PASIÓN POR ZAMORA
Manipulación periodística desde el poder contra el proyecto de la Biorrefinería
Duele a los enemigos del progreso que Zamora avance, se industrialice y deje de ser una geografía dominada por el caciquismo, despoblada y sin actividad
Si me sigue, sabrá que he escrito, con reiteración, que en Zamora el poder, omnímodo, intenta que nuestra ciudad y la provincia no progresen, sino que sigan viajando hacia el pasado en el túnel del tiempo. Una serie de empresarios, apoyados por políticos del tres al cuarto, que dominan los medios de comunicación, procuran que se cumpla el aserto de Lampedusa: “Qué todo cambie para que todo siga igual”. Las transformaciones siempre epidérmicas, porque, si se profundiza, se desmorona su fuerza, el pastoreo sobre la masa, en el redil social, y la prensa local, con un periódico de capital foráneo, que vive por encima de sus posibilidades económicas, merced al apoyo de instituciones públicas, esclarecen cuanto escribo. No hay crítica al poder, porque nadie muerde la mano del que le da de comer.
Este primer párrafo se origina en las cuitas de la Biorrefinería Multifuncional de Barcial del Barco. Vicente Merino lleva más de 14 años intentando que su idea, su deseo, casi filantrópico, se convierta en realidad. El jueves, se firmó ante notario la compra de los terrenos en los que se construirá la factoría. Requejo, como presidente de la Diputación, compró a Ecobarcial (Iberdrola) las hectáreas sobre las que se levantará la biorrefinería. Se trata de la mayor inversión privada de la historia. Ahora se cederán los terrenos a la empresa de Merino para que avancen las obras, que concluirán en dos años, siempre que el mal se rinda.
Me pareció la noticia más importante en muchos años para el futuro de nuestra provincia. Ese periódico que no es de Zamora, que compró El Correo, diario centenario para minimizar, jibarizar, su cabecera, apenas le dio importancia a la noticia. La ocultó. La situó por debajo, en una página muerta, de las tantas que carecen de importancia en ese periódico, si exceptuamos las esquelas, esenciales en una ciudad pequeña, en una ciudad-pretérito como Zamora. Además manipula información sobre la biorrefinería, poniendo en boca del presidente del Puerto de Gijón, Sr. Lourido, que el proyecto de Merino se encuentra “muy verde”, cuando el empresario asturiano se refería a otra idea del alcalde de Benavente. El caso es seguir haciendo daño, porque obedece a los intereses del poder. Nunca la prensa local dependió tanto del dinero público como en estos años. Como resulta esencial la pasta política para seguir editando papel, la labor fundamental de un periódico que consiste en zaherir, criticar, desnudar las acciones del poder, no ha lugar. A cambio, fotos de los que mandan, de los que facilitan ingresos, vía publicidad; de los empresarios que dirigen el cotarro. En tiempos de Maíllo, fotos en portada del personaje; después, de Martín Pozo; ahora del PSOE y de políticos de la Junta. El que paga manda.
Aquel día, lejano en el tiempo, allá en la última década de la pasada centuria, en el que El Correo de Zamora pasó a manos extrañas a los intereses de nuestra tierra, por la incapacidad, cobardía y mediocridad de un grupo de empresarios zamoranos, nada progresistas, mendaces en su amor a nuestra provincia, que vendieron lo que formaba parte de nuestro patrimonio cultural, se inició la decadencia de estas tierra.
Porque El Correo de Zamora tenía más historia que la mayor parte de las cofradías de la Semana Santa. Y no pasó nada. Nadie protesto. Ignorancia periódistica. ¡Qué clase de empresarios hay en nuestra geografía que “regalaron” nuestro periódico a gente extraña a Zamora! ¡Qué emprendedores eligieron ganar cuatro cuartos y permitir que administrasen nuestra información, nuestro porvenir, capitalistas que ordeñan siempre la ubre de la vaca política que da más leche! ¿Zamora es tan paupérrima que carece de bizarría, fuerza, genio, testículos, para crear su propio periódico?
Sé que ahora la prensa escrita, más en Zamora, pierde dinero, mucho. Sé que un periódico, como el que cito, vive de la caridad pública, que sin esa “ayuda” se cerraría. Pero mientras nuestra ciudad y su provincia carezcan de un medio de comunicación propio, zamorano, que sienta nuestra tierra, que luche por su porvenir, que critique a los que nos hacen daño, nunca saldremos de esta decadencia económica y social que nos empuja a la nada política.
El poder, caciquil y secular, ha intentado detener el proyecto de Merino Febrero. No ha podido. Me imagino que Requejo habrá sufrido enormes presiones. Pero este empresario posee una escala de valores y unos conceptos éticos que desprecia todo tipo de tentaciones. Sin él, la Biorrefinería jamás habría encontrado terrenos en Zamora para levantarse. No obstante, advierto que el poder reaccionario, caciquil, retrógrado, a través de sus medios de comunicación, seguirá haciendo daño, puteando, difamando y manipulando hasta el último suspiro. El bien vencerá. Pero el mal no descansa nunca.
¡Pensad, zamoranos y zamoranas, y obrad en conciencia! Hay que rezar menos, pues ya no sirve para nada, y rebelarse contra los que nos oprimen, asustan y dominan. No se admiten pusilánimes, ni gente enferma de apatía.
Eugenio-Jesús de Ávila
Si me sigue, sabrá que he escrito, con reiteración, que en Zamora el poder, omnímodo, intenta que nuestra ciudad y la provincia no progresen, sino que sigan viajando hacia el pasado en el túnel del tiempo. Una serie de empresarios, apoyados por políticos del tres al cuarto, que dominan los medios de comunicación, procuran que se cumpla el aserto de Lampedusa: “Qué todo cambie para que todo siga igual”. Las transformaciones siempre epidérmicas, porque, si se profundiza, se desmorona su fuerza, el pastoreo sobre la masa, en el redil social, y la prensa local, con un periódico de capital foráneo, que vive por encima de sus posibilidades económicas, merced al apoyo de instituciones públicas, esclarecen cuanto escribo. No hay crítica al poder, porque nadie muerde la mano del que le da de comer.
Este primer párrafo se origina en las cuitas de la Biorrefinería Multifuncional de Barcial del Barco. Vicente Merino lleva más de 14 años intentando que su idea, su deseo, casi filantrópico, se convierta en realidad. El jueves, se firmó ante notario la compra de los terrenos en los que se construirá la factoría. Requejo, como presidente de la Diputación, compró a Ecobarcial (Iberdrola) las hectáreas sobre las que se levantará la biorrefinería. Se trata de la mayor inversión privada de la historia. Ahora se cederán los terrenos a la empresa de Merino para que avancen las obras, que concluirán en dos años, siempre que el mal se rinda.
Me pareció la noticia más importante en muchos años para el futuro de nuestra provincia. Ese periódico que no es de Zamora, que compró El Correo, diario centenario para minimizar, jibarizar, su cabecera, apenas le dio importancia a la noticia. La ocultó. La situó por debajo, en una página muerta, de las tantas que carecen de importancia en ese periódico, si exceptuamos las esquelas, esenciales en una ciudad pequeña, en una ciudad-pretérito como Zamora. Además manipula información sobre la biorrefinería, poniendo en boca del presidente del Puerto de Gijón, Sr. Lourido, que el proyecto de Merino se encuentra “muy verde”, cuando el empresario asturiano se refería a otra idea del alcalde de Benavente. El caso es seguir haciendo daño, porque obedece a los intereses del poder. Nunca la prensa local dependió tanto del dinero público como en estos años. Como resulta esencial la pasta política para seguir editando papel, la labor fundamental de un periódico que consiste en zaherir, criticar, desnudar las acciones del poder, no ha lugar. A cambio, fotos de los que mandan, de los que facilitan ingresos, vía publicidad; de los empresarios que dirigen el cotarro. En tiempos de Maíllo, fotos en portada del personaje; después, de Martín Pozo; ahora del PSOE y de políticos de la Junta. El que paga manda.
Aquel día, lejano en el tiempo, allá en la última década de la pasada centuria, en el que El Correo de Zamora pasó a manos extrañas a los intereses de nuestra tierra, por la incapacidad, cobardía y mediocridad de un grupo de empresarios zamoranos, nada progresistas, mendaces en su amor a nuestra provincia, que vendieron lo que formaba parte de nuestro patrimonio cultural, se inició la decadencia de estas tierra.
Porque El Correo de Zamora tenía más historia que la mayor parte de las cofradías de la Semana Santa. Y no pasó nada. Nadie protesto. Ignorancia periódistica. ¡Qué clase de empresarios hay en nuestra geografía que “regalaron” nuestro periódico a gente extraña a Zamora! ¡Qué emprendedores eligieron ganar cuatro cuartos y permitir que administrasen nuestra información, nuestro porvenir, capitalistas que ordeñan siempre la ubre de la vaca política que da más leche! ¿Zamora es tan paupérrima que carece de bizarría, fuerza, genio, testículos, para crear su propio periódico?
Sé que ahora la prensa escrita, más en Zamora, pierde dinero, mucho. Sé que un periódico, como el que cito, vive de la caridad pública, que sin esa “ayuda” se cerraría. Pero mientras nuestra ciudad y su provincia carezcan de un medio de comunicación propio, zamorano, que sienta nuestra tierra, que luche por su porvenir, que critique a los que nos hacen daño, nunca saldremos de esta decadencia económica y social que nos empuja a la nada política.
El poder, caciquil y secular, ha intentado detener el proyecto de Merino Febrero. No ha podido. Me imagino que Requejo habrá sufrido enormes presiones. Pero este empresario posee una escala de valores y unos conceptos éticos que desprecia todo tipo de tentaciones. Sin él, la Biorrefinería jamás habría encontrado terrenos en Zamora para levantarse. No obstante, advierto que el poder reaccionario, caciquil, retrógrado, a través de sus medios de comunicación, seguirá haciendo daño, puteando, difamando y manipulando hasta el último suspiro. El bien vencerá. Pero el mal no descansa nunca.
¡Pensad, zamoranos y zamoranas, y obrad en conciencia! Hay que rezar menos, pues ya no sirve para nada, y rebelarse contra los que nos oprimen, asustan y dominan. No se admiten pusilánimes, ni gente enferma de apatía.
Eugenio-Jesús de Ávila
María Luisa González | Lunes, 13 de Septiembre de 2021 a las 18:00:01 horas
Los promotores ya han puesto mucho más que esa cantidad, que por cierto no es una subvención ha sido un apoyo de la Diputación para que el proyecto no se marchara de ZAMORA.
Que vergüenza que tengamos emprendedores que inviertan todo su patrimonio y tiempo, llevan ya 15 años, y que haya gente que preste a hacer comentarios de este tipo.
Seguro que usted "latin lover" prefiere que se den subvenciones millonarias a la Renault y a las azucareras, millones y millones para Burgos, Palencia y Valladolid y por cierto ¿por qué no pone su nombre y apellidos?
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