Viernes, 21 de Noviembre de 2025

Antonio Requejo
Viernes, 10 de Septiembre de 2021
TERCERA EDAD EN ACCIÓN

El Ayuntamiento de Zamora y su problema endémico con las bajas temerarias

Tercera Edad en Acción: "La adjudicación de servicios públicos esenciales para la ciudad a empresas que presenta escasa dotación económica causa un grave daño a la ciudad"

[Img #56650]Se sabe, lo sé, que Francisco Guarido, nuestro alcalde, es persona ahorradora y considere el euro público como moneda sagrada. Gasta lo que puede y siempre, desde hace seis años que accedió a la Alcaldía, lo viene demostrando. Pero su afán por el ahorro le conduce a errores que, si en principio, buscaban el beneficio del pueblo, a posteriori, perjudican a la ciudad. El caso más significativo ha sido, es y no se sabe hasta cuándo perdurará, el del Banco de España y su conversión en sede de la Policía Municipal. Su querencia por las adjudicaciones a la baja ha provocado que las empresas que pujaron por la ejecución de las obras de restauración abandonaran su labor. Pasan los años y todo sigue igual, aunque se nos ha dicho que, en breve, comenzarán las máquinas a trabajar. Mi postura, la del apóstol Tomás.

 

Algo parecido sucede con la adjudicación del contrato más importante del Ayuntamiento: el Servicio de Limpieza. También a la baja. Entró una empresa que, al parecer, se halla a falta de solvencia económica en dos importantes ciudades de la autonomía. Los propios profesionales de la limpieza afirman que el montante económico que puso encima de la mesa la empresa perjudicaría su labor, porque se trabajará con equipos obsoletos, sin la maquinaria que requieren ahora mismo las ciudades para quedar aseadas y pulcras.

 

Tercera Edad en Acción valora que Guarido sea una persona honrada, no un político con gusto por las obras faraónicas, ni por tirar el dinero público en estupideces para su propio lucimiento, como aconteció en otros anteriores mandatos municipales. Pero no me explicó por qué ese afán por las bajas, que son temerarias, en las adjudicaciones de los grandes servicios municipales. Porque lo que, a priori, merecería alabanzas, concluye en críticas a esa gestión económica.

 

Lo que me parece una paradoja es que el Ayuntamiento de Zamora abordarse el enorme gasto de reponer, restaurar, arreglar las aceras de Cardenal Cisneros, un gran obra, cuando correspondía al Estado, al Ministerio de Fomento u Obras Públicas, o como se denomine ahora, atender, después de 30 años desde que se colocaron las baldosas, su ejecución. Eso sí que es un gasto superfluo. ¿Se consideraba necesario? Por supuesto. Pero, dada la afinidad ideológica de Guarido y sus concejales con el Gobierno actual, debería haberse insistido en ese menester. No obstante, me encantaría que nuestro alcalde reclamase esa inversión al ejecutivo sanchista. Porque los zamoranos, encima de pobres, hacemos caridad con el rico, en este caso el Gobierno de la nación.

 

Antonio Requejo

Delegado de Tercera Edad en Acción en Zamora.

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