NOCTURNOS
Un rato de amor en tu vida
Pasé un momento por tu vida. Nada. Un rato. No lo notaste. No me echaste de menos. Quise quedarme, pero no me dejaste más que oler tu piel, disfrutar de tu voz y caminar a tu lado. Y me enamoraste. Pero siempre supe que nunca pasaría de haber sido una anécdota en tu vida. Confieso que habría sido un privilegio si me hubieras elegido como amante, compañero, amigo, maestro y alumno. El deseo de amar y la realidad de no ser amado.
Ahora deambulo solo por la vida. No busco amor. Lo doy. Lo regalo. Solo pido a cambio una miaja de ternura, que una mujer, una samaritana de la pasión, me cure las heridas abiertas por haber querido amar a quién nunca necesitó nada de mí.
Cándido e ingenuo, llegué a creer que con talento, cierta educación, cultura y carne enamoraría a cualquier mujer. Así fue durante los años más hermosos de mi vida. Pero ahora, cuando la Ley de la Gravedad, aliada con Cronos, necesitaba algo más para que ella me desease y permitiese que durmiera en el lecho de tus ingles, te me fuiste como el agua entre las manos.
No va más. Moriré sin ti. Me convertiré en nada sin haberte besado en los párpados.
Eugenio-Jesús de Ávila
Pasé un momento por tu vida. Nada. Un rato. No lo notaste. No me echaste de menos. Quise quedarme, pero no me dejaste más que oler tu piel, disfrutar de tu voz y caminar a tu lado. Y me enamoraste. Pero siempre supe que nunca pasaría de haber sido una anécdota en tu vida. Confieso que habría sido un privilegio si me hubieras elegido como amante, compañero, amigo, maestro y alumno. El deseo de amar y la realidad de no ser amado.
Ahora deambulo solo por la vida. No busco amor. Lo doy. Lo regalo. Solo pido a cambio una miaja de ternura, que una mujer, una samaritana de la pasión, me cure las heridas abiertas por haber querido amar a quién nunca necesitó nada de mí.
Cándido e ingenuo, llegué a creer que con talento, cierta educación, cultura y carne enamoraría a cualquier mujer. Así fue durante los años más hermosos de mi vida. Pero ahora, cuando la Ley de la Gravedad, aliada con Cronos, necesitaba algo más para que ella me desease y permitiese que durmiera en el lecho de tus ingles, te me fuiste como el agua entre las manos.
No va más. Moriré sin ti. Me convertiré en nada sin haberte besado en los párpados.
Eugenio-Jesús de Ávila
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.17