Era Mañueco, empezamos bien

    No sé ni me importa, me parece que va por la segunda, y esperemos sea la última cuanto más pronto mejor. ¡Y que se vaya de una vez, como el predecesor de cuyo nombre esta región ni siquiera se acuerda! En una ciudad y provincia humildes, los zamoranos ya sufrimos dentro del día a día los desafueros de la malhadada Agencia Tributaria, sumados al infame saqueo del Catastro, esto por universal dado que quíén no tiene una casa, un pisito, a este paso un caseto,  choza o palloza, donde refugiarse del nuevo Santo Oficio fiscal, con su legión de socialburócratas y recaudadores. Por si fuera poco, a lo estatal, o sea, a lo socialista y sanchista, se le suma en lo municipal el anejo de la Concejalía de algo, o sea, de hacienda y tributos varios, con sus ibis de escándalo, tasas e inagotables gabelas, gracias a los cuales esquilman sin medida al ciudadano de a pie.

   Digo esto porque últimamente ha corrido, circulado, expandido el rumor, noticia o maledicencia, de que lo primero que ha hecho el PP en esta nueva era a lo Mañueco, junto a PSOE y el Cs de la nada pero con un Igea dando la turra por el momio politicastro que le han levantado, es subirle a la Mesa de las recién estrenadas Cortes, o sea, el sanctasanctórum de la representación popular y la decencia pública, un  insignificante 4% a más de sus 98.000 EUROS anuales (!!!!), cuando el común de la ciudadanía, esa plebe engañada, ninguneada y manipulada con la gran estafa de lo social y el Bienestar, ¡vamos!, el consabido timo socialdemócrata, se halla en las últimas porque a causa de impuestos, nóminas y poltronas de los modernos oligarcas democráticos, su honrado trabajo diario no le reporta más que pérdidas; con inflación para incautos al 7% oficial, que el real no menos de al 30% en el mejor de los casos.

    Bien empezamos, Mañueco; por cierto, próceres y dignos representantes del pueblo, os falta tiempo para enmendar y renunciar, dando ejemplo de probidad a los ojos de una ciudadanía maltrecha y fiscalmente expoliada. Y también por cierto, cualquier día hablaremos del impresentable  aparcadero del Consultivo, ubicado en Zamora más para escarnio y ofensa que para consideración y preeminencia. De momento, zamoranos, ahora que llega la Semana Santa, ¡fijaos en la estética del engendro, señoreando la plaza de nuestra Catedral! Hablaremos.