RELIGIONES
El gallo de la Pasión
San Pedro negó tres veces conocer a Jesús y ser discípulo suyo, tal y como le había dicho el Maestro , se cumplió su profecía: "Antes de que cante el gallo dos veces me negarás tres"
Así, el gallo de la pasión se convirtió n protagonista de los pecados de San Pedro.
Jesús fue hecho prisionero y llevado ante Anás. A Pedro el miedo le atenaza y no sabe qué hacer. Cuando dicen "Este estaba con Jesús el Galileo, él lo niega diciendo: "No sé de que hablas". De nuevo le dijeron que era uno de los discípulos de Jesús el Nazareno y contestó "No entiendo lo que dices", y al momento se oyó el canto del gallo. La tercera vez oyó: "Verdaderamente, tú también eres uno de ellos, pues hasta el habla te descubre", y respondió: "No conozco a ese hombre". De nuevo cantó el gallo.
Pedro no pensó que hubiera sido más prudente callar y no mentir. Recordó las palabras de Jesús y lloró amargamente cuando el Nazareno era llevado de la casa de Anás a la de Caifás.
A pesar de la importancia que el gallo tuvo en este pasaje de la Pasión de Cristo, este animal es el más ignorado de aquellos acontecimientos. Se trataba del pecado más significativo del primero de los Apóstoles, quién cobardemente negó a su maestro para evitar ser también detenido.
Sucedió lo que Jesús había afirmado en la última cena: "Antes de que el gallo cante dos veces me negarás tres", y efectivamente, así ocurrió.
Hay una popular frase que dice: " No le daría agua ni al gallo e la Pasión". Esta es una expresión que puede entenderse con el significado de falta de compromiso, falta de colaboración, insolidaridad, desunión, egoísmo o falta de compañerismo.
Balbino Lozano
San Pedro negó tres veces conocer a Jesús y ser discípulo suyo, tal y como le había dicho el Maestro , se cumplió su profecía: "Antes de que cante el gallo dos veces me negarás tres"
Así, el gallo de la pasión se convirtió n protagonista de los pecados de San Pedro.
Jesús fue hecho prisionero y llevado ante Anás. A Pedro el miedo le atenaza y no sabe qué hacer. Cuando dicen "Este estaba con Jesús el Galileo, él lo niega diciendo: "No sé de que hablas". De nuevo le dijeron que era uno de los discípulos de Jesús el Nazareno y contestó "No entiendo lo que dices", y al momento se oyó el canto del gallo. La tercera vez oyó: "Verdaderamente, tú también eres uno de ellos, pues hasta el habla te descubre", y respondió: "No conozco a ese hombre". De nuevo cantó el gallo.
Pedro no pensó que hubiera sido más prudente callar y no mentir. Recordó las palabras de Jesús y lloró amargamente cuando el Nazareno era llevado de la casa de Anás a la de Caifás.
A pesar de la importancia que el gallo tuvo en este pasaje de la Pasión de Cristo, este animal es el más ignorado de aquellos acontecimientos. Se trataba del pecado más significativo del primero de los Apóstoles, quién cobardemente negó a su maestro para evitar ser también detenido.
Sucedió lo que Jesús había afirmado en la última cena: "Antes de que el gallo cante dos veces me negarás tres", y efectivamente, así ocurrió.
Hay una popular frase que dice: " No le daría agua ni al gallo e la Pasión". Esta es una expresión que puede entenderse con el significado de falta de compromiso, falta de colaboración, insolidaridad, desunión, egoísmo o falta de compañerismo.
Balbino Lozano





























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