Viernes, 19 de Septiembre de 2025

Eugenio de Ávila
Domingo, 29 de Agosto de 2021
PRIMERA DIVISIÓN RFEF

El Zamora cae con orgullo ante un excelente Bilbao Ath (0-1)

Un error gravísimo en defensa, minuto 62, y una pena máxima que no quiso ver un árbitro indecente, minuto 93, propiciaron la derrota rojiblanca

Esteban PedrosaEl Zamora no mereció perder. Pero la justicia no cuenta en este deporte, y, si se reflexiona, tampoco en otras manifestaciones humanas suele cumplirse. Tampoco mereció ganar a un muy buen equipo, jovencísimo, pero con picardía, que dominó durante toda la primera mitad. Los vascos solo tiraron con peligro en su gol, propiciado por un error infantil de Astray, que intentó regatear a Diarra, el mejor de los vascos,  al borde del área. El exterior navarro. Nico Serrano, recibió de su compañero y  se aprovechó del regalo para  agarrar un chut raso y durísimo para batir a Magunagoitia. Minuto 62.

 

Inexplicable, por cierto, que se nombrara a un árbitro cántabro para dirigir el partido. Se tragó una pena máxima en los últimos instantes, por brazo claro en el área bilbaína y, cuando el Zamora se disponía a sacar un córner, en el último minuto del descuento, pito el finiquito. Una calamidad. Pregunto: ¿No había colegiados extremeños, asturianos, madrileños? Porque un árbitro cántabro no deja de ser vecino de los vizcaínos. En fin. Mosqueo.

 

Esteban PedrosaVayamos al génesis del encuentro. Movilla es un entrenador que siempre sorprende. Dejó en el banquillo a Jon Villanueva y a Luque, quizá el jugador con más talento de la plantilla. Podría ser que el técnico vasco, conocedor del filial, prefirió encorsetar a su equipo y enrocar a su defensa. El balón fue siempre, durante la primera entrega del choque, del cuadro verde, que se acercó al área rojiblanca por ambas bandas, aunque no exigiera grandes intervenciones del meta rojiblanco. El Zamora no quería el balón desde el principio. Jamás quiso sacar la pelota jugada. Por lo tanto, Luque sobraba. Solo Dani Hernández intentaba romper la línea defensiva vasca por la banda izquierda, pero lo consiguió en contadas ocasiones. Los disparos rojiblancos fueron accidentales. El más peligroso el de Navas, que obligó a Iru a intervenir, abajo, con acierto.

 

Ramos jugó en una posición en la que apenas entró en contacto con la pelota. Astray se dedicó a destruir por abajo y en el juego aéreo. Navas colaboró más en defensa que en su papel primordial. Mientras arriba Baselga y Coscia apretaban a la defensa vasca para impedir que creasen juego Beñat Prados y el omnipresente Diarra. En ataque, la banda izquierda, Kortazar y Serrano, un chaval de 18 años que hizo la pretemporada con el primer equipo, percutieron con peligro por la banda derecha local. Eso sí, la defensa del Zamora CF se mostró expeditiva y sobria. Los laterales apenas subieron en la primera mitad, protagonizada por una escuadra más dedicada a la destrucción que a la construcción. No obstante, el equipo de Movilla llegó a lanzar tres saques de esquina, merced a algunas acciones individuales. Pero, como digo, el Bilbao Athletic fue el señor del césped.

 

En la reanudación, todo siguió igual, aunque Movilla se vio forzado a cambiar a Baselga, que no lo hizo mal, lesionado. En su lugar entró Losada.

 

Parecía que el Zamora había equilibrado el choque. El dominio vasco fue bajando de intensidad, aunque su cobertura sacaba el balón con suma tranquilidad. Pero llegó la tontería del encuentro, cuando a Astray le dio por regatear a Diarra al borde del área grande. Anduvo tan lento en la acción, que el morenito le arrebato la pelota para ceder a Serrano que largó  un disparo durísimo y seco, raso, que entró en la meta rojiblanca, sin que el cancerbero pudiese impedirlo.

 

Cuatro minutos después de encajar el tanto, Movilla realizaba dos cambios que transformaron el signo del encuentro. Entraron Luque y Dieguito por Astray y Coscia. De tal manera, Ramos pasó a tomar la batuta de su equipo mientras Luque desbordaba la medular vasca y el charro, un chaval joven, muy rápido y con altura, incomodaba a la, hasta ese momento, tranquila zaga bilbaína.

 

El cuadro local empezó a mandar, a construir desde su defensa, merced a la calidad de Ramos y a la entrada del cántabro. De la Sota se vio forzado a inyectar savia nueva a su equipo. Tres cambios de golpe en el minuto 72: Cabo por Serrano, para ocupar el exterior zurdo; Guruceta por Artola, en la banda derecha, y Arberas, en el centro de la defensa, por Lorente.

 

Los rojiblancos jugaron los mejores minutos del encuentro y gozaron de las mejores oportunidades. Dieguito lanzó, por encima del larguero, minutos después otra excelente acción por la izquierda, cuando Jon Rojo empezó ya a subir y colaborar en ataque, pudo ocasionar el empate, pero Fernández lanzó desviado en inmejorable ocasión y poco después otro centro del lateral vasco lo remató a bocajarro Kepa, pero por encima de la portería.

 

Los cambios de Movilla estaban dando sus frutos, tras la salida a vestuarios de Navas y Dani Hernández, y la entrada de los antes mencionados: Kepa y Fernández.

 

Esteban PedrosaLa afición empezó a animar con enorme fuerza. El cuadro vasco se encerró en su área. La pelota no salía del área bilbaína. Piña dejó la defensa y jugo a lo Alexanco, en la punta.  En uno de esos acosos, plenos de voluntad, mano, con el brazo, de un defensa visitante. Pena máxima clara. El árbitro no quiso verla. Después tampoco permitió que se sacase un último córner, no fuera que el Zamora empatase. Vergonzoso. Lo que nos espera esta temporada.

 

Corolario: el Zamora de pretemporada, un equipo flojo en defensa, incapaz en ataque y sin fuerza, ya es historia. El Zamora de la Liga, de esta primera jornada, ya se parece un poquito al de la pasada campaña, sobre todo el de los últimos 25 minutos. Quizá, por demasiado respeto en la primera entrega del partido al filial del Athletic Club se perdió una buena oportunidad de ganar. Todavía faltan cosas. Pero la defensa demostró su solidez. Y creo que hay un buen centro del campo. Lo que resulta intolerable para jugadores profesionales es regatear casi en tu área a un rival, en este caso a un jugador como Diarra, pegajoso, atlético y con calidad.

 

El Zamora cayó con orgullo, en definitiva, ante un excelente filial, que tampoco gozó de más oportunidades de marcar que el gol que le dio los tres puntos.

 

Esteban PedrosaPara rematar su nauseabundo partido, el árbitro mostró la roja a Dieguito, cuando ya había concluido el partido, después de impedir que el  Zamora sacara un córner en el instante final. El joven jugador charro le diría algo poco bonito o se acordó de algún miembro de su familia.

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