contra una vulgar epidemia.

 

   Que el gobierno actual se extralimitó con sus medidas, era algo a dirimir no ya por la vía técnica de los hechos y los fundamentos jurídicos, sino por la humilde apreciación del ciudadano común, a menudo el mejor y más acertado fiel de la balanza. La sentencia de inconstitucionalidad recaída en procedimiento instado por Vox hará, hace ya historia en lo que supone de reivindicación de las libertades y defensa del ciudadano común, o sea, de personas gozando de derechos inalienables que, contra lo que viene sucediendo, la ley y la Justicia deberían tutelar sin ambages en todo momento y lugar.

 

   Pues aquí la alarma, el verdadero Estado, que no ya estado, de excepción es un gobierno socialista y comunista, PSOE, y dése por reproducido, embarcado en su proyecto totalitario desde una ambición al modo y estilo Sánchez/Canel.

 

   Pues después de la que está cayendo en el país hermano, Cuba no es una democracia, si bien tampoco una dictadura. De ahí unas siempre molestas concomitancias.

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