CON LOS CINCO SENTIDOS
Quiero respirar
Reconozco que a veces no estoy al cien por cien, ni para nadie, ni para mi familia, ni para mis amigos, ni para mí. Por eso necesito perderme unos días para volver a reencontrarme y retomar fuerzas. Para echarme algo de gasolina vital que me permita seguir batallando. Pero si se me exprime en demasía me quedaré en nada. Dejaré de ser y de estar… y eso no entra en mis planes de futuro, ni a corto ni a medio plazo.
Nos creemos invencibles. Pensamos que podremos con todo lo que se nos ponga de por medio y luego, tristes humanos, porque somos eso, humanos, nos damos cuenta de que tenemos un límite, que somos finitos. El agotamiento mental podrá y puede con el físico y se trasladará a cada miembro de tu cuerpo para dejarte bien patente que, o paras, o te vas al carajo. Así de simple. Tenemos dos manos para trabajar y un cerebro para ordenarlo todo en nuestro interior a la par que dar instrucciones al exterior. Pero cuando ambas partes están agotadas, van dando tumbos, se equivocan y echan café en la sopa y llaman a un teléfono que ya no existe, donde nadie contesta al otro lado de la línea. Entonces recuerdas que estás mal y debes recibir ayuda o, al menos, respirar unos días la armonía y la tranquilidad de un hogar. O marcharte lejos para que la soledad sea tu única compañera de viaje, de posada y fonda.
No es egoísmo, no, es necesidad de cura en cuerpo y alma para seguir adelante con arrestos suficientes y energías renovadas. Es meditar para salir del hoyo con el cerebro curado y dispuesto a mil victorias o a mil derrotas, pero fuerte y firme. En paz. De vez en cuando es necesario aislarse del mundanal ruido para encontrar la esencia de uno mismo, esa que vamos dejando por el camino y que constituye la parte más importante de nuestra persona, de nuestro ser, esa que no hay que perder bajo ningún concepto. Por eso, quiero respirar. Lo necesito. Quiero volver a ser yo, que ya me voy echando de menos…
Nélida L. del Estal Sastre
Reconozco que a veces no estoy al cien por cien, ni para nadie, ni para mi familia, ni para mis amigos, ni para mí. Por eso necesito perderme unos días para volver a reencontrarme y retomar fuerzas. Para echarme algo de gasolina vital que me permita seguir batallando. Pero si se me exprime en demasía me quedaré en nada. Dejaré de ser y de estar… y eso no entra en mis planes de futuro, ni a corto ni a medio plazo.
Nos creemos invencibles. Pensamos que podremos con todo lo que se nos ponga de por medio y luego, tristes humanos, porque somos eso, humanos, nos damos cuenta de que tenemos un límite, que somos finitos. El agotamiento mental podrá y puede con el físico y se trasladará a cada miembro de tu cuerpo para dejarte bien patente que, o paras, o te vas al carajo. Así de simple. Tenemos dos manos para trabajar y un cerebro para ordenarlo todo en nuestro interior a la par que dar instrucciones al exterior. Pero cuando ambas partes están agotadas, van dando tumbos, se equivocan y echan café en la sopa y llaman a un teléfono que ya no existe, donde nadie contesta al otro lado de la línea. Entonces recuerdas que estás mal y debes recibir ayuda o, al menos, respirar unos días la armonía y la tranquilidad de un hogar. O marcharte lejos para que la soledad sea tu única compañera de viaje, de posada y fonda.
No es egoísmo, no, es necesidad de cura en cuerpo y alma para seguir adelante con arrestos suficientes y energías renovadas. Es meditar para salir del hoyo con el cerebro curado y dispuesto a mil victorias o a mil derrotas, pero fuerte y firme. En paz. De vez en cuando es necesario aislarse del mundanal ruido para encontrar la esencia de uno mismo, esa que vamos dejando por el camino y que constituye la parte más importante de nuestra persona, de nuestro ser, esa que no hay que perder bajo ningún concepto. Por eso, quiero respirar. Lo necesito. Quiero volver a ser yo, que ya me voy echando de menos…
Nélida L. del Estal Sastre


























Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.217