El mejor Zamora CF de la temporada cae en el descuento ante el líder: 2-1

El Zamora CF fue mejor que el líder durante gran parte del partido. Si exceptuamos los veinte primeros minutos, más desde que marco Cedric, el verdugo rojiblanco, en el seis, los rojiblancos demostraron superioridad en la medular, con un Carlos Ramos que jugó algo más arriba que los últimos encuentros, cosa que el equipo notó, además de que Luque soltara el mejor partido desde que juega en el Zamora, junto al buen trabajo de la zaga, la habilidad de Kepa, en la banda derecha, y la brega de Losada.

La escuadra rojiblanca superó ese gol inicial, gestado en un jugada ensayada, que nació en la izquierda y remachó Cedrid, aprovechando que la defensa se había metido dentro del área. Tuvo suerte el moreno ariete cántabro, porque lo lógico es que el balón chocase con alguno de los numerosos jugadores de ambos equipos que se interponían entre Pau Torres y la portería visitante.

A partir de ese momento, el Racing gozó de dos oportunidades clarísimas, producto de su mejor juego, ante un Zamora desmoralizado.

No obstante, el equipo de Yago Iglesias, poco a poco, a la chita callando, se fue adueñando de la medular y presentándose en el área cántabra.

Dani Hernández disparo junto al poste antes de que empatase Luque, en el minuto 35, tras claro penalti cometido sobre Losada, que había recibido un buen centro raso de Kepa.

Antes de irse al vestuario, Torres volvió a realizar una excelente intervención, y Dani Hernández sufrir una entrada de expulsión de Satrústegui, pero el colegiado, caserillo, se conformó con mostrar la amarilla.

La segunda parte se inició, de nuevo, con posesión de la pelota de los rojiblancos, que combinaban y llegaba al área rival con la pelota jugada desde la zaga. Pero faltaba ese pase definitivo para adelantarse en el marcador.

En el minuto 57, Yanis sustituía a Kepa, el jugador más punzante entre los rojiblancos. Desconozco si el vasco se hallaba cansado, pero no me pareció oportuno ese cambio.

El Zamora se había hecho con el partido, imponía el ritmo y se creía superior, mientras los locales apenas inquietaban a la cobertura rojiblanca.

En el minuto 60, pudo marcar Espejo, que se encontró con un rechace en el área, tras la salida de un córner. La pelota parecía ir dentro, pero un defensa estiro su pierna y la desvió a córner.

El técnico local decidió realizar sus dos primeros cambios, porque su equipo no carburaba y el Zamora amenazaba con llevarse algo más que un empate. Camus y Tienza se fueron a las duchas, para ser relevados por Marcos y Bustos. Minuto 63.

En principio, no surgieron efectos los cambios en los verdiblancos, porque el Zamora seguía mandando, con dos jugadores autoritarios y profundos, Luque y Ramos, que desde la medular llegaba a la zaga rival con mucho peligro.

Como estarían las cosas para los cántabros, que en el minuto 74, su entrenador realizó su tercera sustitución, al salir al campo Harper, escocés, por Arturo.

Cuatro minutos después, la ocasión más clara de los rojiblancos para haberse llevado el partido, cuando una pelota perdida llegó a Losada que, a cinco metros del portero, lanzó un chut mortal de necesidad, pero Parera realizó la parada del partido.

Poco después, Yago Iglesias realizaba otros dos cambios que buscaban también la victoria, porque su equipo estaba demostrando ser superior al líder. Dangou y Jon Rojo salieron por Losada y Jorge Fernández.

El Zamora buscó la victoria con ganas, porque lo vio muy cerca. Mientras, el Rácing se defendía como podía con balones a las bandas para buscar esa última ocasión. Y así fue. Tras la salida de un saque de esquina, la defensa, mal que bien, saca el balón, que busca el cielo cántabro. Tras diversos cabezazos, la pelota llega a Cedrid, que pilla a la zaga rojiblanca mal dispuesta. El goleador se encuentra solo ante Torres y marca el gol de un triunfo que desmoraliza a cualquiera, más a un cuadro rojiblanco que ha jugado en el Sardinero el mejor partido fuera de casa, demostrando que hay más equipo de lo que cree la afición, con unos jugadores que trabajan, pelean y dejan la última gota de sudor sobre el césped. Quizá alguna bruja le ha echado un mal de ojo a este club.