CONTROL
La creación del hombre-masa por el Estado
Las izquierdas radicales necesitan empobrecer las sociedades en las que gobiernan y controlar cultura y educación. Las iglesias, también. El hombre que inventó la caridad inventó al pobre y le dio pan, que cantaba Víctor Manuel cuando se hizo rojo, después de escribir una canción laudatoria al caudillo. El ejecutivo socialcomunista nunca bajará impuestos, porque le interesa más la ayuda, el subsidio, la caridad del Estado hacia el ciudadano depauperado. Así mantendrá bajo control a los pobres. La libertad evita la pobreza, porque la persona encuentra caminos y vías, merced a su necesidad, a su inteligencia y talento, para escapar del lumpen. Sin libertad, siempre dependerás de la caridad del Estado. Así se forman las sociedades gregarias, los hormigueros y las colmenas. El hombre como insecto, como un don nadie en el totalitarismo, instrumento de trabajo, que, con otros semejantes, conforman la masa.
Al respecto, incluyo ahora una reflexión de Ortega y Gasset en su gran obra “La rebelión de las masas”: “El humanista, por ejemplo, puede concebir la élite no como un plano o categoría social, sino como el conjunto de los individuos dispersos que intentan superarse a sí mismos y que, en consecuencia, son más nobles, más eficientes, como hechos de mejor clase. No importa que sean pobres o ricos, que ocupen altas o bajas posiciones, que sean aclamados o despreciados: son élite por la clase de individuos que son. El resto de la población es masa, la cual, según esta concepción, yace indolente en una incómoda mediocridad”.
Todo se está preparando para que las izquierdas formen una elite, una secta. Todo dispuesto, pues, para convertir nuestra sociedad en masa, en la que el individuo se convierta en un bruto con título público, mientras el hijo de la burguesía estudiará en las grandes universidades privadas y, tras licenciarse y doctorarse, perpetuar la elite. Mientras, la prole de las clases medias y bajas seguirán siendo masa, nadie, nada, fuerza de trabajo al servicio de la inteliguentsia. La izquierda reaccionaria.
“Este hombre-masa es el hombre previamente vaciado de su propia historia, sin entrañas de pasado y, por lo mismo, dócil a todas las disciplinas llamadas «internacionales». Ortega y Gasset empezó a publicar, en forma de artículos en el periódico El Sol y, en ese mismo año, se editó como libro. Un siglo después España ha fabricado ya su hombre-masa, que forma parte de todas las clases sociales, es trasversal, porque se ha abdicado del individuo para ser parte de lo colectivo. Las izquierdas, ni tampoco las derechas acomplejadas, valoran al individuo creativo, sino al vulgar. A más Estado, menos libertad, menos individuo, más masa, menos creatividad, menos talento, más gregarismo, menos lirismo, más chabacanería. Pobres económicos, para la caridad del Estado, y pobres en cultura, para que no cuestionen jamás al poder.
El comunismo y el fascismo, dijo Ortega, son "dos claros ejemplos de regresión sustancial", son ejemplos típicos de la conversión del individuo en el hombre-masa. Zamora es una sociedad que no piensa, que no cuestione, que todo lo metaboliza. Ciudad pretérita, ciudad masa.
Eugenio-Jesús de Ávila
Las izquierdas radicales necesitan empobrecer las sociedades en las que gobiernan y controlar cultura y educación. Las iglesias, también. El hombre que inventó la caridad inventó al pobre y le dio pan, que cantaba Víctor Manuel cuando se hizo rojo, después de escribir una canción laudatoria al caudillo. El ejecutivo socialcomunista nunca bajará impuestos, porque le interesa más la ayuda, el subsidio, la caridad del Estado hacia el ciudadano depauperado. Así mantendrá bajo control a los pobres. La libertad evita la pobreza, porque la persona encuentra caminos y vías, merced a su necesidad, a su inteligencia y talento, para escapar del lumpen. Sin libertad, siempre dependerás de la caridad del Estado. Así se forman las sociedades gregarias, los hormigueros y las colmenas. El hombre como insecto, como un don nadie en el totalitarismo, instrumento de trabajo, que, con otros semejantes, conforman la masa.
Al respecto, incluyo ahora una reflexión de Ortega y Gasset en su gran obra “La rebelión de las masas”: “El humanista, por ejemplo, puede concebir la élite no como un plano o categoría social, sino como el conjunto de los individuos dispersos que intentan superarse a sí mismos y que, en consecuencia, son más nobles, más eficientes, como hechos de mejor clase. No importa que sean pobres o ricos, que ocupen altas o bajas posiciones, que sean aclamados o despreciados: son élite por la clase de individuos que son. El resto de la población es masa, la cual, según esta concepción, yace indolente en una incómoda mediocridad”.
Todo se está preparando para que las izquierdas formen una elite, una secta. Todo dispuesto, pues, para convertir nuestra sociedad en masa, en la que el individuo se convierta en un bruto con título público, mientras el hijo de la burguesía estudiará en las grandes universidades privadas y, tras licenciarse y doctorarse, perpetuar la elite. Mientras, la prole de las clases medias y bajas seguirán siendo masa, nadie, nada, fuerza de trabajo al servicio de la inteliguentsia. La izquierda reaccionaria.
“Este hombre-masa es el hombre previamente vaciado de su propia historia, sin entrañas de pasado y, por lo mismo, dócil a todas las disciplinas llamadas «internacionales». Ortega y Gasset empezó a publicar, en forma de artículos en el periódico El Sol y, en ese mismo año, se editó como libro. Un siglo después España ha fabricado ya su hombre-masa, que forma parte de todas las clases sociales, es trasversal, porque se ha abdicado del individuo para ser parte de lo colectivo. Las izquierdas, ni tampoco las derechas acomplejadas, valoran al individuo creativo, sino al vulgar. A más Estado, menos libertad, menos individuo, más masa, menos creatividad, menos talento, más gregarismo, menos lirismo, más chabacanería. Pobres económicos, para la caridad del Estado, y pobres en cultura, para que no cuestionen jamás al poder.
El comunismo y el fascismo, dijo Ortega, son "dos claros ejemplos de regresión sustancial", son ejemplos típicos de la conversión del individuo en el hombre-masa. Zamora es una sociedad que no piensa, que no cuestione, que todo lo metaboliza. Ciudad pretérita, ciudad masa.
Eugenio-Jesús de Ávila
























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