Zamora 10, Zamora Nada y la abulia ciudadana

Insisto hoy, de nuevo, en que la prensa, atenazada por el sistema,  carece de libertad para contribuir a la transformación de esta sociedad. Zamora hallase al borde del abismo por la felonía de sus políticos, siempre al servicio de los partidos, nunca de los zamoranos; la mentalidad de nuestra gente, vetusta, anquilosada, retrógrada, con ciertas dosis de pesimismo, características que daría lugar a un estudio antropológico, y una prensa, más ahora que nunca, al servicio del que manda, sea un hombre de izquierdas o una mujer de derechas. Hay que ordeñar siempre la vaca que da leche. Con observar las informaciones y artículos de unos y de otros, colegirá que lo que escribo se acerca a la realidad.

Ejemplos de que nuestra sociedad no funciona. Vayamos al sector empresarial. Hace cuatro años y medio  que una elite de la burguesía zamorana, de los negocios y de la intelectualidad, creó Zamora10. ¿Razón? No funcionaba el tejido empresarial zamorano. Ni la CEOE-Cepyme ni la Cámara de Comercio servían a los intereses de empresarios y comerciantes, que comprobaban como disminuían las ganancias, aumentaban los gastos y se cerraban tiendas y comercios. Orfandad absoluta de ideas.

También se creó Viriatos, formado por una mayoría de mujeres y de pequeños comerciantes, hartos de vivir en una ciudad y provincia con grave deterioro económico y herida de muerte con una despoblación galopante. Un sector de esta sociedad pequeño burguesa asumió que los partidos, a la derecha y a la izquierda, ya no representaban sus intereses, porque servían, como sucedió siempre, las órdenes de sus superiores en Pucela y Madrid.

Y una prensa local que,  salvo alguna excepción,  que no sirve a los intereses de los zamoranos, porque su capital procede de otras comunidades,  ni crea opinión, ni critica a los caciques políticos ni a los políticos caciques, sino que le da coba, siempre que hay publicidad institucional.

Zamora10 seguirá funcionando, pensando, procesando proyectos, libre ya de los organismos que, desde su génesis, quisieron obstaculizar su camino hacia el progreso; mientras, la  Zamora Cero o Zamora Nada, la Zamora que envidia, la Zamora de la apatía y la gangrena económica, se atrinchera en el ahorro de la miseria, y, al otro lado del tiempo,  la gente ignora lo que pasa y lo que ocurre, porque mientras haya procesiones, todos serán felices en este retraso que abruma, que aterra y que mata social y económicamente.

Zamora se ha transformado en una sociedad amorfa, moribunda, sin genio, abotargada, sin brío y pusilánime. Solo existen focos de resistencia en esos organismos que antes he citado, y algunos otros que aparecen de cuando en cuando, en circunstancias especiales, y en los jóvenes labradores y ganaderos, con huevos para protestar y exigir al gobierno que sea menester, sin miedo, sin temblar. Hay, pues, una Zamora10, una Zamora Nada y una gente en la apatía antropológica, indolente y abúlica.  He escrito. 

Eugenio-Jesús de Ávila