Jueves, 06 de Noviembre de 2025

Mª Soledad Martín Turiño
Martes, 22 de Marzo de 2022
ZAMORANA

El sector primario en pie de guerra

[Img #63887]Por fin el mundo rural ha hecho masa y ha salido a la calle para sublevarse. Madrid fue el epicentro de estas protestas, pero en muchas otras ciudades los tractores ocuparon vías y plazas y el mundo campesino: agricultores y ganaderos, no ha tenido más remedio que echarse a la calle para visibilizar su malestar por unos precios que les ahogan: carburantes, piensos, semillas, abonos…lo que siempre han aguantado estoicamente, año tras año sin decir una palabra, acabando el año con lo comido por lo servido y con la actitud de seguir adelante, porque los animales requieren continuar atendidos en sus establos y los campos han de ser trabajados por los pocos jóvenes que permanecen aún en el mundo rural.

 

Pero todo tiene un límite y ya les ha llegado. No pueden más; están hartos de que se les ignore, de que sus productos se incrementen escandalosamente desde su recogida hasta llegar a la mesa, enriqueciéndose los intermediarios y depreciando el trabajo de quienes siembran, abonan, riegan y recogen el género, a veces con sus propias manos.

 

Los ganaderos y agricultores de toda España, a los que se añaden transportistas, pescadores y quienes forman el grueso del sector primario, tan básico como necesario, no pueden trabajar porque no les merece la pena el esfuerzo con los exiguos resultados que obtienen. No tienen otra forma de hacerse visibles que manifestarse con sus tractores, pancartas e incluso animales que desfilen por las calles para que los ciudadanos de a pie se mentalicen de que hay que tenerlos en cuenta. Sin embargo, quien no lo hace es el gobierno, que sigue ausente, escondido, concediendo mínimas declaraciones para acusar –como es habitual en ellos- a la ultraderecha de todos los males.

 

No saben ni quieren empatizar con los manifestantes, no se ponen de su lado, no se dignan siquiera a decir que estudiarán sus reivindicaciones; sino que se toman su tiempo como si fueran niños con rabieta que solo pasará si no se les hace caso. Están jugando con personas, con trabajadores, con el pueblo llano, ese al que piden el voto y alardean de comprender cuando se dan un paseo por una granja o por un campo para atraer electores, y luego se olvidan.

 

Espero que estos trabajadores no se conformen con las migajas que les ofrezcan, como siempre, para callarles la boca; espero que sepan resistir y sigan luchando en la calle y se hagan notar; espero que los ministros del ramo se sonrojen por su ineficacia y den una solución satisfactoria: el de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana a los transportistas y conductores; el de Agricultura, Pesca y Alimentación a pescadores, agricultores y ganaderos; y, como máximo responsable, el presidente Sánchez para que ponga una solución urgente a un problema urgente. No todo es la guerra de Ucrania, aunque sea terrible lo que está ocurriendo allí; aquí, en casa, en esta España nuestra, también hay una revolución que atender –que no sofocar-, sino resolver con propuestas dignas a unas reivindicaciones que son de justicia, antes de que el conflicto se convierta en irresoluble.

 

Mª Soledad Martín Turiño

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