Jueves, 13 de Noviembre de 2025

Eugenio de Ávila
Martes, 04 de Enero de 2022
RES PÚBLICA

Ni carta ni mandangas a los Magos, exigir inversiones a los políticos

Y lo exijo, no lo ruego, no me humillo, no me postro de rodillas, no me caigo de hinojos, porque vivo en la capital de una provincia donde el paro aumentó el pasado mes de diciembre, mientras crecía el empleo en el resto de la nación

[Img #60699]Soy repúblico. No les escribo cartas a los Reyes Magos. Ni voy a pedir nada para mí ni para mi ciudad ni a Melchor, ni a Gaspar, ni a Baltasar. Me parece un ejercicio periodístico ridículo. La política no es magia. La política debería ser sacra. La política pertenece a todos. La política ha alcanzado tal degradación que el pueblo la desprecia, que la gente ha dejado de creer en quienes la corrompen, en esos partidos, que no son ni de izquierdas, ni de derechas, sino de sí mismos;  que solo representan a poco más de un millón de ciudadanos.

 

 

Yo, pues, no pido, sino que exijo a los que nos gobiernan cumplir con sus promesas. Verbigracia: a Pedro Sánchez que ejecute en Monte la Reina lo que contempla el PGE al respecto. Veinte millones  para empezar a cimentar el futuro de que será una instalación militar moderna y avanzada. Si en mayo no hubiera entrada en ese recinto una sola pala, volvería a criticar al ejecutivo y a sus vicarios en nuestra provincia. También se contempla en las cuentas del Estado el inicio de la transformación de la N-122, en concreto la travesía de Alcañices, hecho absolutamente incomprensible que en la tercera década del siglo XXI todavía una localidad sufra las consecuencias de que una carretera nacional pase su centro. Ni el PP de Rajoy, ni el PSOE del nefasto Zapatero fueron capaces de abordar ese cambio. Unos y otros jugaron con los alistanos. El pueblo les importa solo  unos votos, cuando toca, a los partidos políticos.  Después…que le den. Total: los rebaños se controlan con buenos pastores, como los de la prensa afín, vendida o alquilada.

 

Y lo exijo, no lo ruego, no me humillo, no me postro de rodillas, no me caigo de hinojos, porque vivo en la capital de una provincia donde el paro aumentó el pasado mes de diciembre, mientras crecía el empleo en el resto de la nación. Lo escribo desde Zamora, donde miles de jóvenes se han ido en estos años a buscarse el pan allende nuestras fronteras provinciales. ¡Quiénes más humillados que los zamoranos! ¡Qué provincia más necesitada de la ayuda del Estado providencia que la nuestra!

 

Por supuesto, los terrenos de Adif deberían cederse al Ayuntamiento de Zamora, para que Guarido los venda a quien sea menester y que nuestra ciudad tenga su propia polígono industrial, sin tener que atender ni a la Junta ni al Sepes (Gobierno), y saberlo vender a empresas solventes y con ganas de invertir en nuestra tierra. Antidio Fagúndez podría echarnos una mano sobre este importante asunto. En su día, cuando era teniente de alcalde, ya abordó esa cesión con altos cargos de la compañía ferroviaria.

 

Ahora bien, el 13 de febrero se celebrarán elecciones autonómicas. Mañueco quiso quitarse de encima una posible moción de censura de Ciudadanos. Punto. De las urnas, saldrá otro Gobierno, posiblemente conformado por PP y Vox. Si es así, exigiré a ese ejecutivo un trato preferente con Zamora y que el dinero que destine Europa para equilibrar la doble región no se quede en el eje Valladolid-Burgos y su apéndice Palencia. Recuerdo que en Pucela se depositó las ayudas para la Raya, la frontera con Portugal. Y, como soy licenciado, entre otras cosas, en Geografía, Valladolid no limita al oeste con mis queridas tierras lusas.

 

Por lo tanto, que a Mañueco, si es reelegido presidente de la Junta, no se le ocurra seguir favoreciendo a Valladolid y Burgos. No obstante, admito que empresarios de la construcción y la prensa, periódicos, televisión y emisoras, mandan mucho, desde siempre, en los gobiernos del PP.

 

Y exigiré al nuevo presidente que cree en esta provincia un Polígono Tecnológico Agroganadero. No se lo ocurrirá también que se ubique en Valladolid. Digo. Y si se nos obvia por enésima vez, habrá que pedir al Gobierno central que constituya una nueva autonomía: la del Reino de León. Viviríamos mucho mejor. Por cierto, espero que UPL y PREPAL contemplen en sus programas electorales la constitución de la autonomía leonesa: León, Zamora y Salamanca.

 

Por tanto, ni carta a los Reyes Magos ni otras mandangas infantiloides. Exigir al poder, al que administra la autonomía y al que preside Pedro Sánchez, inversiones de sus administraciones. No consistiría, en todo caso, ni nepotismo, ni favoritismo, ni privilegio. Solo lo traduciría como justicia. El Estado, gobierno y autonomía, mantiene aún una deuda con Zamora y su provincia.

Eugenio-Jesús de Ávila

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