Jueves, 18 de Septiembre de 2025

Manuel Herrero Alonso
Viernes, 01 de Octubre de 2021
DENUNCIAS

La zona del Portillo de la Lealtad, intransitable

La solución es sencilla, solo se necesita la reposición del firme con zahorra y la limpieza de la canalización del agua de lluvia

M.H.A.Es el Portillo por el que entró en la bien cercada Bellido Dolfos, después de conseguir, mediante una estratagema dar muerte a Sancho, liberándonos del asedio de los castellanos, que ya se prolongaba durante siete meses y siete días. El camino que recorrió a lomos de su caballo, llegando a las murallas quién sabe cuál sería; cercano al actual, semejante, paralelo o coincidente en algún punto. Puede que, en algún tramo, incluso fuera el mismo que hoy permite subir entre jardines hacia los aledaños del castillo. No tuvo dificultades para recorrerlo, aún perseguido por un mercenario de la guerra. Hoy, visitado por muchos turistas, interesados en comprobar por dónde accedió el salvador de la ciudad, descubren una cuesta en pésimo estado, que denota la dejadez  en el mantenimiento de las infraestructuras de la ciudad, el desprecio al visitante y el escaso respeto hacia nuestra historia. 


Es lo que descubren los viajeros en el recorrido turístico, tras el Portillo y sus particulares escaleras de bajada, un camino de tierra, también en pendiente, en el que las escorrentías de agua han causado destrozos de consideración, alcanzando, no solo a la capa superficial, también a su base, donde ya se remueve hasta alguna piedra, causando regueros en el terreno de varios centímetros de profundidad, que dificultan notablemente el paso con normalidad, lo que obliga a caminar con cuidado, por la bucólica zona, no existiendo otro peligro que el de encontrar una caída.


M.H.A.Desde la rehabilitación del camino, de lo que hace ya bastantes años, se comprobó que la lluvia, discurriendo por la superficie se llevaba la tierra y hacía surcos, con lo cual se optó por añadir dos canales con su rejilla metálica cruzando de lado a lado, uno en la parte superior, otro a unos metros. La misión de ambos era reconducir el caudal de agua desviándose hacia un lado impidiendo que circulara cual corriente sobre el camino. Como era de esperar, las canaletas se llenaron de tierra, con las primeras lluvias, cegándose con los arrastres y dejando de cumplir su misión.

 

La resolución es sencilla y no necesita de gran obra de ingeniería, reposición del firme con zahorra compactada y el desvío del agua procedente de la lluvia, mediante canalización, que precisa de su limpieza periódica. 

Manuel Herrero Alonso

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