ZAMORANA
Revivir la Zamora ilustre de antaño
Entre las muchas y variadas opciones que existen para publicitar Zamora y llevarla más allá de sus fronteras, hoy quisiera referirme a una realidad olvidada que no suele mencionarse.
La provincia de Zamora ha gozado de un pasado noble, aristocrático y distinguido en una época (entre los siglos XIV y XVII) en que los reyes concedían marquesados, condados o ducados en diferentes comarcas zamoranas, y cuyos descendientes han mantenido en muchos casos hasta la actualidad sus títulos correspondientes, pese a que ya no gocen de las prebendas iniciales que conllevaba su nombramiento.
Según mi investigación, he encontrado: seis condados, tres marquesados, dos ducados y un señorío, distribuidos en las comarcas de: Tierra de Campos, Tierra de Alba, Benavente y los Valles, La Guareña, Sayago, Aliste, Tierra del Tábara y Alfoz de Toro; lo que da una idea de la cantidad de ilustres linajes repartidos por la práctica totalidad de las comarcas zamoranas. Estos títulos nobiliarios fueron creados-otorgados por los reyes: Felipe IV, Enrique IV de Castilla, Carlos I de España, Enrique III de Castilla, los Reyes Católicos, Felipe III, Carlos II, Carlos I y Felipe II. Es indudable, por tanto, la importancia que adquirió la provincia de Zamora en aquella época refrendada por unos reyes que distinguieron a aristócratas y nobles.
En la actualidad tales títulos no constituyen sino el vestigio de una época pasada, pese a que algunos descendientes aún se sirven de él para acceder a una élite por la que se abren camino con ayuda de tal regia carta de presentación. Sin embargo, es nuestra historia y merece la pena recordarla; a este propósito apunto una idea que resultaría un tema de reflexión para que el departamento de Cultura de Zamora, la Diputación o incluso la Junta de Castilla y León (aunque ahora, tal vez, no sea el momento) pongan sobre la mesa otra manera de publicitar nuestra tierra, sacando a la palestra ese legado noble que ya hemos olvidado. Al igual que van a realizarse actos con motivo del 950 aniversario del Cerco de Zamora, propongo que se conmemore y recuerde la historia de los títulos nobiliarios antes referidos y las comarcas que los acogieron.
Sería una oportunidad para que la provincia adquiriera el protagonismo que merece, recordando mediante distintas actividades aquel pasado ilustre que señaló la importancia de esta tierra durante varios siglos y que no podemos perder en la memoria. Insto, pues, a las autoridades competentes para que pongan en valor el pasado y lo trasladen a este futuro tan diferente para que Zamora brille, siquiera unos días, y goce del esplendor que tuvo antaño, así como del beneplácito real que entonces lo favoreció.
Mª Soledad Martín Turiño
Entre las muchas y variadas opciones que existen para publicitar Zamora y llevarla más allá de sus fronteras, hoy quisiera referirme a una realidad olvidada que no suele mencionarse.
La provincia de Zamora ha gozado de un pasado noble, aristocrático y distinguido en una época (entre los siglos XIV y XVII) en que los reyes concedían marquesados, condados o ducados en diferentes comarcas zamoranas, y cuyos descendientes han mantenido en muchos casos hasta la actualidad sus títulos correspondientes, pese a que ya no gocen de las prebendas iniciales que conllevaba su nombramiento.
Según mi investigación, he encontrado: seis condados, tres marquesados, dos ducados y un señorío, distribuidos en las comarcas de: Tierra de Campos, Tierra de Alba, Benavente y los Valles, La Guareña, Sayago, Aliste, Tierra del Tábara y Alfoz de Toro; lo que da una idea de la cantidad de ilustres linajes repartidos por la práctica totalidad de las comarcas zamoranas. Estos títulos nobiliarios fueron creados-otorgados por los reyes: Felipe IV, Enrique IV de Castilla, Carlos I de España, Enrique III de Castilla, los Reyes Católicos, Felipe III, Carlos II, Carlos I y Felipe II. Es indudable, por tanto, la importancia que adquirió la provincia de Zamora en aquella época refrendada por unos reyes que distinguieron a aristócratas y nobles.
En la actualidad tales títulos no constituyen sino el vestigio de una época pasada, pese a que algunos descendientes aún se sirven de él para acceder a una élite por la que se abren camino con ayuda de tal regia carta de presentación. Sin embargo, es nuestra historia y merece la pena recordarla; a este propósito apunto una idea que resultaría un tema de reflexión para que el departamento de Cultura de Zamora, la Diputación o incluso la Junta de Castilla y León (aunque ahora, tal vez, no sea el momento) pongan sobre la mesa otra manera de publicitar nuestra tierra, sacando a la palestra ese legado noble que ya hemos olvidado. Al igual que van a realizarse actos con motivo del 950 aniversario del Cerco de Zamora, propongo que se conmemore y recuerde la historia de los títulos nobiliarios antes referidos y las comarcas que los acogieron.
Sería una oportunidad para que la provincia adquiriera el protagonismo que merece, recordando mediante distintas actividades aquel pasado ilustre que señaló la importancia de esta tierra durante varios siglos y que no podemos perder en la memoria. Insto, pues, a las autoridades competentes para que pongan en valor el pasado y lo trasladen a este futuro tan diferente para que Zamora brille, siquiera unos días, y goce del esplendor que tuvo antaño, así como del beneplácito real que entonces lo favoreció.
Mª Soledad Martín Turiño





























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