EL IDIOTA MORAL
Putin tiene la culpa de todo
Pedro "Pilatos" Sánchez se lava las manos
Los grandes medios de comunicación subvencionados silencian que la inflación en España duplica a la europea. La prensa y las televisiones del régimen “tragan” con el argumento sanchista de que la culpa es de Putin, como antes lo fue de Rajoy y en tiempos pretéritos de Franco.
La gente normal solo ve la tele para informarse. Los telediarios de las grandes cadenas nacionales, salvo alguna excepción, adoctrinan a las masas, que no pueden pensar más allá de mantener su empleo, comer todos los días, educar a sus hijos y pagar la hipoteca o el alquiler. La inflación, de la que este Gobierno es reo, porque un mes antes de la guerra de Putin ya se encontraba en un 6%, hace más pobre a los pobres, al español medio. Las amas y amos de casa conocen ya lo que significa comprar los alimentos básicos todos los días, desde el pan hasta la leche, los huevos, el pescado hasta llegar a la carne, la coca-cola y la birra.
Los políticos en el poder siguen viviendo en el paraíso. ¡Cuánto más se pauperice el pueblo, mejor, porque así dependerá de las ayudas y subvenciones, de la caridad izquierdista! Así se controla al personal, desde la cuna hasta la mortaja. El pobre no piensa, porque tiene hambre, y, si no te alimentas, no tienes tiempo para la reflexión. Pero el Estado, a cambio de comprarte el alma, te da de comer. Así se vive en una democracia vigilada, en un totalitarismo de bolsillo. Así la sociedad se transforma en rebaño. El pastor Estado te lleva del redil al pasto. Y así el político reparte el pienso de sus palabras y la alfalfa de las ayudas para que el lumpen responda: beeeeeee.
Adoctrinamiento en las aulas, empobrecimiento social y dependencia económica, objetivos esenciales del comunismo y del fascismo, ahora camuflado en gobiernos formalmente democráticos, pero fundamentalmente totalitarios. Se trata de formar al idiota moral. Tonto y malo es la misma cosa. Lo dijo Platón.
“La verdadera tragedia de los pobres es la pobreza de sus aspiraciones”. La reflexión corresponde a Adam Smith. Las ayudas del Estado a las clases depauperadas busca convertirlas en conformistas, en dependientes, en hombres y mujeres sin sueños ni esperanzas. En España ya se está consiguiendo. No queda mucho para esquilar a nuestra sociedad.
Mientras se alcanza el objetivo, la inflación se desbordará, la clase media se empobrecerá y Pedro Pilatos Sánchez regalará unas cuantas paguicas y culpará de todo a Putin, a la extrema derecha y a la momia de Franco.
Eugenio-Jesús de Ávila
Los grandes medios de comunicación subvencionados silencian que la inflación en España duplica a la europea. La prensa y las televisiones del régimen “tragan” con el argumento sanchista de que la culpa es de Putin, como antes lo fue de Rajoy y en tiempos pretéritos de Franco.
La gente normal solo ve la tele para informarse. Los telediarios de las grandes cadenas nacionales, salvo alguna excepción, adoctrinan a las masas, que no pueden pensar más allá de mantener su empleo, comer todos los días, educar a sus hijos y pagar la hipoteca o el alquiler. La inflación, de la que este Gobierno es reo, porque un mes antes de la guerra de Putin ya se encontraba en un 6%, hace más pobre a los pobres, al español medio. Las amas y amos de casa conocen ya lo que significa comprar los alimentos básicos todos los días, desde el pan hasta la leche, los huevos, el pescado hasta llegar a la carne, la coca-cola y la birra.
Los políticos en el poder siguen viviendo en el paraíso. ¡Cuánto más se pauperice el pueblo, mejor, porque así dependerá de las ayudas y subvenciones, de la caridad izquierdista! Así se controla al personal, desde la cuna hasta la mortaja. El pobre no piensa, porque tiene hambre, y, si no te alimentas, no tienes tiempo para la reflexión. Pero el Estado, a cambio de comprarte el alma, te da de comer. Así se vive en una democracia vigilada, en un totalitarismo de bolsillo. Así la sociedad se transforma en rebaño. El pastor Estado te lleva del redil al pasto. Y así el político reparte el pienso de sus palabras y la alfalfa de las ayudas para que el lumpen responda: beeeeeee.
Adoctrinamiento en las aulas, empobrecimiento social y dependencia económica, objetivos esenciales del comunismo y del fascismo, ahora camuflado en gobiernos formalmente democráticos, pero fundamentalmente totalitarios. Se trata de formar al idiota moral. Tonto y malo es la misma cosa. Lo dijo Platón.
“La verdadera tragedia de los pobres es la pobreza de sus aspiraciones”. La reflexión corresponde a Adam Smith. Las ayudas del Estado a las clases depauperadas busca convertirlas en conformistas, en dependientes, en hombres y mujeres sin sueños ni esperanzas. En España ya se está consiguiendo. No queda mucho para esquilar a nuestra sociedad.
Mientras se alcanza el objetivo, la inflación se desbordará, la clase media se empobrecerá y Pedro Pilatos Sánchez regalará unas cuantas paguicas y culpará de todo a Putin, a la extrema derecha y a la momia de Franco.
Eugenio-Jesús de Ávila























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