HABLEMOS
Más allá de la anécdota
Carlos Domínguez
Quizá sea algo parecido a fórmulas ya conocidas, aquí a escala enana por paisaje y paisanaje, lo cual impide precisamente advertir su peligro extremo. Es conocida la alergia, la notoria incomodidad de Sánchez a la hora de comparecer ante la prensa, ello pese a la mayoría de palmeros que suelen arroparlo a modo de séquito obsequioso y áulico. Circunstancia que podría pasar por anécdota, pero que da justa medida de la mediocridad, de la absoluta falta de estatura política de quien actualmente ostenta las máximas responsabilidades dentro de una democracia como la española, equiparable en principio a sus vecinas europeas.
En realidad, hablamos de mucho más. La impresentable rueda de prensa protagonizada hace unos días por Sánchez es síntoma de la alarmante deriva que, como designio y proyecto, está tomando nuestra vida política. Que el jefe del ejecutivo comparezca con la propaganda y parafernalia habituales ante una cuidada selección de medios oficiales y afines, algo así como los seis o siete magníficos en razón de su seguidismo, para responder leyendo a preguntas dejémoslo de manual, que nunca de sesión ensayada por aquello de la independencia y decencia que a todo periodismo se le supone, trasciende el bochorno de semejante espectáculo, e incluso del que políticamente produce a diario con sus giras turísticas el actual presidente; ello sin pasar por alto la expresa e indignante opinión sobre la oportunidad de la pandemia con sus miles de muertos, ni más ni menos ciudadanos españoles, como palanca política del proyecto totalitario al que se aspira, Agendas y engendros ideológicos de por medio.
Un tinglado así, con exclusión de la inmensa mayoría de la prensa al solo fin de marginar a los medios críticos evitando preguntas molestas, lo que confirma es la existencia de una emergencia democrática que demanda la movilización general a nivel político, institucional y de opinión pública, en defensa no ya de la dignidad de las instituciones, que también, sino del Estado de derecho con sus garantías y libertades. Porque la nueva Izvestia sanchista en materia de comunicación, Tezanos y CIS incluidos, lo que anuncia es el recorte de unas y otras, camino de un nuevo régimen con ambición de movimiento, NODO y jefatura de partido único.
Quizá sea algo parecido a fórmulas ya conocidas, aquí a escala enana por paisaje y paisanaje, lo cual impide precisamente advertir su peligro extremo. Es conocida la alergia, la notoria incomodidad de Sánchez a la hora de comparecer ante la prensa, ello pese a la mayoría de palmeros que suelen arroparlo a modo de séquito obsequioso y áulico. Circunstancia que podría pasar por anécdota, pero que da justa medida de la mediocridad, de la absoluta falta de estatura política de quien actualmente ostenta las máximas responsabilidades dentro de una democracia como la española, equiparable en principio a sus vecinas europeas.
En realidad, hablamos de mucho más. La impresentable rueda de prensa protagonizada hace unos días por Sánchez es síntoma de la alarmante deriva que, como designio y proyecto, está tomando nuestra vida política. Que el jefe del ejecutivo comparezca con la propaganda y parafernalia habituales ante una cuidada selección de medios oficiales y afines, algo así como los seis o siete magníficos en razón de su seguidismo, para responder leyendo a preguntas dejémoslo de manual, que nunca de sesión ensayada por aquello de la independencia y decencia que a todo periodismo se le supone, trasciende el bochorno de semejante espectáculo, e incluso del que políticamente produce a diario con sus giras turísticas el actual presidente; ello sin pasar por alto la expresa e indignante opinión sobre la oportunidad de la pandemia con sus miles de muertos, ni más ni menos ciudadanos españoles, como palanca política del proyecto totalitario al que se aspira, Agendas y engendros ideológicos de por medio.
Un tinglado así, con exclusión de la inmensa mayoría de la prensa al solo fin de marginar a los medios críticos evitando preguntas molestas, lo que confirma es la existencia de una emergencia democrática que demanda la movilización general a nivel político, institucional y de opinión pública, en defensa no ya de la dignidad de las instituciones, que también, sino del Estado de derecho con sus garantías y libertades. Porque la nueva Izvestia sanchista en materia de comunicación, Tezanos y CIS incluidos, lo que anuncia es el recorte de unas y otras, camino de un nuevo régimen con ambición de movimiento, NODO y jefatura de partido único.





















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