Homenaje a José Ignacio Primo en Santa Cristina de la Polvorosa

Al mediodía de hoy 27 de marzo, domingo, el pueblo de Santa Cristina ha querido rendir homenaje a uno de sus vecinos más preclaros, el catedrático de Literatura José Ignacio Primo, fallecido al comienzo de verano del año pasado. 

José Ignacio, que dedicó su vida profesional a la docencia como Catedrático de Lengua y Literatura en Valderas y Zamora, fue también un estudioso de la poesía de Claudio Rodríguez, al que invitó en varias ocasiones a su casa de Santa Cristina, y un enamorado del Flamenco, con numerosos libros y artículos sobre el mismo, además de creador del Festival Flamenco de Zamora del que se han cumplido sus cincuenta años. Igualmente enamorado de su patria chica, fue concejal del pueblo durante dos mandatos. Cuando tuvo ocasión, invitaba a cantaores y guitarristas a su bodega en la huerta familiar como se puede ver en esta foto a la puerta de su casa, con Camarón y diversos vecinos y amigos de José Ignacio.  

Igualmente fue delegado Provincial de Cultura de Zamora y, como un enamorado de su patria chica, fue concejal del pueblo durante dos mandatos.  

Por ello, el alcalde del Ayuntamiento de Santa Cristina de la Polvorosa, Salvador Domínguez ha descubierto, en la Casa de Cultura de la localidad, una placa en las dependencias de la Biblioteca Municipal que curiosamente inaugurara su madre, Dª Ursicina Martínez en 1959, para que a partir de ahora se denomine Biblioteca Municipal José Ignacio Primo.

Inició el acto el regidor de la localidad, con la presencia de gran parte del vecindario, así como las hijas, nietos, hermanos y otros familiares y amigos del homenajeado, contó con la actuación flamenca de dos amigos de José Ignacio, Carmen Esteban al cante y Sergio Portales al toque, y, además, Ángel Blanco, subdelegado del Gobierno; el que fuera alcalde de Zamora, Andrés Luis Calvo. E interviniero, entre otros, un ex alumno Alonso, que leyó un poema que le escribió, en el que hablaba de Lorca; su hermana, María Luisa y su hija Isabal. Todos señalaron las virtudes del homenajeado, el amor por su pueblo y su implicación en la cultura.

El sencillo, pero emotivo acto, terminó con un vino español en la nave Municipal, en la que el Ayuntamiento invitó a los asistentes y que sirvió para recordar la multitud de anécdotas vividas con su vecino.