ARTE
El edificio del Consejo Consultivo debería albergar la Colección Bassat
El Ayuntamiento carece de espacio y de financiación, aunque no rechazó nunca, en palabras de Guarido, la colección, si bien se rechazó en un Consejo General de Zamora 10, y la Diputación aceptó siempre la oferta de Bassat
Lluis Bassat, quizá el Picasso de la publicidad, ofreció a nuestra ciudad, durante la jornada en la que se presentó el fallo del ganador de la Marca Zamora, su Colección de Arte. El empresario catalán no exigió nada a cambio de prestar sus obras de arte e incluso anunció que se renovaría los cuadros todos los años. Ese mismo día, solo Jesús María Prada Saavedra, vicepresidente 2º y diputado de Cultura, se acercó a Bassat para agradecerle su gesto y buscar la forma de que Zamora contase con otro museo con este legado artístico. Por supuesto, tanto Cipriano García, director general de Caja Rural como Francisco Prieto, gerente de Zamora10 se mostraron muy satisfechos con ese “obsequio” cultural. No obstante, porque fui testigo de cargo de la oferta de Bassat, el publicista catalán jamás adjudicó la utilización de su colección al organismo empresarial zamorano, sino a la ciudad, como se ha dicho, erroneamente, en estos días.
En el primer Consejo General de Zamora 10, celebrado pocos meses después se acepta la propuesta de Bassat y se decide que el Grupo de Trabajo de Cultura, formado por las mentes más entendidas en el mundo del arte zamorano, como Francisco Somoza, Lozano Bordell, Ángel Almeida, Ricardo Flecha, Antonio Pedrero, en el que también se haya incluida María Eugenia Cabezas, concejala de Cultura del Ayuntamiento, valore la oferta de Bassat. En la reunión celebrada en octubre por estos eruditos, se decide aceptar este regalo cultural, si bien la edil del Ayuntamiento puso algún reparo; pero, en definitiva, el proceso siguió avanzando. Adelanto que todas las decisiones de los grupos de trabajo de Zamora10 se aprueban por parte de aquellos miembros que forman parte del Consejo General, excepto los políticos.
La Diputación propuso entonces que se crease un Consorcio para gestionar la colección. Pero en la reunión de noviembre del Consejo General, a la que no pueden asistir Francisco J.Requejo y Cipriano García; Esbec, presidente de CEOE; Enrique Oliveira, Cámara de Comercio, y Ruperto Prieto (AZECO), más todos los representantes políticos, como el alcalde de Zamora y la delegada de la Junta, deciden "rechhazar el ofrecimiento", porque no se pueden hacer cargo ahora de buscar un espacio para albergar otro museo de arte en Zamora,dado que las instituciones públicas se hallan inmersas en numerosos proyectos museísticos; idéntico argumento que empleó hoy mismo Francisco Guarido cuando se le preguntó por el rechazo del Ayuntamiento de ese material artístico: “Nosotros tenemos ahora en la ciudad muchos cometidos en materia museística y como Ayuntamiento tenemos que luchar por conseguir el Museo Baltasar Lobo, el Museo de Semana Santa y el Museo de Tapices. Todo ello conlleva una colaboración económica. Y hay que potenciar el Museo de Zamora. Todas las administraciones tenemos que aportar para alcanzar estos objetivos museísticos. El Ayuntamiento jamás se ha opuesto a recibir la colección de Bassat, sino todo lo contrario, pero nosotros no íbamos a colaborar ni económicamente ni con la cesión de ningún inmueble, porque, entre otras cuestiones, no lo tenemos. Además hay que financiar otras obras que nos parecen necesidades inmediatas”.
Concluyó el regidor pidiéndole a la prensa que preguntase a los demás por la acogida de la colección de Bassat. En ese mismo momento, la Diputación emitía un comunicado de prensa en la que, textualmente, se afirmaba que la institución “nunca ha rechazado la colección Bassat". De forma tajante, negaba que se hubiera rechazado.
La realidad es que muchos zamoranos han manifestado su disgusto por una noticia poco ajustada a la realidad, porque, la institución que preside Requejo nunca rechazó albergar en Zamora la colección Bassat, incluso el presidente de la Diputación se ausentó en aquella reunión del Consejo General en la que se decidió no aceptar la propuesta realizada por el grupo de trabajo de Cultura de Zamora10, organismo que siempre se felicitó por la oferta del publicista catalán. Es más, Jesús María Prada, vicepresidente 2ª de la Diputación siempre ha sido un político muy activo en lograr que las obras de Bassat recalaran en Zamora.
Lo cierto es que, desde mayo de 2021, Lluis Bassat no ha vuelto a saber nada de su oferta cultural. ¿Qué sucederá a partir de ahora, tras la polémica suscitada en nuestra ciudad? Sabemos, porque así lo ha dicho el alcalde, que no es el momento para que el Ayuntamiento acepte ese legado artístico, porque ni tiene espacio ni financiación. La Diputación tampoco lo rechaza y podría entenderse que le encantaría recibirlo. Ahora bien, tampoco tiene un inmueble dónde crear un museo ad hoc, porque el viejo palacio de la institución albergará la oficina de Turismo conjunta de Ayuntamiento y Diputación.
Sugiero que el edificio del Consejo Consultivo, infrautilizado, se convierta en el Museo de Lluis Bassat. Que arquitectos competentes, eruditos en pintura y escultura, verbigracia, Francisco Somoza, miembro de Zamora10, realice un proyecto adecuado para ese efecto. Por supuesto, debería contarse con la aquiescencia de la Junta de Castilla y León, propietaria del inmueble.
Eugenio-Jesús de Ávila
Lluis Bassat, quizá el Picasso de la publicidad, ofreció a nuestra ciudad, durante la jornada en la que se presentó el fallo del ganador de la Marca Zamora, su Colección de Arte. El empresario catalán no exigió nada a cambio de prestar sus obras de arte e incluso anunció que se renovaría los cuadros todos los años. Ese mismo día, solo Jesús María Prada Saavedra, vicepresidente 2º y diputado de Cultura, se acercó a Bassat para agradecerle su gesto y buscar la forma de que Zamora contase con otro museo con este legado artístico. Por supuesto, tanto Cipriano García, director general de Caja Rural como Francisco Prieto, gerente de Zamora10 se mostraron muy satisfechos con ese “obsequio” cultural. No obstante, porque fui testigo de cargo de la oferta de Bassat, el publicista catalán jamás adjudicó la utilización de su colección al organismo empresarial zamorano, sino a la ciudad, como se ha dicho, erroneamente, en estos días.
En el primer Consejo General de Zamora 10, celebrado pocos meses después se acepta la propuesta de Bassat y se decide que el Grupo de Trabajo de Cultura, formado por las mentes más entendidas en el mundo del arte zamorano, como Francisco Somoza, Lozano Bordell, Ángel Almeida, Ricardo Flecha, Antonio Pedrero, en el que también se haya incluida María Eugenia Cabezas, concejala de Cultura del Ayuntamiento, valore la oferta de Bassat. En la reunión celebrada en octubre por estos eruditos, se decide aceptar este regalo cultural, si bien la edil del Ayuntamiento puso algún reparo; pero, en definitiva, el proceso siguió avanzando. Adelanto que todas las decisiones de los grupos de trabajo de Zamora10 se aprueban por parte de aquellos miembros que forman parte del Consejo General, excepto los políticos.
La Diputación propuso entonces que se crease un Consorcio para gestionar la colección. Pero en la reunión de noviembre del Consejo General, a la que no pueden asistir Francisco J.Requejo y Cipriano García; Esbec, presidente de CEOE; Enrique Oliveira, Cámara de Comercio, y Ruperto Prieto (AZECO), más todos los representantes políticos, como el alcalde de Zamora y la delegada de la Junta, deciden "rechhazar el ofrecimiento", porque no se pueden hacer cargo ahora de buscar un espacio para albergar otro museo de arte en Zamora,dado que las instituciones públicas se hallan inmersas en numerosos proyectos museísticos; idéntico argumento que empleó hoy mismo Francisco Guarido cuando se le preguntó por el rechazo del Ayuntamiento de ese material artístico: “Nosotros tenemos ahora en la ciudad muchos cometidos en materia museística y como Ayuntamiento tenemos que luchar por conseguir el Museo Baltasar Lobo, el Museo de Semana Santa y el Museo de Tapices. Todo ello conlleva una colaboración económica. Y hay que potenciar el Museo de Zamora. Todas las administraciones tenemos que aportar para alcanzar estos objetivos museísticos. El Ayuntamiento jamás se ha opuesto a recibir la colección de Bassat, sino todo lo contrario, pero nosotros no íbamos a colaborar ni económicamente ni con la cesión de ningún inmueble, porque, entre otras cuestiones, no lo tenemos. Además hay que financiar otras obras que nos parecen necesidades inmediatas”.
Concluyó el regidor pidiéndole a la prensa que preguntase a los demás por la acogida de la colección de Bassat. En ese mismo momento, la Diputación emitía un comunicado de prensa en la que, textualmente, se afirmaba que la institución “nunca ha rechazado la colección Bassat". De forma tajante, negaba que se hubiera rechazado.
La realidad es que muchos zamoranos han manifestado su disgusto por una noticia poco ajustada a la realidad, porque, la institución que preside Requejo nunca rechazó albergar en Zamora la colección Bassat, incluso el presidente de la Diputación se ausentó en aquella reunión del Consejo General en la que se decidió no aceptar la propuesta realizada por el grupo de trabajo de Cultura de Zamora10, organismo que siempre se felicitó por la oferta del publicista catalán. Es más, Jesús María Prada, vicepresidente 2ª de la Diputación siempre ha sido un político muy activo en lograr que las obras de Bassat recalaran en Zamora.
Lo cierto es que, desde mayo de 2021, Lluis Bassat no ha vuelto a saber nada de su oferta cultural. ¿Qué sucederá a partir de ahora, tras la polémica suscitada en nuestra ciudad? Sabemos, porque así lo ha dicho el alcalde, que no es el momento para que el Ayuntamiento acepte ese legado artístico, porque ni tiene espacio ni financiación. La Diputación tampoco lo rechaza y podría entenderse que le encantaría recibirlo. Ahora bien, tampoco tiene un inmueble dónde crear un museo ad hoc, porque el viejo palacio de la institución albergará la oficina de Turismo conjunta de Ayuntamiento y Diputación.
Sugiero que el edificio del Consejo Consultivo, infrautilizado, se convierta en el Museo de Lluis Bassat. Que arquitectos competentes, eruditos en pintura y escultura, verbigracia, Francisco Somoza, miembro de Zamora10, realice un proyecto adecuado para ese efecto. Por supuesto, debería contarse con la aquiescencia de la Junta de Castilla y León, propietaria del inmueble.
Eugenio-Jesús de Ávila





























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