MI VECINA MARISOL
Jugar al risk
El Risk, como la mayoría de vosotros sabréis, es un juego de mesa en el que los participantes tratan de anexionarse territorios de los rivales para tener un dominio total de los continentes. Es una especie de juego de guerra incruento que se basa en la estrategia y el azar, dado que se juega con dados y, por lo tanto, dependerá de la suerte que se tenga en las tiradas. A día de hoy el ejemplo más claro que tenemos es el del descerebrado de Vladimir Putin y su inminente ataque a Ukrania. Le pareció poco su incursión e invasión en la península de Crimea en 2014, que hasta entonces y después de la disolución de la URSS había pertenecido a Ukrania, que ahora, por sus santos cojones quiere invadir y anexionarse el resto de la república ukraniana.
-¡Ya empezamos con los tacos!-, me recrimina a mí hoy Concepción, ya sabéis, la funcionaria eficiente, amiga de mi vecina Marisol, que nunca dice palabrotas. Y es que se acercan las dos y empezamos la conversación hablando de cuáles serán las intenciones reales del descerebrado, que no tonto, del tío Vladimir.
Pero no es ese el verdadero motivo de ésta reflexión; Risk viene de “riesgo”, y eso es lo que me apunta Marisol que estamos empezando a correr después de los resultados de las elecciones pasadas en Castilla y León.
-El primer leñazo, le guste o no a los peperos, se lo ha dado Mañueco y su marioneta-jefe Casado. Parece ser que el máster ese de la Señorita Pepis, que le sacaron hace años, no le dio demasiados conocimientos. Bueno, eso ya lo hemos estado viendo-. Esta es la entrada que hace mi vecina.
-Bueno, pero ha ganado las elecciones-, le digo. –Para porrazo el que se ha llevado el PSOE, que ha perdido un montón de escaños y pensaban ganar de nuevo las elecciones autonómicas. Y lo de Podemos, I.U. y Ciudadanos, para mear y no echar gota-.
-¡Hala, otra grosería!, ¡no seas así, hombre, que tú eres muy educado!, me dice Concepción.
Pero sale Marisol al paso diciendo -Sí, pero convocar unas elecciones anticipadas con la intención de sacar una mayoría absoluta y sacar únicamente dos escaños más que los que tenías no parece un gran éxito, más bien todo lo contrario. Y además, has cambiado a un socio dócil, manejable, incluso razonable, como era Ciudadanos, por un dinamitero, como es VOX, no parece un buen negocio-.
Tiene razón, una vez más mi vecina, el resultado ha sido malísimo y el cambio nefasto. Se nos avecinan tiempos difíciles y duros salvo que impere el raciocinio y se llegue a algún acuerdo entre las dos fuerzas más votadas.
-¡Ya me gustaría ese acuerdo!. Eso sería actuar como verdaderos demócratas y poner lo que ahora se ha dado en llamar “un cordón sanitario” a VOX e impedirle que empiece a hacer sus fechorías, como ya ha anunciado-, dice mi vecina.
-Pero eso es lo que han decidido los ciudadanos en las urnas, es un resultado absolutamente democrático. Probablemente es fruto del hartazgo que tiene la gente de éstos políticos que tenemos, del cansancio que producen los inútiles que nos gobiernan y quieren un cambio-, replica Concepción.
-Efectivamente, así es, pero no podemos olvidar el origen y el planteamiento de VOX. Se aprovechan de un régimen democrático, en el que no creen, para colocarse en los gobiernos y luego abusar y “adaptar la democracia” a su conveniencia para perpetuarse en el poder. Eso es más viejo que el hilo negro. Hitler llegó al poder de esa forma y ya vimos cómo acabó “el experimento”. Maduro, y su predecesor, y sus vecinos de alrededor, son ejemplos actuales de lo que digo. En todo el mundo tenemos ejemplos pasados y actuales de cómo se llega al poder por métodos democráticos y cómo se quedan “pa siempre, pa siempre”-. Insiste Marisol.
Es cierto, hay un hartazgo de políticos corruptos, mentirosos, abusones, que no se detienen nunca a la hora de mentir si con ello creen que van a permanecer dos minutos más en su escaño, sea municipal, regional o nacional. Las promesas incumplidas de todos han llegado al extremo y ahora, en algunos de los casos de han convertido en las denominadas “fake news”, que consisten en soltar por ahí cualquier barbaridad del adversario político, siendo falsa, pero que cala en algunos de sus seguidores, no todos son tontos, evidentemente. Y eso se ha convertido en el “modus operandi”, sobre todo de la derecha actual, al mejor modo “trumpista”. Todo lo malo se pega inmediatamente.
-El hartazgo está muy generalizado, eso es cierto, pero no por ello se puede dar una patada en el tablero y tirarlo todo por los aires, que es lo que significa dar poder a una formación política que no cree en la democracia. El planteamiento de VOX es incompatible con los afanes democráticos de los países civilizados. Es cierto que en toda Europa están apareciendo éstos partidos ultraderechistas pero, en algunos de estos países de nuestro entorno más cercano, que no son nada sospechosos de ser poco democráticos, se les hace el vacío, el cordón sanitario, entre el resto de las formaciones políticas, para que no puedan llegar al poder. Creo que tienen la memoria más actualizada y no quieren más disgustos. Y, sobre todo, lo que tienen es más información sana, no sesgada, cultura y no olvidan su historia-. Insiste mi vecina.
Parece como que la culpa de las fatigas de los ciudadanos siempre la tuviera lo que ellos llaman “la izquierda”. Es más, en el colmo de la tontería, la Señora Ayuso, hace unos días, en un mitin del PP, traía a colación el daño que había hecho a España la República. Señora Ayuso, una República puede ser tanto de derechas como de izquierdas como del centro del ombligo, un régimen republicano no es dañino y, sobretodo, no viene al caso traerlo a una campaña electoral en una Comunidad Autónoma.
Y volviendo a lo del Risk, el riesgo, esto no es juego, esto son unas elecciones en las que elegimos a quien nos gobierna, pero dentro de las normas democráticas que nos hemos marcado. Aquí no tienen cabida los extremistas de ningún lado, ni de derecha ni de izquierda, sobran todos y a todos se les debería hacer ver cuál es el límite. El pataleo y la rabia por el cansancio y el hartazgo de tener políticos inútiles no debe llevarnos a la abstención que, por cierto, ha sido altísima, ni al voto de castigo llevado al extremo. Algunos parece que están más conformes con que los propios le bajen la pensión y le reduzcan las prestaciones sanitarias a que “el enemigo” le suba el salario mínimo interprofesional, le actualicen la pensión al IPC y le atiendan mejor y más rápido en su Centro de Salud. No se entenderá nunca, pero eso parece porque, de no ser así, no se entiende el resultado electoral de éstos ultraderechistas.
-Dejémonos de juegos-, dice Marisol, -los experimentos, con gaseosa, como dijo el que fuera. Los resultados pueden ser desastrosos y perjudiciales para todos. Aunque algunos de sus propios votantes no lo crean, el gobierno de los ultras también es nocivo para ellos, porque la pérdida de las libertades, de los derechos y del pensamiento en definitiva, nunca es positivo. Luchar por los derechos de mi adversario, aunque no piense como él-.
Y con ésta máxima, similar a algo que se le atribuye a Voltaire, y que nunca dijo, se alejan mi vecina Marisol y su amiga Concepción, de vuelta a sus respectivos trabajos. El café con napolitanas, para otro rato.
Kebedo.
El Risk, como la mayoría de vosotros sabréis, es un juego de mesa en el que los participantes tratan de anexionarse territorios de los rivales para tener un dominio total de los continentes. Es una especie de juego de guerra incruento que se basa en la estrategia y el azar, dado que se juega con dados y, por lo tanto, dependerá de la suerte que se tenga en las tiradas. A día de hoy el ejemplo más claro que tenemos es el del descerebrado de Vladimir Putin y su inminente ataque a Ukrania. Le pareció poco su incursión e invasión en la península de Crimea en 2014, que hasta entonces y después de la disolución de la URSS había pertenecido a Ukrania, que ahora, por sus santos cojones quiere invadir y anexionarse el resto de la república ukraniana.
-¡Ya empezamos con los tacos!-, me recrimina a mí hoy Concepción, ya sabéis, la funcionaria eficiente, amiga de mi vecina Marisol, que nunca dice palabrotas. Y es que se acercan las dos y empezamos la conversación hablando de cuáles serán las intenciones reales del descerebrado, que no tonto, del tío Vladimir.
Pero no es ese el verdadero motivo de ésta reflexión; Risk viene de “riesgo”, y eso es lo que me apunta Marisol que estamos empezando a correr después de los resultados de las elecciones pasadas en Castilla y León.
-El primer leñazo, le guste o no a los peperos, se lo ha dado Mañueco y su marioneta-jefe Casado. Parece ser que el máster ese de la Señorita Pepis, que le sacaron hace años, no le dio demasiados conocimientos. Bueno, eso ya lo hemos estado viendo-. Esta es la entrada que hace mi vecina.
-Bueno, pero ha ganado las elecciones-, le digo. –Para porrazo el que se ha llevado el PSOE, que ha perdido un montón de escaños y pensaban ganar de nuevo las elecciones autonómicas. Y lo de Podemos, I.U. y Ciudadanos, para mear y no echar gota-.
-¡Hala, otra grosería!, ¡no seas así, hombre, que tú eres muy educado!, me dice Concepción.
Pero sale Marisol al paso diciendo -Sí, pero convocar unas elecciones anticipadas con la intención de sacar una mayoría absoluta y sacar únicamente dos escaños más que los que tenías no parece un gran éxito, más bien todo lo contrario. Y además, has cambiado a un socio dócil, manejable, incluso razonable, como era Ciudadanos, por un dinamitero, como es VOX, no parece un buen negocio-.
Tiene razón, una vez más mi vecina, el resultado ha sido malísimo y el cambio nefasto. Se nos avecinan tiempos difíciles y duros salvo que impere el raciocinio y se llegue a algún acuerdo entre las dos fuerzas más votadas.
-¡Ya me gustaría ese acuerdo!. Eso sería actuar como verdaderos demócratas y poner lo que ahora se ha dado en llamar “un cordón sanitario” a VOX e impedirle que empiece a hacer sus fechorías, como ya ha anunciado-, dice mi vecina.
-Pero eso es lo que han decidido los ciudadanos en las urnas, es un resultado absolutamente democrático. Probablemente es fruto del hartazgo que tiene la gente de éstos políticos que tenemos, del cansancio que producen los inútiles que nos gobiernan y quieren un cambio-, replica Concepción.
-Efectivamente, así es, pero no podemos olvidar el origen y el planteamiento de VOX. Se aprovechan de un régimen democrático, en el que no creen, para colocarse en los gobiernos y luego abusar y “adaptar la democracia” a su conveniencia para perpetuarse en el poder. Eso es más viejo que el hilo negro. Hitler llegó al poder de esa forma y ya vimos cómo acabó “el experimento”. Maduro, y su predecesor, y sus vecinos de alrededor, son ejemplos actuales de lo que digo. En todo el mundo tenemos ejemplos pasados y actuales de cómo se llega al poder por métodos democráticos y cómo se quedan “pa siempre, pa siempre”-. Insiste Marisol.
Es cierto, hay un hartazgo de políticos corruptos, mentirosos, abusones, que no se detienen nunca a la hora de mentir si con ello creen que van a permanecer dos minutos más en su escaño, sea municipal, regional o nacional. Las promesas incumplidas de todos han llegado al extremo y ahora, en algunos de los casos de han convertido en las denominadas “fake news”, que consisten en soltar por ahí cualquier barbaridad del adversario político, siendo falsa, pero que cala en algunos de sus seguidores, no todos son tontos, evidentemente. Y eso se ha convertido en el “modus operandi”, sobre todo de la derecha actual, al mejor modo “trumpista”. Todo lo malo se pega inmediatamente.
-El hartazgo está muy generalizado, eso es cierto, pero no por ello se puede dar una patada en el tablero y tirarlo todo por los aires, que es lo que significa dar poder a una formación política que no cree en la democracia. El planteamiento de VOX es incompatible con los afanes democráticos de los países civilizados. Es cierto que en toda Europa están apareciendo éstos partidos ultraderechistas pero, en algunos de estos países de nuestro entorno más cercano, que no son nada sospechosos de ser poco democráticos, se les hace el vacío, el cordón sanitario, entre el resto de las formaciones políticas, para que no puedan llegar al poder. Creo que tienen la memoria más actualizada y no quieren más disgustos. Y, sobre todo, lo que tienen es más información sana, no sesgada, cultura y no olvidan su historia-. Insiste mi vecina.
Parece como que la culpa de las fatigas de los ciudadanos siempre la tuviera lo que ellos llaman “la izquierda”. Es más, en el colmo de la tontería, la Señora Ayuso, hace unos días, en un mitin del PP, traía a colación el daño que había hecho a España la República. Señora Ayuso, una República puede ser tanto de derechas como de izquierdas como del centro del ombligo, un régimen republicano no es dañino y, sobretodo, no viene al caso traerlo a una campaña electoral en una Comunidad Autónoma.
Y volviendo a lo del Risk, el riesgo, esto no es juego, esto son unas elecciones en las que elegimos a quien nos gobierna, pero dentro de las normas democráticas que nos hemos marcado. Aquí no tienen cabida los extremistas de ningún lado, ni de derecha ni de izquierda, sobran todos y a todos se les debería hacer ver cuál es el límite. El pataleo y la rabia por el cansancio y el hartazgo de tener políticos inútiles no debe llevarnos a la abstención que, por cierto, ha sido altísima, ni al voto de castigo llevado al extremo. Algunos parece que están más conformes con que los propios le bajen la pensión y le reduzcan las prestaciones sanitarias a que “el enemigo” le suba el salario mínimo interprofesional, le actualicen la pensión al IPC y le atiendan mejor y más rápido en su Centro de Salud. No se entenderá nunca, pero eso parece porque, de no ser así, no se entiende el resultado electoral de éstos ultraderechistas.
-Dejémonos de juegos-, dice Marisol, -los experimentos, con gaseosa, como dijo el que fuera. Los resultados pueden ser desastrosos y perjudiciales para todos. Aunque algunos de sus propios votantes no lo crean, el gobierno de los ultras también es nocivo para ellos, porque la pérdida de las libertades, de los derechos y del pensamiento en definitiva, nunca es positivo. Luchar por los derechos de mi adversario, aunque no piense como él-.
Y con ésta máxima, similar a algo que se le atribuye a Voltaire, y que nunca dijo, se alejan mi vecina Marisol y su amiga Concepción, de vuelta a sus respectivos trabajos. El café con napolitanas, para otro rato.
Kebedo.





























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