Eugenio de Ávila
Viernes, 31 de Diciembre de 2021
2022

31 de diciembre de 2021: ¡Vivid, la vida sigue…!

[Img #60560]Me tomaré las doce uvas con mi amiga la soledad, dama que siempre está ahí cuando nadie quiere estar conmigo. Este día de San Silvestre también hemos invitado al virus. Los tres celebraremos juntos nuestro amor. Si bien, he de confesar,  nunca me gustaron los tríos eróticos. Después de tantos años de vida, me he convencido que posee un indudable atractivo para féminas y varones. Me espera la vejez a la vuelta de la esquina, pero sigo gustando, seduciendo y captando amor.

 

Recuerdo ahora otros fines de año…pero sin nostalgia. Cuando la muerte no existía y me quedaba más futuro que tiempo pretérito, mis nocheviejas se traducían en locuras de amor, en porros de marihuana, levitar de placer y recibir a la luz del alba perfumado de ron. Después, cuando firme un contrato económico con mi novia sobre un papiro de pasión y amor, la noche de San Silvestre tornó en sosiego, niñas que fueron creciendo hasta convertirse en mujeres que buscaron su libertad en otros vuelos; despedidas de mi abuelos, divorcio, amantes, amoríos y amores profundos y, finalmente, el adiós de mi papá, Antonio De Ávila Comín. Su muerte significó un punto de inflexión en mi vida. Recuerdo una frase que pronunció un día: “¡Geño, que malo es ser viejo!”.

 

Y hoy, 31 de diciembre de 2021, te escribo con una pluma que cargo con la tinta de los sentimientos para que grabes en tu alma que siempre hay alguien que nos acompaña, que nunca estamos solos, que a nuestro alrededor hay personas que nos quieren, seres que nos aman, que viven pendientes de nosotros. Porque no merecería la pena vivir sin amor, sin amigos, sin familia. Y, si te sientes aislado, abrázate a tu soledad y te reconfortará. O acude a la memoria, madre de los recuerdos,  para jugar con tu pasado y construir tu futuro.

 

Y no olvides que enhebro estas palabras y  creo oraciones que pretenden ser consuelo para los que se sienten solos una noche como hoy, la última del año. Desde mi confinamiento, te pido que intentes no sentirte solo. Diferencia entre estar solo y sentirte solo.  Hay que elegir, de cuando en cuando, la soledad para encontrarte contigo mismo. Esta noche, merced a este aislamiento vírico, me hallaré en los adentros de mi alma.

 

No olvido que vivo en Zamora, la ciudad de mi alma, que viaja en el túnel del tiempo al pasado. Me temo que esta noche celebraremos el último día de cualquier año de finales del siglo XIX.

 

Que el 31 de diciembre de 2022, me siguas leyendo. Ese es mi deseo. “Vivid, la vida sigue, los muertos mueren y las sombras pasan; lleva quien deja y vive el que ha vivido. ¡Yunque sonad; enmudeced campanas!” Antonio Machado, siempre en mi memoria.

 

Eugenio-Jesús de Ávila

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