DENUNCIAS
Semanas después de la Santa
Ínfimo acondicionamiento de la ciudad después de tres años de espera
Dos hitos informativos a cada lado del puente, además de disuadir del tránsito de vehículos, permiten que cruce el tren turístico y cuando es necesario la patrulla de policía, añaden una información relativa al medieval monumento. Días antes de la primera procesión, el traslado del nazareno fueron retirados, sus anclajes así lo facilitan, para permitir el paso sin problemas de esta y otras procesiones que cruzan el viaducto. Las famosas balizas rojas y blancas hicieron las veces de los retirados.
Mejor porque de esta manera, nosotros ya estamos acostumbrados a la desidia que impera en la ciudad, los turistas habrían notado la falta de tres de los cuatro carteles informativos que estos soportes sostienen. Pasada las fiestas, los hitos volvieron a su sitio, sin el cartel que les faltaba, por supuesto. Los visitantes, no observaron la llamativa ausencia, lo cual no indica que no la hubiera y que los zamoranos la notemos como quienes vengan fuera de las fechas de pasión. No vieron esta, pero vieron otras faltas y otras chapuzas, la de los indicadores pintarrajeados, que hacían ilegible la información contenida, como los grafitis de las paredes ya que se taparon solo una parte de tantos como existen. Y, solo hacía falta una mínima limpieza, de coste reducido, para unas arcas municipales repletas, de ser verdad.
Acostumbrados, a la llegada de la pasión, los vecinos de ciertos barrios agradecen ciertas mejoras que se producen precisamente en estas fechas y cuyo resultado suele ser medianamente durable, como la reposición de los adoquines sueltos. Algo se ha hecho, aunque no precisamente bien, como resulta fácilmente demostrable, y con tan solo mirara al suelo. No obstante y a pesar de todo , el milagro de la semana santa se produjo, esa baliza que en una esquina del castillo advertía de un peligro bajo ella, desapareció. Sí, increíble después de tantos años han repuesto la losa. Que buena falta hacía. Por lo demás bien, celebrar que ciertos barrios olvidados, cuenten para el ayuntamiento, egoístamente en semana santa, pero el caso es que cuenten. Una buena parte de la ciudad espera la próxima, y no por los desfiles.

Manuel Herrero Alonso
Dos hitos informativos a cada lado del puente, además de disuadir del tránsito de vehículos, permiten que cruce el tren turístico y cuando es necesario la patrulla de policía, añaden una información relativa al medieval monumento. Días antes de la primera procesión, el traslado del nazareno fueron retirados, sus anclajes así lo facilitan, para permitir el paso sin problemas de esta y otras procesiones que cruzan el viaducto. Las famosas balizas rojas y blancas hicieron las veces de los retirados.
Mejor porque de esta manera, nosotros ya estamos acostumbrados a la desidia que impera en la ciudad, los turistas habrían notado la falta de tres de los cuatro carteles informativos que estos soportes sostienen. Pasada las fiestas, los hitos volvieron a su sitio, sin el cartel que les faltaba, por supuesto. Los visitantes, no observaron la llamativa ausencia, lo cual no indica que no la hubiera y que los zamoranos la notemos como quienes vengan fuera de las fechas de pasión. No vieron esta, pero vieron otras faltas y otras chapuzas, la de los indicadores pintarrajeados, que hacían ilegible la información contenida, como los grafitis de las paredes ya que se taparon solo una parte de tantos como existen. Y, solo hacía falta una mínima limpieza, de coste reducido, para unas arcas municipales repletas, de ser verdad.
Acostumbrados, a la llegada de la pasión, los vecinos de ciertos barrios agradecen ciertas mejoras que se producen precisamente en estas fechas y cuyo resultado suele ser medianamente durable, como la reposición de los adoquines sueltos. Algo se ha hecho, aunque no precisamente bien, como resulta fácilmente demostrable, y con tan solo mirara al suelo. No obstante y a pesar de todo , el milagro de la semana santa se produjo, esa baliza que en una esquina del castillo advertía de un peligro bajo ella, desapareció. Sí, increíble después de tantos años han repuesto la losa. Que buena falta hacía. Por lo demás bien, celebrar que ciertos barrios olvidados, cuenten para el ayuntamiento, egoístamente en semana santa, pero el caso es que cuenten. Una buena parte de la ciudad espera la próxima, y no por los desfiles.
Manuel Herrero Alonso
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