PRIMERA DIVISIÓN RFEF
Un excelente labor defensiva le vale un punto al Zamora CF en Badajoz: (0-0)
La ocasión más clara del partido la tuvo Jorge Fernández, pero su disparo, flojo, lo detuvo el meta pacense. La gran actuación de la zaga, clave en el empate sin goles en el Vivero
Un punto es poco para un Zamora CF que padece una situación muy delicada. Pero, después de ver el partido, me vale. El Badajoz superó a los rojiblancos a lo largo de la segunda mitad. Tuvo ocasiones, no tantas como podría creerse. Una buena intervención del debutante Pau Torres, al final del partido, y pare usted de contar. De hecho, la ocasión más diáfana del encuentro la disfrutaron los rojiblancos, pero el disparo de Jorge Fernández, flojo, algo escorado, lo detuvo en dos tiempos el meta luso del cuadro blanquinegro.
Yago Iglesias decidió que Villanueva se quedase en el banquillo. Eligió a Torres, que no lo hizo mal en el poco trabajo que tuvo. Regresó Xisco a la titularidad y mantuvo a Garay en el lateral derecho. El resto, los de casi siempre. Arriba, pero más abajo, Losada, que realizaría un enorme trabajo, pero nunca cómo ariete, porque el área contraria la vio en escasa ocasiones. Podría decirse que el Zamora jugó sin delantero centro.
Lo mejor de los rojiblancos lo vimos en la primera media hora de juego, cuando tomaron posesión del balón. El cuadro pacense desconocía la fórmula para proyectarse en ataque. Pero todo cambió en los últimos diez minutos de la primera mitad. Un dato: el primer disparo a puerta de los locales se produjo en el minuto 35.
La defensa zamorana aguantó el caso final de los pacenses en el último tramo de la primera mitad, merced a la colosal labor de la zaga y el trabajo destructivo de Ramos, un jugador al que aprecio más cuando juega más adelante.
Tras el descanso, primer cambio en el Badajoz. Isi Gómez, su mejor hombre, pero con una amarilla, se quedaba en los vestuarios.
La segunda mitad se inició con el mismo color de la primera. Mandaba el Badajoz, pero la cobertura zamorana apenas sentía esas acometidas.
El técnico local comprobó que la defensa rojiblanca apenas tenía agobios, por lo que decidió cambiar a sus exteriores: entrarían Concha y Adison, que, a lo largo de esa segunda entrega, demostraron llevar más peligro al área rojiblanca que los titulares.
Yago Iglesias tampoco debía estar muy satisfecho por la deriva del partido. Así, decidió un doble cambio en el minuto 63: Baselga sustituía a Kepa, que apenas pudo proyectarse en ataque durante la hora que estuvo sobre el césped, no por su culpa, sino porque apenas recibió balones dignos de jugarse. También entró Dani Espejo, porque Jon Rojo no podía con Concha.
Y no sé por qué extraña razón, me imagino que obedeciendo órdenes de su entrenador, los rojiblancos intentaron sacar la pelota jugada desde su área. El Badajoz inició su presión en campo enemigo, con lo que la pelota apenas duraba dos pases en el Zamora. De tal manera, los pacenses, ante los regalos de la escuadra visitante, se metieron en el campo rojiblanco. Y así, obsequiando al rival una y otra vez, durante un cuarto de hora, el cuadro blanquinegro metió al rojiblanco en su área. Se sucedieron los saques de esquina, pero nunca encontraron rematador.
Para intentar romper el ritmo pacense e inyectar nueva vida a su equipo, Yago sacaría al campo a Navas, que entró por Yanis, y a Herrera por el laborioso Losada. Quedaba un cuarto de hora para el finiquito.
La oportunidad más clara del Badajoz, un disparo a ver qué pasaba, del central Pardo, obligó a Torres a realizar la única intervención complicada del choque.
El nerviosismo pacense al ver que se le escapaba la victoria ocasionó varias entradas duras que le árbitro, muy casero, no supo corregir.
Punto bueno, más después de ver el partido, y sexta jornada que el Zamora no marca. Cosas veredes. Espero que en las próximas jornadas, la sequía meteorológica y la futbolística finalice con lluvias de agua y goles.
Un punto es poco para un Zamora CF que padece una situación muy delicada. Pero, después de ver el partido, me vale. El Badajoz superó a los rojiblancos a lo largo de la segunda mitad. Tuvo ocasiones, no tantas como podría creerse. Una buena intervención del debutante Pau Torres, al final del partido, y pare usted de contar. De hecho, la ocasión más diáfana del encuentro la disfrutaron los rojiblancos, pero el disparo de Jorge Fernández, flojo, algo escorado, lo detuvo en dos tiempos el meta luso del cuadro blanquinegro.
Yago Iglesias decidió que Villanueva se quedase en el banquillo. Eligió a Torres, que no lo hizo mal en el poco trabajo que tuvo. Regresó Xisco a la titularidad y mantuvo a Garay en el lateral derecho. El resto, los de casi siempre. Arriba, pero más abajo, Losada, que realizaría un enorme trabajo, pero nunca cómo ariete, porque el área contraria la vio en escasa ocasiones. Podría decirse que el Zamora jugó sin delantero centro.
Lo mejor de los rojiblancos lo vimos en la primera media hora de juego, cuando tomaron posesión del balón. El cuadro pacense desconocía la fórmula para proyectarse en ataque. Pero todo cambió en los últimos diez minutos de la primera mitad. Un dato: el primer disparo a puerta de los locales se produjo en el minuto 35.
La defensa zamorana aguantó el caso final de los pacenses en el último tramo de la primera mitad, merced a la colosal labor de la zaga y el trabajo destructivo de Ramos, un jugador al que aprecio más cuando juega más adelante.
Tras el descanso, primer cambio en el Badajoz. Isi Gómez, su mejor hombre, pero con una amarilla, se quedaba en los vestuarios.
La segunda mitad se inició con el mismo color de la primera. Mandaba el Badajoz, pero la cobertura zamorana apenas sentía esas acometidas.
El técnico local comprobó que la defensa rojiblanca apenas tenía agobios, por lo que decidió cambiar a sus exteriores: entrarían Concha y Adison, que, a lo largo de esa segunda entrega, demostraron llevar más peligro al área rojiblanca que los titulares.
Yago Iglesias tampoco debía estar muy satisfecho por la deriva del partido. Así, decidió un doble cambio en el minuto 63: Baselga sustituía a Kepa, que apenas pudo proyectarse en ataque durante la hora que estuvo sobre el césped, no por su culpa, sino porque apenas recibió balones dignos de jugarse. También entró Dani Espejo, porque Jon Rojo no podía con Concha.
Y no sé por qué extraña razón, me imagino que obedeciendo órdenes de su entrenador, los rojiblancos intentaron sacar la pelota jugada desde su área. El Badajoz inició su presión en campo enemigo, con lo que la pelota apenas duraba dos pases en el Zamora. De tal manera, los pacenses, ante los regalos de la escuadra visitante, se metieron en el campo rojiblanco. Y así, obsequiando al rival una y otra vez, durante un cuarto de hora, el cuadro blanquinegro metió al rojiblanco en su área. Se sucedieron los saques de esquina, pero nunca encontraron rematador.
Para intentar romper el ritmo pacense e inyectar nueva vida a su equipo, Yago sacaría al campo a Navas, que entró por Yanis, y a Herrera por el laborioso Losada. Quedaba un cuarto de hora para el finiquito.
La oportunidad más clara del Badajoz, un disparo a ver qué pasaba, del central Pardo, obligó a Torres a realizar la única intervención complicada del choque.
El nerviosismo pacense al ver que se le escapaba la victoria ocasionó varias entradas duras que le árbitro, muy casero, no supo corregir.
Punto bueno, más después de ver el partido, y sexta jornada que el Zamora no marca. Cosas veredes. Espero que en las próximas jornadas, la sequía meteorológica y la futbolística finalice con lluvias de agua y goles.






























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