Miércoles, 17 de Septiembre de 2025

Eugenio de Ávila
Viernes, 01 de Octubre de 2021
HISTORIA

Las izquierdas republicanas no querían el voto de la mujer

Clara Campoamor, se exilió del Madrid republicano en plena guerraEl PSOE se jacta, como suele suceder siempre desde que Pablo Iglesias lo fundase, de todo momento histórico que transformarse nuestra nación.  Gesto propio de este partido, autor de varios golpes estado a lo largo de su historia, de los que, en absoluto, se recrea, más bien guarda silencio o tergiversa. Al sanchismo le apasiona Largo Caballero, pero renuncia a Besteiro, el mejor, el más honrado e inteligente, el verdadero socialista democrático.

 

Hoy, verbigracia, los voceros de provincias, ignorantes de tantas cosas, celebran el 90 aniversario de la aprobación del voto femenino de España, 1 de octubre de 1931, merced a la descomunal labor parlamentaria de Clara Campoamor. Sin embargo, no se corresponde por la verdad, porque la diputada, que después se fue al exilio huyendo de la revolución en Madrid, debió tenérselas  para aprobar la nueva ley con dos diputadas de izquierdas: Margarita Nelken y Victoria Kent, contrarias a que la II República concediese a las de su género elegir en las urnas. Acudamos a la historia, no a la memoria, que son dos formas de recordar absolutamente distintas, incluso un oxímoron.

 

Margarita Nelken, diputada del PSOE, dijo en 1931: "Poner un voto en manos de la mujer es hoy, en España, realizar uno de los mayores anhelos del elemento reaccionario". Por otro, también Indalecio Prieto, ex líder del PSOE: "Se ha dado una puñalada trapera a la República".

 

Más votos de republicanos en contra de que las féminas pudieran elegir a sus políticos para representarlas en el Congreso de los Diputados. Historia. Documentos. No es memoria.  Un servidor no vivía entonces. Me habrían fusilado unos u otros. Diáfano. Lea lo que transcribo, extraído de la historia: Roberto Novoa, (Federación Republicana Gallega): «La mujer es histerismo y se deja llevar por la emoción y no por la reflexión crítica». Hilario Ayuso (Partido Republicano Federal): «El histerismo impide votar a la mujer hasta la menopausia».  Eduardo Barriobero (Partido Republicano Democrático Federal) exigió excluir de dicho derecho a las 33.000 monjas que existían en España.

 

Dos de las tres diputadas que había en el Congreso en 1931, ambas izquierdistas, comunista y socialista, se mostraron en contra de otorgar el sufragio a la mujer. Margatira Nelken, que había ingresado en el PSOE poco antes, y por otro Victoria Kent, diputada del Partido Radical Socialista.

 

Cómo se  pronunciaron entonces estas dos dirigentes socialistas. Lea: Kent argumentaba que tanto la inmadurez como la falta de responsabilidad social de la mujer podía dañar a la República y favorecer en las elecciones a sus enemigos, ya creía que gran parte de las mujeres “antes de votar, lo consultaría con su director espiritual“.

 

Estos argumentos eran compartidos por Margarita Nelken, quien a su vez llegó a afirmar que: “Poner un voto en manos de la mujer es hoy, en España, realizar uno de los mayores anhelos del elemento reaccionario”.

 

Pero cómo le fue a Clara Campoamor en plena España revolucionaria. Con los ultraizquierdistas en Madrid, comprobó como el término fascista se utilizaba de forma tan bélica. Así lo relató en su obra “Revolución en España”, escrita en plena Guerra Civil, en París.  Las propias presiones que recibió desde las huestes revolucionarias  radicales la obligaron  a exiliarse a la capital francesa. Desconsolada, dolida y despreciada comenzó a escribir en 1937 un diario que recomiendo a los hombres y las mujeres libres. Las memorias de esta inteligente, sensible y preparada mujer republicana se escondieron por parte de los propios españoles, republicanos o no: «Al principio se persiguió a los elementos fascistas. Luego la distinción se hizo borrosa. Se detenía y se fusilaba a personas pertenecientes a la derecha, luego a simpatizantes, más tarde a los miembros del partido radical de Lerroux, y luego –error trágico o venganza de clase- se incluyó a personas de izquierda republicana como el infeliz director de un colegio para muchachos, el Sr. Susaeta, hijo de un ex-diputado  radical socialista… Cuando se comprobaron aquellos errores, se echaba la culpa de los asesinatos a los fascistas y se continuaba”.

 

Más. Otro aserto definitivo de Campoamor: «Estoy tan alejada del fascismo como del comunismo, soy liberal». Una descripción de aquel momento histórico que podría trasladarse a este 2021, muy empleada por  podemitas y sanchistas: “La división tan sencilla como falaz hecha por el gobierno -el de la República en 1937-entre fascistas y demócratas para estimular al pueblo no se corresponde con la verdad” . Y enfatiza: “Me siento ciudadana antes que mujer”.

 

No creo que los admiradores de la historia del PSOE debieran adueñarse  hoy de este 90 aniversario, sino criticar su pasado, su intento de detener al poder de la mujer en nuestra sociedad.  Hicieron todo lo posible para que las féminas siguiesen postradas, serviles y humilladas a los varones. ¿No pide asume la culpa el Papa por los crímenes de la Iglesia? Pues imítenle.

Eugenio-Jesús de Ávila

 

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