DENUNCIAS
Esperando un paso peatonal para cruzar seguros, en el bulevar de Cardenal Cisneros
Viandantes cruzan la autovía por la rotonda, un riesgo que debería tenerse en cuenta
Es la arteria que hace varias décadas conectó el nuevo, hoy no tanto, puente sobre el Duero con el corredor de Roales, técnicamente, la N-630. Pretendía mejorar el tráfico de los que vienen y los que se van y, por el hecho de estar ahí, de los que se quedan y se mueven de un punto a otro, pero dentro de la ciudad. Se proyectó muchos años antes de ejecutarse, con lo que, llegado el momento de hacer realidad lo que estaba solo en papel, la situación urbana había cambiado tanto que lo que pretendía ser una variante se convirtió en una vía que dividía la ciudad en dos.
Dispone de múltiples pasos peatonales, seguro que demasiados, para quien circula en coche y pocos para quien lo hace a pie, repartidos por toda la larga avenida, que permiten cruzar por ellos con seguridad. Quien no atraviese la calzada por los sitios indicados, además de ser un temerario, pone en peligro, para empezar, su seguridad y, por ende, la de los vehículos, que por su presencia inadecuada, se verán obligados a realizar una maniobra extraña.
Pero, a pesar de todo, algún caso se da, quizá demasiados. Sin quedar justificados, sí que responden a una razón: el evitar dar un gran rodeo para pasar al otro lado. Ocurre en las inmediaciones de la rotonda del centro comercial, en La Vaguada. Un establecimiento, muy concurrido a un lado y otro gran supermercado, como otros tantos establecimientos al otro, de que, por aquello de adquirir aquía esto y allí lo otro, invita a pasar de un lado a otro, como algunos pueden comprobar, encontrando al peatón, con sus bolsas de la mano pisando el asfalto.
Claro que hay otros lugares para cruzar, el paso con su semáforo, a muchos metros de este punto, subiendo la cuesta y el puente bajo la avenida, en la otra punta. Ambos muy distantes.
Soluciones: más de una, de las más sencillas y menos traumáticas se correspondería con la incorporación de un paso peatonal cercano a la rotonda, donde la velocidad de los coches es reducida. Hay demanda, luego corresponde atenderla de alguna manera.
Manuel Herrero Alonso
Es la arteria que hace varias décadas conectó el nuevo, hoy no tanto, puente sobre el Duero con el corredor de Roales, técnicamente, la N-630. Pretendía mejorar el tráfico de los que vienen y los que se van y, por el hecho de estar ahí, de los que se quedan y se mueven de un punto a otro, pero dentro de la ciudad. Se proyectó muchos años antes de ejecutarse, con lo que, llegado el momento de hacer realidad lo que estaba solo en papel, la situación urbana había cambiado tanto que lo que pretendía ser una variante se convirtió en una vía que dividía la ciudad en dos.
Dispone de múltiples pasos peatonales, seguro que demasiados, para quien circula en coche y pocos para quien lo hace a pie, repartidos por toda la larga avenida, que permiten cruzar por ellos con seguridad. Quien no atraviese la calzada por los sitios indicados, además de ser un temerario, pone en peligro, para empezar, su seguridad y, por ende, la de los vehículos, que por su presencia inadecuada, se verán obligados a realizar una maniobra extraña.
Pero, a pesar de todo, algún caso se da, quizá demasiados. Sin quedar justificados, sí que responden a una razón: el evitar dar un gran rodeo para pasar al otro lado. Ocurre en las inmediaciones de la rotonda del centro comercial, en La Vaguada. Un establecimiento, muy concurrido a un lado y otro gran supermercado, como otros tantos establecimientos al otro, de que, por aquello de adquirir aquía esto y allí lo otro, invita a pasar de un lado a otro, como algunos pueden comprobar, encontrando al peatón, con sus bolsas de la mano pisando el asfalto.
Claro que hay otros lugares para cruzar, el paso con su semáforo, a muchos metros de este punto, subiendo la cuesta y el puente bajo la avenida, en la otra punta. Ambos muy distantes.
Soluciones: más de una, de las más sencillas y menos traumáticas se correspondería con la incorporación de un paso peatonal cercano a la rotonda, donde la velocidad de los coches es reducida. Hay demanda, luego corresponde atenderla de alguna manera.
Manuel Herrero Alonso
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