PASIÓN POR ZAMORA
¿Qué han hecho los zamoranos, la prensa y los políticos por Zamora?
Mes de marzo de 2022, dos años después de se iniciara el confinamiento y que el Gobierno de Sánchez incumpliese, en dos ocasiones, la Carta Magna, cuando el sol se va despidiendo por la Pajarancas, me pregunto e inquiero:¿Qué hemos hechos nosotros, los zamoranos, por detener nuestra decadencia económica y demográfica que nos mantiene en un gravísimo coma social? Y sigo cuestionándome y planteando: ¿Qué han hecho los medios de comunicación provinciales, casi todos en manos de capital foráneo, con intereses espurios, para evitar esta deriva hacia la nada? Y, por último, me interpelo y cuestiono: ¿Qué han hecho los políticos zamoranos, incluidos cuneros, por prevenir e impedir que nuestra tierra se halle postrada, rendida, entregada y resignada a su papel intranscendente como parte de esta España que camina hacia la quiebra del Estado, de la democracia del 78?
Voy a ir respondiendo, quizá sea subjetivo, pero demuestro, por enésima vez, que Zamora me ocupa y preocupa desde ha tiempo, desde que me inicié en esto del periodismo en los primeros años de los ochenta.
Desde hace casi doce años, como editor de El Día de Zamora, he criticado a todos los gobiernos de la nación, a todos los ejecutivos de Castilla y León y a nuestra Diputación y Ayuntamiento, si bien, por razones obvias, las instituciones locales poseen menos culpa que la autonómica y estatal. Me trajo sin cuidado que gobernase el PP que el PSOE, porque ambos partidos contribuyeron a nuestro lamentable y actual estado de subdesarrollo económico y su cercanía al desierto demográfico. Me la jugué por Zamora. Si me hubiera comportado como el clásico periodista pelota, el correveidile que va de rueda de prensa en rueda de prensa, y pongo el micro porque me toca, sin realizar una sola crítica a los que mandan y ordenan, ahora viviría como un señorito. Pero prefiero dormir tranquilo que tener una gran cuenta en cualquier banco.
No le he fallado a Zamora. Me entregué por su causa, por su progreso, por su desarrollo, por detener su camino hacia ninguna parte hasta alcanzar el desierto demográfico, como denuncié hace más de diez años en el teatro Principal ante los principales políticos zamoranos, cuando nadie hablaba de despoblación, aunque yo ya había leído al catedrático Valentín Cavero.
Ha habido instituciones públicas que me retiraron su publicidad institucional porque no escribía al dictado, como pretendían. No me importó. “No se ganan, heredan, elegancia y blasón”, que escribió Manuel Machado.
¿Qué han hecho los zamoranos mientras veían caer su porvenir, contemplar cómo la provincia se desangraba de juventud, mientras la capital acusaba el brutal golpe al campo de la reconversión agroganadera, iniciada por el felipismo? Pues salvo excepciones, seguir votando siempre lo mismo. Les dio igual los escándalos como la compra de dos diputados del PSOE para que la Diputación siguiese en manos del PP; que se echase de la institución provincial a J.Antolín Martín, el político, junto a Rosa Valdeón, Guarido y ahora Francisco J. Requejo, más honrado de la derecha zamorana, mientras, años después, el mal llamado caso Zamora se cerró en falso y los responsables siguen en política. Los zamoranos se cruzaron de brazos. Les trajo sin cuidado. Se entretuvieron en tertulias y conversaciones de café. Y nada más. Zamora ya estaba muerta.
¡Y qué puedo escribir sobre la prensa local! Pues que se compró El Correo de Zamora, se le cambió su centenaria cabecera y, desde entonces, el nuevo producto se dedicó a ordeñar la ubre que daba leche, sin tener en cuenta la calidad del lácteo producto, solo su cantidad! Unos medios, que salvo excepciones, siempre están a favor del que manda, cuando el periodismo nace para criticar al poder, lo ostenta diestras, siniestras o mediopensionistas de la política.
Pero también es vergonzoso que los empresarios zamoranos mostraran su incapacidad para mantener un periódico o una televisión locales. Ahora lo están pagando.
Y, por último, que han hecho los políticos zamoranos por su tierra, pues si lo de Monte la Reina no sale –no he vuelto a tener noticias de que se esté trabajando en el castro militar- y lo de la transformación en autovía de la N-112 entre Zamora y Portugal tampoco avanza, pues tanto PSOE como PP no habrán hecho nada. Y no se presuma de que el AVE pasa por Zamora. ¡Nos fastidió…no iba a evitar nuestra ciudad y provincia para llegar a Galicia! Fue la inercia. Como esta provincia también fue la última en la construcción de la Autovía de la Plata.
Ni Aznar, ni Zapatero, ni Rajoy nos dieron nada extraordinario. Felipe González, por supuesto, nos quitó lo poco que teníamos: líneas férreas, Regimiento Toledo, Prisión Provincial, Universidad Laboral y una profunda y descomunal reconversión agroganadera, porque así se lo exigieron franceses y germanos para entrar en la Comunicad Europea. Ahora, otorgo el beneficio de la duda a Pedro Sánchez, un desastre nacional, pero que podría cambiar nuestra tierra.
En todas estas décadas, nuestros políticos obedecieron, prietas las filas, lo que sus jefes decidían en Valladolid y Madrid sobre nuestro futuro. Les trajo sin cuidado que sus respectivos gobiernos perjudicaran gravemente a sus votantes, a los zamoranos, con sus iniciativas y determinaciones. Los procuradores del PP en las Cortes de Castilla y León guardaron silencio mientras la Junta repartía el dinero de Europa de forma injusta. Zamora fue Objetivo 1, pero el ejecutivo de Lucas prefirió que la pasta europea beneficiara a Valladolid, Burgos y Palencia. No recuerdo ni a un solo procurador popular exigiendo una rectificación a su presidente regional y, en su caso, presentara su dimisión por agraviar a su provincia.
¿Qué respuesta dieron los diputados y senadores socialistas cuando los gobiernos de Felipe González cerraron líneas férreas, Universidad Laboral, Prisión Provincial, Cuartel Viriato? Callar. Guerra ya había pronunciado el célebre aserto: “El que se mueve no sale en la fotografía”.
Concluyo como en el génesis de este artículo: ¿Qué han hecho los zamoranos, la prensa y los políticos por Zamora? La respuesta está en el viento. Reflexionemos.
Eugenio-Jesús de Ávila
Mes de marzo de 2022, dos años después de se iniciara el confinamiento y que el Gobierno de Sánchez incumpliese, en dos ocasiones, la Carta Magna, cuando el sol se va despidiendo por la Pajarancas, me pregunto e inquiero:¿Qué hemos hechos nosotros, los zamoranos, por detener nuestra decadencia económica y demográfica que nos mantiene en un gravísimo coma social? Y sigo cuestionándome y planteando: ¿Qué han hecho los medios de comunicación provinciales, casi todos en manos de capital foráneo, con intereses espurios, para evitar esta deriva hacia la nada? Y, por último, me interpelo y cuestiono: ¿Qué han hecho los políticos zamoranos, incluidos cuneros, por prevenir e impedir que nuestra tierra se halle postrada, rendida, entregada y resignada a su papel intranscendente como parte de esta España que camina hacia la quiebra del Estado, de la democracia del 78?
Voy a ir respondiendo, quizá sea subjetivo, pero demuestro, por enésima vez, que Zamora me ocupa y preocupa desde ha tiempo, desde que me inicié en esto del periodismo en los primeros años de los ochenta.
Desde hace casi doce años, como editor de El Día de Zamora, he criticado a todos los gobiernos de la nación, a todos los ejecutivos de Castilla y León y a nuestra Diputación y Ayuntamiento, si bien, por razones obvias, las instituciones locales poseen menos culpa que la autonómica y estatal. Me trajo sin cuidado que gobernase el PP que el PSOE, porque ambos partidos contribuyeron a nuestro lamentable y actual estado de subdesarrollo económico y su cercanía al desierto demográfico. Me la jugué por Zamora. Si me hubiera comportado como el clásico periodista pelota, el correveidile que va de rueda de prensa en rueda de prensa, y pongo el micro porque me toca, sin realizar una sola crítica a los que mandan y ordenan, ahora viviría como un señorito. Pero prefiero dormir tranquilo que tener una gran cuenta en cualquier banco.
No le he fallado a Zamora. Me entregué por su causa, por su progreso, por su desarrollo, por detener su camino hacia ninguna parte hasta alcanzar el desierto demográfico, como denuncié hace más de diez años en el teatro Principal ante los principales políticos zamoranos, cuando nadie hablaba de despoblación, aunque yo ya había leído al catedrático Valentín Cavero.
Ha habido instituciones públicas que me retiraron su publicidad institucional porque no escribía al dictado, como pretendían. No me importó. “No se ganan, heredan, elegancia y blasón”, que escribió Manuel Machado.
¿Qué han hecho los zamoranos mientras veían caer su porvenir, contemplar cómo la provincia se desangraba de juventud, mientras la capital acusaba el brutal golpe al campo de la reconversión agroganadera, iniciada por el felipismo? Pues salvo excepciones, seguir votando siempre lo mismo. Les dio igual los escándalos como la compra de dos diputados del PSOE para que la Diputación siguiese en manos del PP; que se echase de la institución provincial a J.Antolín Martín, el político, junto a Rosa Valdeón, Guarido y ahora Francisco J. Requejo, más honrado de la derecha zamorana, mientras, años después, el mal llamado caso Zamora se cerró en falso y los responsables siguen en política. Los zamoranos se cruzaron de brazos. Les trajo sin cuidado. Se entretuvieron en tertulias y conversaciones de café. Y nada más. Zamora ya estaba muerta.
¡Y qué puedo escribir sobre la prensa local! Pues que se compró El Correo de Zamora, se le cambió su centenaria cabecera y, desde entonces, el nuevo producto se dedicó a ordeñar la ubre que daba leche, sin tener en cuenta la calidad del lácteo producto, solo su cantidad! Unos medios, que salvo excepciones, siempre están a favor del que manda, cuando el periodismo nace para criticar al poder, lo ostenta diestras, siniestras o mediopensionistas de la política.
Pero también es vergonzoso que los empresarios zamoranos mostraran su incapacidad para mantener un periódico o una televisión locales. Ahora lo están pagando.
Y, por último, que han hecho los políticos zamoranos por su tierra, pues si lo de Monte la Reina no sale –no he vuelto a tener noticias de que se esté trabajando en el castro militar- y lo de la transformación en autovía de la N-112 entre Zamora y Portugal tampoco avanza, pues tanto PSOE como PP no habrán hecho nada. Y no se presuma de que el AVE pasa por Zamora. ¡Nos fastidió…no iba a evitar nuestra ciudad y provincia para llegar a Galicia! Fue la inercia. Como esta provincia también fue la última en la construcción de la Autovía de la Plata.
Ni Aznar, ni Zapatero, ni Rajoy nos dieron nada extraordinario. Felipe González, por supuesto, nos quitó lo poco que teníamos: líneas férreas, Regimiento Toledo, Prisión Provincial, Universidad Laboral y una profunda y descomunal reconversión agroganadera, porque así se lo exigieron franceses y germanos para entrar en la Comunicad Europea. Ahora, otorgo el beneficio de la duda a Pedro Sánchez, un desastre nacional, pero que podría cambiar nuestra tierra.
En todas estas décadas, nuestros políticos obedecieron, prietas las filas, lo que sus jefes decidían en Valladolid y Madrid sobre nuestro futuro. Les trajo sin cuidado que sus respectivos gobiernos perjudicaran gravemente a sus votantes, a los zamoranos, con sus iniciativas y determinaciones. Los procuradores del PP en las Cortes de Castilla y León guardaron silencio mientras la Junta repartía el dinero de Europa de forma injusta. Zamora fue Objetivo 1, pero el ejecutivo de Lucas prefirió que la pasta europea beneficiara a Valladolid, Burgos y Palencia. No recuerdo ni a un solo procurador popular exigiendo una rectificación a su presidente regional y, en su caso, presentara su dimisión por agraviar a su provincia.
¿Qué respuesta dieron los diputados y senadores socialistas cuando los gobiernos de Felipe González cerraron líneas férreas, Universidad Laboral, Prisión Provincial, Cuartel Viriato? Callar. Guerra ya había pronunciado el célebre aserto: “El que se mueve no sale en la fotografía”.
Concluyo como en el génesis de este artículo: ¿Qué han hecho los zamoranos, la prensa y los políticos por Zamora? La respuesta está en el viento. Reflexionemos.
Eugenio-Jesús de Ávila





























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