OPINANDO
Manifestación policial, ¿contra qué o contra quién?
Reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana
Las voces de quejas de las fuerzas de Seguridad del Estado, legítimas todas ellas, sobre todo la vieja reivindicación de equiparación de salarios, van a quedar eclipsadas en la macro manifestación de este sábado, enfocada como está, únicamente, contra la reforma que el Gobierno pretende hacer de la Ley de Seguridad Ciudadana, “Ley Mordaza”, dudosamente democrática y poco respetuosa con algunos derechos ciudadanos, aprobada por el PP en tiempos de masivas protestas contra sus políticas de recortes.
Una manifestación convocada por el sindicato de policías JUSAPOL que nació, como su nombre indica, para reivindicar la justicia de sus salarios, pero que ahora se muestra intolerante con la recuperación que se pretende, desde la mayoría del Congreso, de los derechos democráticos de reunión y manifestación que les permiten, también a ellos, el derecho a manifestarse y asociarse que tuvieron décadas prohibidos.
La pérdida clamorosa de neutralidad, que se supone a todo servidor público, en esta manifestación, queda de manifiesto al alinearse, los convocantes, e ir de la mano de la derecha extrema y la extrema derecha de este país, politizando la protesta y, no cabe duda, de que producirá, de nuevo, un distanciamiento de triste recuerdo entre policía y ciudadanos.
Por eso sorprende más que otros sindicatos, sobre todo el Sindicato Unificado de Policía, que se ha ganado su prestigio a pulso, comulguen con las tesis de una protesta tan irracional y, tengo mis dudas, de que estén de acuerdo con semejante planteamiento.
JUSAPOL, principal convocante, integra los tics que le son propios, habitualmente, de las actuaciones de esa extrema derecha que protestará con ellos contra esta reforma. Ya están utilizando la manipulación en los argumentos o, directamente, mentiras.
1º. El propio lema de la manifestación es una falacia, no se puede protestar al grito de “EN CONTRA DE UNA ESPAÑA INSEGURA” cuando todos los datos objetivos nos sitúan como uno de los países del mundo con menor porcentaje de inseguridad ciudadana, y no se puede afirmar lo contrario.
2º. Piden retener, en los conflictos, el principio de “VERACIDAD” que les concede la ley a reformar. Ese principio por el cual, lo que dice un policía es verdad sin necesidad de demostrarlo, lo que supone, claramente, una puerta de libre entrada a posibles abusos de esa minoría con tentación de cometerlos. No es cierto que el borrador se la quite, simplemente atenúa su poder absoluto y, considerando los derechos del manifestante, se exige, a falta de testigos o pruebas, que el policía dé una versión, al menos, lógica y coherente de los hechos que denuncia.
3º. No estarán prohibidas, como antes, las grabaciones de las actuaciones policiales. Nunca antes de la Ley Mordaza supusieron ningún peligro contra policías o sus familias y así seguirá siendo. Incluso el borrador valora excepciones razonables a tener en cuenta para prohibir la difusión. Es cierto que una imagen puede indicar un abuso policial concreto, pero no es menos cierto que puede exculpar a un buen policía, que hubiera sido acusado sin razón. El “Black Lives Matter” contra el abuso racista en EEUU, nunca se hubiera descubierto, ni esos casos castigados, sin las grabaciones de los testigos, publicadas en los medios. Además, el Constitucional ya se ha manifestado al respecto y avala su legalidad.
4º. Tampoco es cierto que, la modificación que se propone, “desarme” a la policía para el desempeño de sus funciones o ponga en peligro la seguridad de sus agentes. Durante muchos años, ya en democracia y antes de la Ley Mordaza, controlaron manifestaciones y actuaron, como ahora hacen la mayoría, respetando los derechos que quienes llevaban a la calle sus protestas. El desarrollo de su función, en dicho control, ha de ser proporcionado y respetando todos los derechos y libertades.
5º. Se quejan, también, de que se les convierte en “taxistas de delincuentes” en una exageración falsa y calumniosa que descalifica a quien así lo manifieste. En primer lugar, sólo tendrán que devolver al lugar de la detención, al ponerlo en libertad, a quien se le haya trasladado a una localidad diferente. Pero segundo, y más grave, es indecente hablar de DELINCUENTES, puesto que, si han de soltarlos, es que no han cometido ningún hecho delictivo, por lo que sería más prudente que fueran catalogados como MANIFESTANTES o CIUDADANOS.
6º. La reforma de la Ley Mordaza también pretende acabar con las identificaciones a discreción, fuente de muchos conflictos y discusiones que acaban, a veces con denuncias de resistencia a la autoridad, justamente al no entender el identificado la razón y mostrar disconformidad. A partir de ahora, con más criterio, la policía deberá explicar, a quien se quiera identificar, el motivo de dicha identificación.
Podríamos ir debatiendo y desmontando, uno a uno otros argumentos falsos que los organizadores de la manifestación ponen sobre la mesa, pero podemos resumirlo en dos:
La Seguridad de los agentes y de sus familias no ha estado en peligro con la Ley Mordaza y seguirá garantizada tras la modificación de la misma.
Se ha forzado, para justificar la manifestación, un debate irreal, más ideológico y político que otra cosa en el que estas fuerzas de seguridad del estado no debían haber entrado y del que deberían zafarse lo antes posible.
Cualquier cuerpo policial, sea el que sea, lo forman servidores públicos y se deben a hacer cumplir la ley y cumplirla. Leyes, todas, decretadas por el poder legislativo elegido por la mayoría, ellos incluidos. Dicho esto, y manifestado todo lo anterior, una gran parte de los manifestantes de este sábado, no sé si tendrán muy claro por qué se manifiestan o si conocerán el borrador que quieren echar abajo, pero de lo que estoy bastante seguro es de tienen muy claro… contra quién se manifiestan.
Marino Carazo Martín
Las voces de quejas de las fuerzas de Seguridad del Estado, legítimas todas ellas, sobre todo la vieja reivindicación de equiparación de salarios, van a quedar eclipsadas en la macro manifestación de este sábado, enfocada como está, únicamente, contra la reforma que el Gobierno pretende hacer de la Ley de Seguridad Ciudadana, “Ley Mordaza”, dudosamente democrática y poco respetuosa con algunos derechos ciudadanos, aprobada por el PP en tiempos de masivas protestas contra sus políticas de recortes.
Una manifestación convocada por el sindicato de policías JUSAPOL que nació, como su nombre indica, para reivindicar la justicia de sus salarios, pero que ahora se muestra intolerante con la recuperación que se pretende, desde la mayoría del Congreso, de los derechos democráticos de reunión y manifestación que les permiten, también a ellos, el derecho a manifestarse y asociarse que tuvieron décadas prohibidos.
La pérdida clamorosa de neutralidad, que se supone a todo servidor público, en esta manifestación, queda de manifiesto al alinearse, los convocantes, e ir de la mano de la derecha extrema y la extrema derecha de este país, politizando la protesta y, no cabe duda, de que producirá, de nuevo, un distanciamiento de triste recuerdo entre policía y ciudadanos.
Por eso sorprende más que otros sindicatos, sobre todo el Sindicato Unificado de Policía, que se ha ganado su prestigio a pulso, comulguen con las tesis de una protesta tan irracional y, tengo mis dudas, de que estén de acuerdo con semejante planteamiento.
JUSAPOL, principal convocante, integra los tics que le son propios, habitualmente, de las actuaciones de esa extrema derecha que protestará con ellos contra esta reforma. Ya están utilizando la manipulación en los argumentos o, directamente, mentiras.
1º. El propio lema de la manifestación es una falacia, no se puede protestar al grito de “EN CONTRA DE UNA ESPAÑA INSEGURA” cuando todos los datos objetivos nos sitúan como uno de los países del mundo con menor porcentaje de inseguridad ciudadana, y no se puede afirmar lo contrario.
2º. Piden retener, en los conflictos, el principio de “VERACIDAD” que les concede la ley a reformar. Ese principio por el cual, lo que dice un policía es verdad sin necesidad de demostrarlo, lo que supone, claramente, una puerta de libre entrada a posibles abusos de esa minoría con tentación de cometerlos. No es cierto que el borrador se la quite, simplemente atenúa su poder absoluto y, considerando los derechos del manifestante, se exige, a falta de testigos o pruebas, que el policía dé una versión, al menos, lógica y coherente de los hechos que denuncia.
3º. No estarán prohibidas, como antes, las grabaciones de las actuaciones policiales. Nunca antes de la Ley Mordaza supusieron ningún peligro contra policías o sus familias y así seguirá siendo. Incluso el borrador valora excepciones razonables a tener en cuenta para prohibir la difusión. Es cierto que una imagen puede indicar un abuso policial concreto, pero no es menos cierto que puede exculpar a un buen policía, que hubiera sido acusado sin razón. El “Black Lives Matter” contra el abuso racista en EEUU, nunca se hubiera descubierto, ni esos casos castigados, sin las grabaciones de los testigos, publicadas en los medios. Además, el Constitucional ya se ha manifestado al respecto y avala su legalidad.
4º. Tampoco es cierto que, la modificación que se propone, “desarme” a la policía para el desempeño de sus funciones o ponga en peligro la seguridad de sus agentes. Durante muchos años, ya en democracia y antes de la Ley Mordaza, controlaron manifestaciones y actuaron, como ahora hacen la mayoría, respetando los derechos que quienes llevaban a la calle sus protestas. El desarrollo de su función, en dicho control, ha de ser proporcionado y respetando todos los derechos y libertades.
5º. Se quejan, también, de que se les convierte en “taxistas de delincuentes” en una exageración falsa y calumniosa que descalifica a quien así lo manifieste. En primer lugar, sólo tendrán que devolver al lugar de la detención, al ponerlo en libertad, a quien se le haya trasladado a una localidad diferente. Pero segundo, y más grave, es indecente hablar de DELINCUENTES, puesto que, si han de soltarlos, es que no han cometido ningún hecho delictivo, por lo que sería más prudente que fueran catalogados como MANIFESTANTES o CIUDADANOS.
6º. La reforma de la Ley Mordaza también pretende acabar con las identificaciones a discreción, fuente de muchos conflictos y discusiones que acaban, a veces con denuncias de resistencia a la autoridad, justamente al no entender el identificado la razón y mostrar disconformidad. A partir de ahora, con más criterio, la policía deberá explicar, a quien se quiera identificar, el motivo de dicha identificación.
Podríamos ir debatiendo y desmontando, uno a uno otros argumentos falsos que los organizadores de la manifestación ponen sobre la mesa, pero podemos resumirlo en dos:
La Seguridad de los agentes y de sus familias no ha estado en peligro con la Ley Mordaza y seguirá garantizada tras la modificación de la misma.
Se ha forzado, para justificar la manifestación, un debate irreal, más ideológico y político que otra cosa en el que estas fuerzas de seguridad del estado no debían haber entrado y del que deberían zafarse lo antes posible.
Cualquier cuerpo policial, sea el que sea, lo forman servidores públicos y se deben a hacer cumplir la ley y cumplirla. Leyes, todas, decretadas por el poder legislativo elegido por la mayoría, ellos incluidos. Dicho esto, y manifestado todo lo anterior, una gran parte de los manifestantes de este sábado, no sé si tendrán muy claro por qué se manifiestan o si conocerán el borrador que quieren echar abajo, pero de lo que estoy bastante seguro es de tienen muy claro… contra quién se manifiestan.
Marino Carazo Martín



























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