¿Cuántos muertos son necesarios, D. Antidio?

Me gusta viajar a Aliste, a San Vitero, Alcañices... a San Juan del Rebollar. Tengo amigos y me tratan como unos más de ellos, (casi). Pienso que esto le pasa a todo que conoce la austeridad de aquella tierra. A todos. La única diferencia está entre los que no pueden confesarlo...(!!??), y los que no les importa. Incluso algunos lo hacemos con orgullo.

Esto ocurre, también, con Sayago, Sanabria, Benavente, los Valles... Somos Zamora y, aunque seamos cada vez menos, está llena de zamoranos.

Seguramente por ir a horas variadas, en días insospechados, incluso para mí, y en todo caso con poca frecuencia, no conocía que la carretera que nos lleva hasta aquellos lugares, además de insoportable, inaceptable e insultante para los zamoranos, alístanos...portugueses, es  un atentado a la integridad, moral y física, de sus usuarios. Entre ellos, la mayoría la componen los alístanos que se desplazan 10, 20... 50 kilómetros para hacer sus gestiones, trabajos, obligaciones. Pese a ello, la INMENSA mayoría de los vehículos que la transitan la carretera Nacional 122, Europea 82,  son camiones de 5/6 ejes y 40/42 toneladas de MMA.

Señor Fagúndez, está usted tocado en estos momentos por la “Varita de Gracia” que propicia nuestro Presidente, Sr. Sánchez: ha conseguido que tras la promesa realizada, (para apoyarle a usted en las últimas Elecciones Nacionales y conseguir nuestro voto), PUEDA HABER DECIDIDO REABRIR MONTE LA REINA  y dotar 20 millones de los Presupuestos.

Estoy seguro de que le ha costado su trabajo conseguirlo. Se lo digo y reconozco sinceramente. Hasta conseguirlo, habrá tenido que recibir algún codazo, y ver como se le adelantaba algún “compañero-adversario” para conseguir los beneplácitos del Presidente para las promesas realizadas en otras tierras y con los mismos objetivos; también habrá llegado a la “meta” en  <<foto-finish>> con otro de esos compañeros, cuya sonrisa de ganador delataba y adelantaba el dictamen del “juez”. Esta vez ha tenido que ser usted, D. Antidio, el más listo de la clase para conseguir lanzar el último salvavidas que quedaba en el barco que se hunde y al que pueda amarrarse su ciudad.

Ahora le toca intentarlo... le toca conseguirlo con la N-122.

En ese viaje que citaba al comienzo, en una de sus subidas/bajadas, un camión de los que también he citado, (seguramente con 400 Kms. ya a sus espaldas, 1.000 ó 2.000 hasta poder llegar a su destino el día siguiente...temprano), bajaba invadiendo 1 metro de mi carril de subida. Seguramente lo hacía adormilado, puesto que cuando llegamos a estar a la misma altura, cruzándonos, seguía compartiendo esa parte de la carretera, cuyo arcén, (de arena), no supera los 50 cms. No creo que fuese la pericia. Tal vez la Providencia. No creo tener (mucha) suerte... puesto que aún faltaba por superar el último contacto con esa masa sobre 20 ruedas y el bamboleo  que el rebufo debía provocar...y que provocó.

Como se dice en estos casos, vi pasar la muerte por mis ojos. Pensé  engrosar la “lista de damnificados” por el olvido... tras construir los portugueses sus 265 Kms. desde Oporto, y los españoles (¿nosotros?) sus 60 kms. que conectan la capital, con el nudo de Tordesillas, para poder así llegar a medio territorio español y a TODA EUROPA.

Como digo, ¿quién se olvidó de terminar ese último tramo de 55 kms. que permite a los ciudadanos lusos del norte de Portugal llegar a Zamora, Francia, Europa... sin jugarse la vida en unos kms. frenéticos? ¿Quién se olvidó de terminar esa vía internacional, poniendo en juego la vida de los alístanos?.

D. Antidio: ¿cuántos accidentes y/o muertes cree usted que serían necesarios para felicitarle su labor de convicción en Madrid?

                                                                                                                      Gonzalo Julián