LEB PLATA
Delirante victoria del CB Zamora Enamora ante el potente Orense: 59-53
A falta de cinco minutos los de Saulo Hernández perdían por diez puntos: 41-51; pero después llegó la locura al Ángel Nieto
El CB Zamora Enamora es un equipo poético: si se encuentra inspirado halla la rima precisa para que sus versos contengan música, para construir sonetos perfectos. Esta noche la afición zamorana, que disfrutó de un partido de película de intriga, porque parecía que todo estaba perdido, y, minutos después, ganado. Una divina locura, que no comedia, aunque los de Saulo Hernández tuvieran más de poetas que de épicos. Si bien conocieron el infierno para después ascender al cielo. Voy a explicarlo por partes.
El primer cuarto empezó muy mal para el cuadro blanco, incapaz de ver la canasta contraria y flojito en defensa. Los de Saulo parecían no haberse despertado de la siesta o salir atemorizadas ante el potentísimo Orense. De tal manera, después de diez minutos, los leoneses ya perdían 8-19. Once puntos. Rémora para empezar. Había que remontar cuanto antes, mejor.
Dicho y hecho. El segundo cuarto fue, descaradamente, para los enamorados, que, de buenas a primeras, encontraron el camino hacia la canasta gallega sin problemas y, además, defendieron como jabatos, dejando al rival en nueve puntos, mientras anotaban 19. Total, al descanso, solo una desventaja de un punto: 27-28.
Veinte minutos por delante que nos conducirían a las puertas del delirio.
Vayamos por partes. Reaccionó Orense en el tercer cuarto, y el Zamora Enamora repitió errores en ataque, incapaz de ver con claridad la canasta rival, pues solo se anotaron 12 puntitos y la escuadra gallega se fue a los 17. De tal manera, se encararía el último cuarto con ventaja visitante de seis puntos. Remontables. Pero la afición tampoco confiaba en un milagro de los suyos, más, cuando a falta de cinco minutos la diferencia se había ido a la decena de puntos: 41-51.
Y entonces se vivieron en el Ángel Nieto hechos inexplicables que escapa a la razón, porque Zamora Enamora anotó en cinco minutos 18 puntos y los orensanos , una escuadra hecha para ascender solo anotó dos. Y en las gradas la locura. Y en el banquillo el placer de la victoria; 59-53. Baja anotación, pero otro partido para el recuerdo en la afición zamorana.
Harris II y Erikas,con 14 puntos entre manos, y Tamba y Solarin, con una decena, fueron los mejores anotadores locales.
El CB Zamora Enamora es un equipo poético: si se encuentra inspirado halla la rima precisa para que sus versos contengan música, para construir sonetos perfectos. Esta noche la afición zamorana, que disfrutó de un partido de película de intriga, porque parecía que todo estaba perdido, y, minutos después, ganado. Una divina locura, que no comedia, aunque los de Saulo Hernández tuvieran más de poetas que de épicos. Si bien conocieron el infierno para después ascender al cielo. Voy a explicarlo por partes.
El primer cuarto empezó muy mal para el cuadro blanco, incapaz de ver la canasta contraria y flojito en defensa. Los de Saulo parecían no haberse despertado de la siesta o salir atemorizadas ante el potentísimo Orense. De tal manera, después de diez minutos, los leoneses ya perdían 8-19. Once puntos. Rémora para empezar. Había que remontar cuanto antes, mejor.
Dicho y hecho. El segundo cuarto fue, descaradamente, para los enamorados, que, de buenas a primeras, encontraron el camino hacia la canasta gallega sin problemas y, además, defendieron como jabatos, dejando al rival en nueve puntos, mientras anotaban 19. Total, al descanso, solo una desventaja de un punto: 27-28.
Veinte minutos por delante que nos conducirían a las puertas del delirio.
Vayamos por partes. Reaccionó Orense en el tercer cuarto, y el Zamora Enamora repitió errores en ataque, incapaz de ver con claridad la canasta rival, pues solo se anotaron 12 puntitos y la escuadra gallega se fue a los 17. De tal manera, se encararía el último cuarto con ventaja visitante de seis puntos. Remontables. Pero la afición tampoco confiaba en un milagro de los suyos, más, cuando a falta de cinco minutos la diferencia se había ido a la decena de puntos: 41-51.
Y entonces se vivieron en el Ángel Nieto hechos inexplicables que escapa a la razón, porque Zamora Enamora anotó en cinco minutos 18 puntos y los orensanos , una escuadra hecha para ascender solo anotó dos. Y en las gradas la locura. Y en el banquillo el placer de la victoria; 59-53. Baja anotación, pero otro partido para el recuerdo en la afición zamorana.
Harris II y Erikas,con 14 puntos entre manos, y Tamba y Solarin, con una decena, fueron los mejores anotadores locales.





















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