SILENCIO
Prensa, partidos políticos, sindicatos y empresarios callan sobre la biorrefinería de Barcial
El 16 de noviembre, Vicente Merino Febrero decidió poner fin a los trabajos que su empresa venía realizando en Barcial del Barco, por presuntas "corruptelas" en algunos políticos de la Junta, hecho del que solo ha informado El Día de Zamora y pedido explicaciones Podemos, Tercera Edad en Acción y Ahora Decide
El 16 de los corrientes, Vicente Merino Febrero decidió sacar las máquinas de los terrenos de Barcial del Barco, adquiridos por la Diputación hace algunos meses, tras abonar más de 300.000 euros a Ecobarcial, anterior propietario, con el objetivo de que se construyese la Biorrefinería multifuncional.
El Día de Zamora, que ofrece siempre las noticias esenciales para la vida de nuestra tierra, verbigracia: que Monte la Reina volvería a ser una instalación militar; que el PGE 2022, contemplaría una partida para construir infraestructuras; la verdad sobre el incidente de tráfico sufrido por Rosa Valdeón, trampa de felones del PP, manipulada por la prensa amiga, se adelantó, una vez más, a los privilegios de los medios afines al poder.
Lo inaudito, lo que no se explican los zamoranos, estriba en que ni emisoras, salvo una breve aportación de la COPE; ni digitales, ni televisión, ni el periódico foráneo que minimizó la cabecera centenaria de El Correo de Zamora, hayan dicho ni escrito nada al respecto. Traduzco: para este periodismo provinciano que la mayor inversión de la historia en nuestra provincia, casi 200 millones de euros, se pierda, carece de importancia. Increíble.
Pero extraña aún más que la CEOE-Cepyme que preside José María Esbec, y la Cámara de Comercio, regida por Enrique Oliveira, tampoco se haya pronunciado; ni los partidos políticos, excepción hecha de Podemos, a través de su excelente procurador el leonés Pablo Fernández; Tercera Edad en Acción en Zamora, en artículo publicado en El Día de Zamora y firmado por su delegado provincial Antonio Requejo, y hoy, por la mañana, Ahora Decide, en otra información que publicamos aquí, y una respuesta, etérea, sin fuste, en nuestro Facebook de la siempre dinámica, directa y bizarra procuradora socialista Ana Sánchez, zamorana que ha demostrado su amor por su provincia, a un lector de una información sobre la marcha de la última máquina de Barcial. Y nada más.
Tampoco se ha escuchado a los sindicatos del campo, UPA, COAG, Unión de Campesinos, ASAJA, cuando el sector primario sería el gran beneficiario de la Biorrefinería de Barcial.
Estoy convencido que existe una conspiración del silencio. Nadie dice nada. Nadie informa, salvo este medio de comunicación; nadie critica al poder, si exceptuamos a un servidor. Se nos va de Zamora una inversión millonaria, singular, única; unos 3.000 puestos de trabajo se perderán, los agricultores de la remolacha seguirán siendo utilizados por las multinacionales del azúcar, ni un solo euro de la Junta en sus presupuestos 2022 para la industrialización de esta provincia, y el silencio protagoniza la vida zamorana.
Quizá, esta provincia sea ya un cadáver social, y no me he enterado, o aquí las instituciones públicas, devoradas por los partidos, han adquirido tal potencia económica y política que acción más intrépida de los zamoranos consista en pronunciar la palabra silencio. Porque, si Zamora respirase, sintiese, viviese, ya habría salido a la calle a mostrar su indignación y preguntar por qué algún politico ha impedido la mayor inversión privada en la historia de esta desgraciada tierra.
Eugenio-Jesús de Ávila
El 16 de los corrientes, Vicente Merino Febrero decidió sacar las máquinas de los terrenos de Barcial del Barco, adquiridos por la Diputación hace algunos meses, tras abonar más de 300.000 euros a Ecobarcial, anterior propietario, con el objetivo de que se construyese la Biorrefinería multifuncional.
El Día de Zamora, que ofrece siempre las noticias esenciales para la vida de nuestra tierra, verbigracia: que Monte la Reina volvería a ser una instalación militar; que el PGE 2022, contemplaría una partida para construir infraestructuras; la verdad sobre el incidente de tráfico sufrido por Rosa Valdeón, trampa de felones del PP, manipulada por la prensa amiga, se adelantó, una vez más, a los privilegios de los medios afines al poder.
Lo inaudito, lo que no se explican los zamoranos, estriba en que ni emisoras, salvo una breve aportación de la COPE; ni digitales, ni televisión, ni el periódico foráneo que minimizó la cabecera centenaria de El Correo de Zamora, hayan dicho ni escrito nada al respecto. Traduzco: para este periodismo provinciano que la mayor inversión de la historia en nuestra provincia, casi 200 millones de euros, se pierda, carece de importancia. Increíble.
Pero extraña aún más que la CEOE-Cepyme que preside José María Esbec, y la Cámara de Comercio, regida por Enrique Oliveira, tampoco se haya pronunciado; ni los partidos políticos, excepción hecha de Podemos, a través de su excelente procurador el leonés Pablo Fernández; Tercera Edad en Acción en Zamora, en artículo publicado en El Día de Zamora y firmado por su delegado provincial Antonio Requejo, y hoy, por la mañana, Ahora Decide, en otra información que publicamos aquí, y una respuesta, etérea, sin fuste, en nuestro Facebook de la siempre dinámica, directa y bizarra procuradora socialista Ana Sánchez, zamorana que ha demostrado su amor por su provincia, a un lector de una información sobre la marcha de la última máquina de Barcial. Y nada más.
Tampoco se ha escuchado a los sindicatos del campo, UPA, COAG, Unión de Campesinos, ASAJA, cuando el sector primario sería el gran beneficiario de la Biorrefinería de Barcial.
Estoy convencido que existe una conspiración del silencio. Nadie dice nada. Nadie informa, salvo este medio de comunicación; nadie critica al poder, si exceptuamos a un servidor. Se nos va de Zamora una inversión millonaria, singular, única; unos 3.000 puestos de trabajo se perderán, los agricultores de la remolacha seguirán siendo utilizados por las multinacionales del azúcar, ni un solo euro de la Junta en sus presupuestos 2022 para la industrialización de esta provincia, y el silencio protagoniza la vida zamorana.
Quizá, esta provincia sea ya un cadáver social, y no me he enterado, o aquí las instituciones públicas, devoradas por los partidos, han adquirido tal potencia económica y política que acción más intrépida de los zamoranos consista en pronunciar la palabra silencio. Porque, si Zamora respirase, sintiese, viviese, ya habría salido a la calle a mostrar su indignación y preguntar por qué algún politico ha impedido la mayor inversión privada en la historia de esta desgraciada tierra.
Eugenio-Jesús de Ávila





























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