Domingo, 21 de Septiembre de 2025

Eugenio de Ávila
Martes, 28 de Septiembre de 2021
PASIÓN POR ZAMORA

Zamora podría entrar en erupción si el Gobierno se olvida de Monte la Reina

Los políticos socialistas zamoranos deberían explicar a su presidente que obviar, un año más, en el PGE 2022 una inversión potente para el proyecto de instalación militar en Monte la Reina, acarrearía graves consecuencias para su partido en nuestra tierra

[Img #57239]De vez en vez, cuando reposo mi cuerpo sobre el lecho vacío y mi testa sobre mi almohada con formas de mujer, me da por pensar, verbo que conjugo en tres o cuatro ocasiones al año, en qué haría yo en caso de ser fulanito o menganito. Cierto que nunca me pongo en plan femenino. La mente de la mujer es más rica y compleja que la del varón. Y anoche, después de Monte la Reina protagonizara tanto la reunión de la junta directiva de la CEOE de Castilla y León, como la de la junta general ordinaria de Zamora10, imaginé cómo respondería a la prensa y al pueblo de Zamora si fuese Antidio Fagúndez, diputado nacional del PSOE, si el Gobierno de Sánchez, su ídolo político y jefe, se olvidase de colocar una partida cercana a los 30 millones de euros –tercera parte su coste total- en el PGE del Estado para el año 2022, destinados al proyecto de convertir en instalación militar Monte la Reina, con el objetivo de que una unidad del Ejército español se asentase en ese castro para realizar sus labores.

 

Y me dieron escalofríos, náuseas, retortijones. ¿Qué argumentos podría emplear para convencer a las instituciones zamoranas, a los ciudadanos, a los empresarios de que la culpa de ese olvido quizá se debería a circunstancias económicas, militares, políticas, más después de haber comprometido ese proyecto su presidente en el Ramos Carrión, casi dos años desde tal promesa, y reiterarlo él mismo y Ana Sánchez en ese escenario teatral y cada dos por tres en la prensa? A un servidor le daría vergüenza echarle la culpa al PP, porque el ejecutivo regional ofreció ya 15 millones de euros para avanzar ese proyecto; o señalar a la Diputación como culpable de que ese sueño de tantos zamoranos, de la capital y de Toro, no se hiciese realidad. Pero todo es posible. Porque la res pública te endurece el alma, te aleja del pueblo, te aparta de la verdad para, cual mago, hacer de la mentira una forma de actuar, de ser y de estar.

 

Un político que cree en el pueblo, que es libre de las jerarquías de los partidos, con personalidad, dimitiría si su Gobierno incumpliese su palabra, pronunciada en público, un compromiso con la militancia, con sus votantes. Pero sabemos, desde que Alfonso Guerra -¡Cuánto lo echo de menos, manda “huevos”- pronunció aquel aserto-amenaza: “Er que ze mueve no zale en la fotografía”. Lo he escrito en andalú, cual pide ahora una podemita de aquella tierra de poetas sublimes. Y Fagúndez, y Maíllo, y Pozo y toda esta caterva de políticos profesionales deben pleitesía a sus jefes, ya fueran Zapatero y Rajoy antaño, y hogaño, Sánchez y Casado.

 

 El pueblo solo es una excusa, un pretexto, un engaño, al que se acude cuando las urnas adquieren protagonismo. Nosotros, los ciudadanos libres, los que no creemos a nadie ni en nada, los que estamos en un momento vital en el que el miedo nos tiene miedo, sabemos que el poder siempre miente, que nos engaña; pero hacemos que  creemos lo que nos dicen los políticos, sean del color que fueren. Solo se distinguen en quiénes mienten más y mejor y quiénes engañan durante más tiempo.

 

Los zamoranos, tan acostumbrados a perder que ganar nos ofende, ya hemos perdido tanto, resignados a vivir en la provincia con menos actividad económica de España y la más envejecida, que, aunque nos sepamos todos los cuentos, como León Felipe, ponemos cara de tontos y seguimos andando hacia ninguna parte.

 

Ahora bien, advierto que, si el Gobierno de Sánchez se olvida de Monte la Reina en las próximas cuentas del Estado, nos veremos en las urnas en las próximas elecciones locales y legislativas. Exijo a Fagúndez, mientras llega el momento de presentar los PGE 2022, que convenza a su ídolo, el presidente Sánchez, que en Zamora también puede entrar en erupción un volcán que cubra, con la lava de la valentía, las siglas del PSOE, un partido que obvia a una provincia humilde, sencilla y maltratada por el poder político a lo largo de la historia.

Eugenio-Jesús de Ávila

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