COSAS MÍAS
Zamora, entre la adolescencia mental y la vejez física
En nuestra tierra se produce un raro fenómeno como es la convivencia de una adolescencia mental con una vejez física. Adolescencia mental en la política, adolescencia en los medios de comunicación, adolescencia en el mundo de la empresa. Siempre hay excepciones que confirman la regla. Y hay una ancianidad física, como lo demuestran los datos demográficos.
Aquí se piensa como los adolescentes, que la vida es sentarse en un queso y comer de otro, como comentaba, con sorna, un profesor del viejo Corazón de María. La gente quiere que se lo den todo hecho, pero sin exigir nada a los jefes, a los jerarcas de la política, a los partidos ladrones de votos y magos de las promesas.
Con personas mayores en edad, pero pusilánimes; con políticos adolescentes, que llevan, desde la tierna infancia, viviendo del partido, del cobismo, como sucede con los socialistas y populares zamoranos que ocupan mando en plaza, sillón de preboste en Senado, Congreso y Cortes de Castilla y León, percibiendo sueldos superiores a los que les depararía su capacidad profesional, Zamora se nos muere. Vamos del rosa al amarillo, de la adolescencia a la vejez, con aportaciones de madurez política en Francisco J. Requejo, por citar a un político joven; con la única izquierda real que representa Guarido, pero una izquierda no revolucionaria, no marxista, sino pragmática, de ama de casa humilde, sencilla, sin grandes aspiraciones a cambiar de la vivienda del barrio a una lujosa en el centro de la ciudad, más Zamora10 y sus ideas, casi siempre abortadas por una quinta columna arcaica, y Viriatos, con esa mujer excepcional que es Ana Morillo; las plataformas contra las fotovoltaicas, y organizaciones luchadores, que se fajan con el poder como la que lideran Pedrero y Cantuche, dúo dinámico de la salud en esta provincia que social y económicamente claman por la extremaunción.
Eugenio-Jesús de Ávila
En nuestra tierra se produce un raro fenómeno como es la convivencia de una adolescencia mental con una vejez física. Adolescencia mental en la política, adolescencia en los medios de comunicación, adolescencia en el mundo de la empresa. Siempre hay excepciones que confirman la regla. Y hay una ancianidad física, como lo demuestran los datos demográficos.
Aquí se piensa como los adolescentes, que la vida es sentarse en un queso y comer de otro, como comentaba, con sorna, un profesor del viejo Corazón de María. La gente quiere que se lo den todo hecho, pero sin exigir nada a los jefes, a los jerarcas de la política, a los partidos ladrones de votos y magos de las promesas.
Con personas mayores en edad, pero pusilánimes; con políticos adolescentes, que llevan, desde la tierna infancia, viviendo del partido, del cobismo, como sucede con los socialistas y populares zamoranos que ocupan mando en plaza, sillón de preboste en Senado, Congreso y Cortes de Castilla y León, percibiendo sueldos superiores a los que les depararía su capacidad profesional, Zamora se nos muere. Vamos del rosa al amarillo, de la adolescencia a la vejez, con aportaciones de madurez política en Francisco J. Requejo, por citar a un político joven; con la única izquierda real que representa Guarido, pero una izquierda no revolucionaria, no marxista, sino pragmática, de ama de casa humilde, sencilla, sin grandes aspiraciones a cambiar de la vivienda del barrio a una lujosa en el centro de la ciudad, más Zamora10 y sus ideas, casi siempre abortadas por una quinta columna arcaica, y Viriatos, con esa mujer excepcional que es Ana Morillo; las plataformas contra las fotovoltaicas, y organizaciones luchadores, que se fajan con el poder como la que lideran Pedrero y Cantuche, dúo dinámico de la salud en esta provincia que social y económicamente claman por la extremaunción.
Eugenio-Jesús de Ávila



















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