Recuperando el tono

Después de pasar un tiempo pachuchilla, de tener que ver la televisión casi por obligación, porque no podía hacer gran cosa más que estar encamada descansando, he de recuperar el tono muscular de mi cerebro. No es fácil, dadas las circunstancias.

El señor Putin jodiendo al vecino, antes hermano, y ahogándolo porque no quiere ni su sombra, ni la sombra de lo que pueda rodear lo nuevo, lo menos sucio, lo más “europeo”… Luego están los americanos, esos poderosos capullos que todo lo enmierdan  y en todo fregado se han de meter, aunque digan que es “por tu bien”. Pues “por nuestro bien”, entre Putin y lo que domina y los americanos y lo que no quieren dejar de tener y gobernar a su antojo, nos hallamos los demás entre dos frentes de cabrones hijos de su puta madre. Mientras, la vieja Europa, esa que debería de dar clases de todo, porque para eso hemos sido los primeros en civilizar lo incívico, nos mantenemos en un incómodo e indecoroso segundo plano.

Perdonad los exabruptos, pero es que no me quedan muchos resortes y para (como ya os he dicho antes) recuperar el tono muscular cerebral, necesito poder cagarme en alguien que lo merezca a gusto, para luego volver a mi habitual y perfecta compostura de señora de los pies a la cabeza, madura y emocionalmente estable, que hasta a los juncos provoco envidia.

Qué difícil es gobernar el mundo y mantenerlo a flote. Qué difícil es gobernar España con tu propio enemigo en el catre de la coalición, jodiendo con otros mientras a ti te hace el amor, o eso parece.

Nélida L. Del Estal Sastre