ARTE
La Colegiata de Toro recupera cinco pinturas sobre cobre, saqueadas por “Erik el Belga” en 1981
![[Img #61855]](https://eldiadezamora.es/upload/images/02_2022/5294_psx_20220201_132141.jpg)
La Colegiata de Toro recupera las obras de arte que fueron saqueadas por René Alphonse Vendengergue, conocido como “Erik el Belga”, en la madrugada del 13 al 14 de mayo de 1981. Entre las obras que han sido trasladadas a su “hogar” se encontraban seis pinturas al óleo sobre cobre, con diferentes representaciones: la primera de ellas muestra el “Festín de Baltasar”; la segunda, “Jesús y la samaritana”; la tercera, la “Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén”; la cuarta, la “Expulsión de los vendedores del Templo”; y la quinta, “San Miguel arcángel”.
De todos los cobres, en el que aparece la figura de Santa Cecilia tocando el órgano, solamente ha sido recuperado la mitad derecha, representada por un grupo de ángeles bailando. Además, cabe destacar que los cuadros que muestran las obras pictóricas son los originales, que se han mantenido en la Colegiata de Toro hasta el momento, y con los que, actualmente, lucen las obras.
El robo
La Dirección General de Bellas Artes, junto con la Policía Nacional, averiguaron que los cobres habían sido vendidos y exportados a Alemania, de forma ilegal; y, tras varias investigaciones, fueron recuperados y enviados al Museo Arqueológico Nacional, en Madrid. Actualmente, se encuentran en la localidad toresana, debido a una Orden, desde el 23 de diciembre del 2021.
![[Img #61856]](https://eldiadezamora.es/upload/images/02_2022/540_psx_20220201_132419.jpg)
Los cobres: su llegada a Toro
Los cobres, en su reverso, tienen inscrito la firma: “De Paz”, seguida de las letras: “znz”, y se conoce que corresponde al pintor José de Paz Riberra, un artista poco conocido. Las pinturas fueron realizadas por de Paz, durante su estancia en Toledo, entre los años 1724 y 1725, encargadas – posiblemente- por el doctor Fernando Merino Franco, hijo de Pedro Merino y Catalina de Franco, orioundio de Toro. Merino recibió como obsequio de Narciso Tomé, artista toresano: la escultura “Virgen del Transparente”, que legó a la Colegiata de Toro en su testamento, y que pudo llegar junto con los cobres.
La Colegiata de Toro recupera las obras de arte que fueron saqueadas por René Alphonse Vendengergue, conocido como “Erik el Belga”, en la madrugada del 13 al 14 de mayo de 1981. Entre las obras que han sido trasladadas a su “hogar” se encontraban seis pinturas al óleo sobre cobre, con diferentes representaciones: la primera de ellas muestra el “Festín de Baltasar”; la segunda, “Jesús y la samaritana”; la tercera, la “Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén”; la cuarta, la “Expulsión de los vendedores del Templo”; y la quinta, “San Miguel arcángel”.
De todos los cobres, en el que aparece la figura de Santa Cecilia tocando el órgano, solamente ha sido recuperado la mitad derecha, representada por un grupo de ángeles bailando. Además, cabe destacar que los cuadros que muestran las obras pictóricas son los originales, que se han mantenido en la Colegiata de Toro hasta el momento, y con los que, actualmente, lucen las obras.
El robo
La Dirección General de Bellas Artes, junto con la Policía Nacional, averiguaron que los cobres habían sido vendidos y exportados a Alemania, de forma ilegal; y, tras varias investigaciones, fueron recuperados y enviados al Museo Arqueológico Nacional, en Madrid. Actualmente, se encuentran en la localidad toresana, debido a una Orden, desde el 23 de diciembre del 2021.
Los cobres: su llegada a Toro
Los cobres, en su reverso, tienen inscrito la firma: “De Paz”, seguida de las letras: “znz”, y se conoce que corresponde al pintor José de Paz Riberra, un artista poco conocido. Las pinturas fueron realizadas por de Paz, durante su estancia en Toledo, entre los años 1724 y 1725, encargadas – posiblemente- por el doctor Fernando Merino Franco, hijo de Pedro Merino y Catalina de Franco, orioundio de Toro. Merino recibió como obsequio de Narciso Tomé, artista toresano: la escultura “Virgen del Transparente”, que legó a la Colegiata de Toro en su testamento, y que pudo llegar junto con los cobres.
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