"Hacerle la cama" a Requejo

Ha tiempo, cuando concluyó el primer año de mandato de Francisco José Requejo como presidente de la Diputación, reflexioné sobre el tiempo que pasaría como principal inquilino del Hospital de la Encarnación. Y, me dije a mí mismo –el hombre que habla solo espera hablar a Dios un día- que un sector del PP intentaría deponerlo cuando quedase un año o algo menos para los comicios municipales de 2023.

¿Razones? La principal que, cuanto más tiempo presidiera el joven empresario la gran casa de la provincia, más se comprobaría su enorme trabajo político y social. Por lo tanto, Barrios y sus pretorianos buscarían acortar su mandato de manera abrupta, cuanto antes mejor.  Paco Requejo tiene un tiempo. No se lo concederá más, porque podría seguir reforzando su labor política como líder de cualquier formación provincial, porque Ciudadanos, si no existe un milagro como el que los católicos celebrarán el 25 de los corrientes, obtendrá resultados paupérrimos, si todavía existe, en las elecciones locales de la primavera de 2023.

Requejo no llegó a la política, como tantos hombres y mujeres del PP o de otras formaciones de izquierdas, a vivir de este cuento, a colocarse en el Senado, Congreso de Diputados, Presidencia de Diputación o Alcaldía, cobrar un sueldo tres o cuatro veces superior al que percibirían en su profesión, concretar un bonito patrimonio y hacer uso del nepotismo para colocar en la res pública, no solo a los sobrinos, sino a otros parientes y amigos y amigas. Paco regresará, cuando se vaya, a su empresa. No necesita engañar a nadie, fingir, lamer culitos del jerarca de turno, para vivir.

El PP, como también le sucedió al PSOE, es partido cainita. Su gente ni conoce lo que es liberalismo, ni que significa ser conservador o de derechas. Se está ahí, salvo algunas almas cándidas convencidas e idealistas, porque en Zamora fue un chollo militar en los populares. Desde el 1983 ha controlado la Diputación. Y, cuando pudieron perderla, el 1 de agosto de 1987, dos diputados del PSOE, no solo Antorrena, se dejaron comprar por empresarios afines a los populares. Fouché, el  genio tenebroso, así definido por Stefan Zweig, afirmó aquello de que “todo hombre tiene un precio, lo que hace falta es saber cuál es”.

Casi una década después, el PP aplicó una moción de censura (Caso "Zamora") a J.Antolín Martín, presidente de la Diputación,  porque quiso aplicar la ley a la concesión de obras públicas a los empresarios.  Los populares echaron al que fuera alcalde de Zamora entre 1987-1991,  por ser honrado, por ser demócrata, por no repartir la construcción de carreteras, puentes, casas consistoriales, frontones, etc entre los amiguetes del partido. Eso aconteció en la anterior centuria, pero el líder de aquella ignominia, después de disfrutar de la bicoca del Senado durante varias legislaturas, todavía forma parte de la ejecutiva provincial. ¡Manda huevos! Eso lo habría dicho el que fuera presidente del Congreso, el también popular, Federico Trillo-Figueroa.

El PP es un partido cainita. Suele perseguir al que es mejor. Si fue capaz de echar a Martín, un camarada, qué no estaría dispuesto, por hacerse con el mando absoluto en la Diputación, con Requejo, político de una formación desteñida, en coma, a extinguir y pasar a la historia de la política.

Como en el PP cada cual va a lo suyo, no creo que sus diputados se unan para forzar a Requejo a una dimisión. Hacer la cama a Paco resultará complicado, porque no sumarían votos suficientes para colocar una moción de censura. ¡Qué les gustaría echar a Requejo…por supuesto! Como dijo aquel sabio torero, gitano puro, El Gallo: “Lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible”.

Concluyo. El PP nunca volverá a ganar unas elecciones por mayoría absoluta en la Diputación. Deberá contar con Vox y alguna formación política zamorana que le restará muchos votos. Esta cogobernanza con Requejo solo ha sido un ensayo. Y tengo para mí que si los populares necesitaran votos para presidir la institución, se lo harán pagar muy caro: O Presidencia o pacto con las izquierdas. Tiempo al tiempo. De momento, no creo que haya sábanas limpias para hacerle "la cama política" a Requejo.

Eugenio-Jesús de Ávila