UE-RUSIA
Europa juega al Monopoly en un tablero de Risk
Europa sigue, como diría el director italiano de cine Paolo Sorrentino, con el “bla-bla-bla” de las cosas mientras Rusia y Ucrania han pasado al “pam-pam-pam” de las armas.
No sabemos muy bien las consecuencias exactas de las medidas implantadas por la Unión Europea sobre Rusia por este conflicto y las de la guerra en sí misma. A la conquista rusa de Ucrania sigue la formación de un estado títere al servicio de Rusia, como el caso de Bielorrusia, así como una posible derrota rusa por las sanciones económicas, que acaben por desestabilizar al régimen de Vladímir Putin. Que Rusia se conforme con sus anteriores exigencias y que Ucrania ceda su soberanía sobre la región étnicamente rusa de Donbás, etc son otras posibles consecuencias; lo que sí es seguro e irremediable son el número de muertos que ya acarrea esta guerra.
Mientras los dirigentes europeos continúan con un discurso de nota aguda, sabia, de superioridad moral, trémula y fervoroso que se diluye en el aire dejando paso a un silencio de resonancias aterradoras y vagas promesas de prosperidad, el pueblo Ucraniano esta defendiéndose y tiene la cara ensangrentada aplastada contra el suelo de la frontera, lloran a moco tendido y ruegan su entrada en cualquier organismo occidental. Las ayudas para garantizar su seguridad prometidas por Estados Unidos y Reino Unido fueron a cambio de la destrucción de las armas nucleares en 1994 ahora parecen olvidadas. Estos ruegos son contestados con aplausos mudos, sin consuelo.
Este pueblo Ucraniano, al mismo tiempo, está actuando bajo sus posibilidades y sus principios en un periodo de muchos solidarios de salón y guerrilleros de televisión, de tanta gente dando órdenes en redes sociales y explicando a los militares cómo son las cosas en el campo de batalla.
Parece que la sociedad europea ha olvidado que es la guerra y no la paz la constante de la historia humana. Se está dando paso a una nueva época de poder armamentístico y quedando atrás este período llamado Larga Paz que ha abarcado Europa desde el final de la II Guerra Mundial. ¿Qué medidas tomarán los países de la Unión para defenderse ante esta victoria de la proliferación nuclear?, ¿Cómo afectará a una sociedad cada vez mas polarizada el recibimiento de los refugiados Ucranianos?.
Europa debe adaptarse a esta nueva etapa por el mero hecho de su propia existencia y continuidad.
Lucas Enríquez
Europa sigue, como diría el director italiano de cine Paolo Sorrentino, con el “bla-bla-bla” de las cosas mientras Rusia y Ucrania han pasado al “pam-pam-pam” de las armas.
No sabemos muy bien las consecuencias exactas de las medidas implantadas por la Unión Europea sobre Rusia por este conflicto y las de la guerra en sí misma. A la conquista rusa de Ucrania sigue la formación de un estado títere al servicio de Rusia, como el caso de Bielorrusia, así como una posible derrota rusa por las sanciones económicas, que acaben por desestabilizar al régimen de Vladímir Putin. Que Rusia se conforme con sus anteriores exigencias y que Ucrania ceda su soberanía sobre la región étnicamente rusa de Donbás, etc son otras posibles consecuencias; lo que sí es seguro e irremediable son el número de muertos que ya acarrea esta guerra.
Mientras los dirigentes europeos continúan con un discurso de nota aguda, sabia, de superioridad moral, trémula y fervoroso que se diluye en el aire dejando paso a un silencio de resonancias aterradoras y vagas promesas de prosperidad, el pueblo Ucraniano esta defendiéndose y tiene la cara ensangrentada aplastada contra el suelo de la frontera, lloran a moco tendido y ruegan su entrada en cualquier organismo occidental. Las ayudas para garantizar su seguridad prometidas por Estados Unidos y Reino Unido fueron a cambio de la destrucción de las armas nucleares en 1994 ahora parecen olvidadas. Estos ruegos son contestados con aplausos mudos, sin consuelo.
Este pueblo Ucraniano, al mismo tiempo, está actuando bajo sus posibilidades y sus principios en un periodo de muchos solidarios de salón y guerrilleros de televisión, de tanta gente dando órdenes en redes sociales y explicando a los militares cómo son las cosas en el campo de batalla.
Parece que la sociedad europea ha olvidado que es la guerra y no la paz la constante de la historia humana. Se está dando paso a una nueva época de poder armamentístico y quedando atrás este período llamado Larga Paz que ha abarcado Europa desde el final de la II Guerra Mundial. ¿Qué medidas tomarán los países de la Unión para defenderse ante esta victoria de la proliferación nuclear?, ¿Cómo afectará a una sociedad cada vez mas polarizada el recibimiento de los refugiados Ucranianos?.
Europa debe adaptarse a esta nueva etapa por el mero hecho de su propia existencia y continuidad.
Lucas Enríquez
























#pacifista | Viernes, 11 de Marzo de 2022 a las 20:38:12 horas
Un artículo de sofá o de barra de bar que no atiende a criterios históricos y que se pasa por el forro de los cojones la guerra de los balcanes, la invasion turca en chipre o la guerra de crimea
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