PASIÓN POR ZAMORA
Si "Soria Ya" ha triunfado, por qué no creer y crear un Zamora Ahora
Los sorianos aprendieron, ha tiempo, que los partidos nacionales pasaban de sus problemas, graves, en despoblación, que convirtieron a su provincia en un desierto demográfico. Sorianos fueron Lucas y Posada, ambos presidentes de la Junta, y, además altos cargos en Congreso y Senado. Pero Soria siguió despoblándose y sin comunicaciones modernas. Tantos agravios políticos, sociales y culturales desembocaron en la grandísima victoria electoral de Soria Ya, que obtuvo tres procuradores en las Cortes de Castilla y León. Respuesta al olvido y a la felonía.
Zamora solo tuvo un presidente de la Junta, Demetrio Madrid, al que no le dio tiempo a favorecer a nuestra provincia, aunque sí para ubicar en León, la ciudad hermana del norte, el Museo Contemporáneo de Castilla y León. Pero tras el mítico dirigente socialista, ningún zamorano volvió a presidir el ejecutivo autonómico. También hemos tenido ministros, como Carlos Romero, que realizó una buena labor en la provincia durante el primer gobierno de Felipe González. Después Ana Pastor fue ministra de Sanidad y Fomento con Rajoy. No recuerdo grandes acciones de la zamorana por su provincia; quizá se sienta más gallega. Lógico. Porque uno es más de donde pace que de donde nace.
Por supuesto, no me olvido de Maíllo, que, si bien nunca dirigió un Ministerio, fue la mano derecha, izquierda o de Cervantes, de Mariano Rajoy. Al decir de sus amigos, al número 3 del PP en su día, se le debe lo del tren madrugador. En fin. Cosas veredes. ¡Qué le dediquen una avenida!
Nuestra provincia, como he contado tantas veces, inició su declive con la democracia, más en concreto con el felipismo, cuando el Estado desmontó infraestructuras, como las del ferrocarril; traslado el Regimiento Toledo a Salamanca, como la Prisión Provincial; puso fin a la Universidad Laboral y ejecutó la tremenda reconversión en el campo, tanto en la agricultura como en la ganadería. Después, ni con Aznar ni con Rajoy se cambiaron las políticas que aislaron a nuestra provincia del progreso de la nación. Recuerdo que la autovía entre la capital y Tordesillas tardó demasiado tiempo en construirse, y la Vía de la Plata, entre Zamora y Benavente, fue el último tramo de la autovía que lleva el nombre de la ruta del Imperio Romano.
Desde hace diez años, los problemas de nuestra provincia se han ido agravando. Ya sabemos que somos la de menor actividad económica, la más envejecida y la que más población ha perdido de toda España. Estamos, pero no somos. Ni el PP, durante sus gobiernos, ni el PSOE, hasta ahora, abordaron la transformación de la N-122 entre la capital y la frontera lusa. Siempre había una excusa de última hora para jugar con los incautos aborígenes de esta provincia olvidada por Fernando I. Quizá el PSOE de Sánchez iniciará en breve estas obras en Alcañices y después…tiempo al tiempo. No obstante, es de agradecer que Antidio Fagúndez se pusiera muy pesado para que su presidente destinase, de momento, 20 millones de euros, como reza el PGE 2022, para restaurar Monte la Reina como instalación militar.
He ofrecido, en los párrafos anteriores, datos, fidedignos, de nuestra historia, porque no me invento nada, ni lo necesito, no soy un politicastro. Y usted, que es mi paisano, y también los 170.000 personas que habitan esta desdichada provincia, que no es pobre, pero que los políticos se encargaron de que nos lo creyéremos y, además, robarle lo poco que tenía, conocemos nuestra historia, cómo nos trataron los distintos gobiernos desde La Moncloa y desde Valladolid; cómo nos engañaron con limosnas políticas, de qué manera se rieron de un pueblo pusilánime, incapacitado para defenderse, en coma económico y social. Pero aun así, después de semejantes afrentas, ofensas y atropellos, los zamoranos prefieren votar, en las elecciones autonómicas, a las formaciones nacionales, y se olvidan de formaciones propias, como Zamora Decide, Por Zamora y UPL, que si bien nació en la provincia hermana, también quiere poner fin a nuestras cuitas.
Siento, pues, sana envidia de la ciudadanía soriana, que aprendió a base de agravios, de entuertos, de descomedimientos políticos, y ahora ha sabido responderlos, votando en masa a una formación provincial. Y aquí no se detendrá Soria Ya -así se llama el exitoso partido de la tierra donde la montaña parió la Duero-, porque en 2024 también tendrá representantes en el Congreso de los Diputados y en el Senado. Tiempo al tiempo.
A los zamoranos nos quedan menos de año y medio para formar un partido interclasista, tipo Soria Ya, o a que las fuerzas como Zamora Decide, Por Zamora, más Tercera Edad en Acción, que sigue liderando una personalidad que no busca protagonismo en política, solo luchar por su tierra, como es Antonio Requejo; más lo que quede de Ciudadanos, UPL y asociaciones como Viriatos y personalidades hartas de la deriva económica y social de nuestra provincia, den un paso al frente por Zamora.
Olvídense vanidades y protagonismos, hablen entre ustedes para asir el futuro de nuestra provincia y detener esta marcha que nos llevará al abismo de la historia. Y si no son capaces de sentarse para hallar una solución, para concretar alianzas electorales, disuelvan sus partidos porque nunca pasarán de ser meros comparsas y el hazmerreír de los grandes partidos nacionales. Es la hora de Zamora.
Corolario: En Zamora no ha prensa con capital zamorano. Nos tienen colonizados medios con capital extraño y foráneo, a los que sirven los partidos clásicos. Los empresarios zamoranos ahora pagan su deserción, su abandono del centenario El Correo de Zamora. Lo que hay ahora es otra cosa que sirve a intereses distintos y distantes a nuestra gente y nuestra tierra.
Eugenio-Jesús de Ávila
Los sorianos aprendieron, ha tiempo, que los partidos nacionales pasaban de sus problemas, graves, en despoblación, que convirtieron a su provincia en un desierto demográfico. Sorianos fueron Lucas y Posada, ambos presidentes de la Junta, y, además altos cargos en Congreso y Senado. Pero Soria siguió despoblándose y sin comunicaciones modernas. Tantos agravios políticos, sociales y culturales desembocaron en la grandísima victoria electoral de Soria Ya, que obtuvo tres procuradores en las Cortes de Castilla y León. Respuesta al olvido y a la felonía.
Zamora solo tuvo un presidente de la Junta, Demetrio Madrid, al que no le dio tiempo a favorecer a nuestra provincia, aunque sí para ubicar en León, la ciudad hermana del norte, el Museo Contemporáneo de Castilla y León. Pero tras el mítico dirigente socialista, ningún zamorano volvió a presidir el ejecutivo autonómico. También hemos tenido ministros, como Carlos Romero, que realizó una buena labor en la provincia durante el primer gobierno de Felipe González. Después Ana Pastor fue ministra de Sanidad y Fomento con Rajoy. No recuerdo grandes acciones de la zamorana por su provincia; quizá se sienta más gallega. Lógico. Porque uno es más de donde pace que de donde nace.
Por supuesto, no me olvido de Maíllo, que, si bien nunca dirigió un Ministerio, fue la mano derecha, izquierda o de Cervantes, de Mariano Rajoy. Al decir de sus amigos, al número 3 del PP en su día, se le debe lo del tren madrugador. En fin. Cosas veredes. ¡Qué le dediquen una avenida!
Nuestra provincia, como he contado tantas veces, inició su declive con la democracia, más en concreto con el felipismo, cuando el Estado desmontó infraestructuras, como las del ferrocarril; traslado el Regimiento Toledo a Salamanca, como la Prisión Provincial; puso fin a la Universidad Laboral y ejecutó la tremenda reconversión en el campo, tanto en la agricultura como en la ganadería. Después, ni con Aznar ni con Rajoy se cambiaron las políticas que aislaron a nuestra provincia del progreso de la nación. Recuerdo que la autovía entre la capital y Tordesillas tardó demasiado tiempo en construirse, y la Vía de la Plata, entre Zamora y Benavente, fue el último tramo de la autovía que lleva el nombre de la ruta del Imperio Romano.
Desde hace diez años, los problemas de nuestra provincia se han ido agravando. Ya sabemos que somos la de menor actividad económica, la más envejecida y la que más población ha perdido de toda España. Estamos, pero no somos. Ni el PP, durante sus gobiernos, ni el PSOE, hasta ahora, abordaron la transformación de la N-122 entre la capital y la frontera lusa. Siempre había una excusa de última hora para jugar con los incautos aborígenes de esta provincia olvidada por Fernando I. Quizá el PSOE de Sánchez iniciará en breve estas obras en Alcañices y después…tiempo al tiempo. No obstante, es de agradecer que Antidio Fagúndez se pusiera muy pesado para que su presidente destinase, de momento, 20 millones de euros, como reza el PGE 2022, para restaurar Monte la Reina como instalación militar.
He ofrecido, en los párrafos anteriores, datos, fidedignos, de nuestra historia, porque no me invento nada, ni lo necesito, no soy un politicastro. Y usted, que es mi paisano, y también los 170.000 personas que habitan esta desdichada provincia, que no es pobre, pero que los políticos se encargaron de que nos lo creyéremos y, además, robarle lo poco que tenía, conocemos nuestra historia, cómo nos trataron los distintos gobiernos desde La Moncloa y desde Valladolid; cómo nos engañaron con limosnas políticas, de qué manera se rieron de un pueblo pusilánime, incapacitado para defenderse, en coma económico y social. Pero aun así, después de semejantes afrentas, ofensas y atropellos, los zamoranos prefieren votar, en las elecciones autonómicas, a las formaciones nacionales, y se olvidan de formaciones propias, como Zamora Decide, Por Zamora y UPL, que si bien nació en la provincia hermana, también quiere poner fin a nuestras cuitas.
Siento, pues, sana envidia de la ciudadanía soriana, que aprendió a base de agravios, de entuertos, de descomedimientos políticos, y ahora ha sabido responderlos, votando en masa a una formación provincial. Y aquí no se detendrá Soria Ya -así se llama el exitoso partido de la tierra donde la montaña parió la Duero-, porque en 2024 también tendrá representantes en el Congreso de los Diputados y en el Senado. Tiempo al tiempo.
A los zamoranos nos quedan menos de año y medio para formar un partido interclasista, tipo Soria Ya, o a que las fuerzas como Zamora Decide, Por Zamora, más Tercera Edad en Acción, que sigue liderando una personalidad que no busca protagonismo en política, solo luchar por su tierra, como es Antonio Requejo; más lo que quede de Ciudadanos, UPL y asociaciones como Viriatos y personalidades hartas de la deriva económica y social de nuestra provincia, den un paso al frente por Zamora.
Olvídense vanidades y protagonismos, hablen entre ustedes para asir el futuro de nuestra provincia y detener esta marcha que nos llevará al abismo de la historia. Y si no son capaces de sentarse para hallar una solución, para concretar alianzas electorales, disuelvan sus partidos porque nunca pasarán de ser meros comparsas y el hazmerreír de los grandes partidos nacionales. Es la hora de Zamora.
Corolario: En Zamora no ha prensa con capital zamorano. Nos tienen colonizados medios con capital extraño y foráneo, a los que sirven los partidos clásicos. Los empresarios zamoranos ahora pagan su deserción, su abandono del centenario El Correo de Zamora. Lo que hay ahora es otra cosa que sirve a intereses distintos y distantes a nuestra gente y nuestra tierra.
Eugenio-Jesús de Ávila





























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